capítulo 3

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Tom.

Terminó mi felicidad con la llegada de "George" el amiguito de Bill, que para mi sonaba mas como "Jorge el albañil el que en tu cara se quiere venir"
Tranquilamente solo yo podía ser el degenerado está casa, pero ese amiguito suyo no me gustaba para nada, y tampoco me gustaba como Bill actuaba con el.

No pasaron ni dos segundos de los toques que ahí iba Bill corriendo a abrirle la puerta, actuaba como un perrito moviendo la cola de una lado a otro, contento por recibir a su dueño.
Alce las cejas mientras delineaba sus movimientos,
Se arreglaba el pelo que estaba en perfecto estado, bien peinado y la remera que le llegaba por abajo del ombligo dejando a la vista parte de su cadera, me picaron las manos ¿por que hoy estaba tan apetitoso? .

- ¡George! Llegaste! - sonrió tímido y le hizo revencia con una mano para que pase,
El de cabellos largos entro con cuidado dentro de la casa, le plantó a Bill un beso el la mejilla y se enfoco exclusivamente a mirarlo de arriba a bajo con una sonrisa ladina,
"Que bonito" le dijo señalando la pupera casi ronzado con sus dedos la cadera agena.

- nunca vi a un chico usar remeras tan cortas- explicó tranquilo mientras Bill le sonreía gentil

- si bueno... A mí me gustan - le contesto poco seguro

- te quedan bien...

Unos segundos de silencio llevaron a George siga analizando la casa, cuando me encontró despatarrado en el sillón me saludo agitando su mano, le contesté con un seco asentimiento de cabeza y una mirada poco amigable, sinceramente, no queira que este ahi, y si me daba a entender mejor, era invitado de Bill no mío
Y me basto una solo mirada para calificarlo,
Era un puerto que emanaba olor a virgen.
Le seguí analizamos de arriba a abajo mientras masacraba entre mis dientes el chicle.

- vamos a pieza George...- soltó Bill interponiendose en mi visita y subiendo la escalera- y ahí podemos jugamos algunos juegos con la consola- elaboró, lo tomo de la muñeca y subió las escaleras con la misma elegancia que tenia todos los días, antes de perderse en la oscuridad del segundo pizo me dedico una mirada acusadora.

¿Que Bill ? yo también queria jugar un poco...

Me perdí en mis propios pensamientos, no podía prohibirle ni exigirle nada, porque hace unos días yo mismo dije que no quería una relación con nadie y le dí a entender que lo nuestro era puramente sexual y planeo que se mantenga así.
pero ahora que lo veía tan cerca de George jugueteandole con la mirada me hervía la sangre, no quería que nadie más lo descubra, era un diamante sin pulir y era mío.

Dejé mi mente hondar en algunas imágenes suyas para nada puritanas y me relami los labios al pensarlo, definitivamente todo de Bill era mío,
Y yo para el soy su mundo entero
nadie puede venir a llevarse ni siquiera su atención, porque es mía, y aunque por ahora solo lo desee no voy a soltar su parte emocional porque también me pertenece.

Silencie la tele para escuchar mejor las risitas que venían desde arriba, me molestaba, se supone que hoy lo había llevado a hacerse su piercing para que después haga todo lo que le diga sin rechistar como agradecimiento, hoy que estábamos solos planeaba cogerlo de todas las maneras posibles, ya estaba más experimentado y quería probar hasta donde podíamos llegar, pero va y la caga invitando a dormir a su amiguito. Rodee los ojos y después me tragué una risa cuando me sobrevino una idea.

Bill.

-tu hermano da miedo Bill...- hablo aún metido casi al 100% en el juego

- hm? Le conteste tranquilo mientras intentaba no perder- el...es así está celoso... ¡Mierda George ve más despacio! - grite embroncado no era posible que mueva los dedos tan rápido sobre el control! Maldito chico vicio, me estaba ganando como los mejores.

- no te voy a dejar ganar tonto...- mordió su lengua- ¿Y por qué tu hermano se pondría celoso?

- ay nose! - mentí... Claro que sabía, no le gustó para nada que invite a George a dormir, no le gustaba George para en lo absoluto.
Estaba celoso y molesto porque hoy no iba a dormir conmigo, y a decir verdad me gustaba que lo esté.. era su turno de preocuparse el karma le daba una lección, yo pasé mucho tiempo llorando por Jessica y pidiendo que no la vea y aun asi lo sigue haciendo y sigue sin volver a dormir conmigo cuando va a trabajar, aunque no habia planeado nada de ssto ahora le tocaba a el vivirlo,
Y es más, ahora pensaba pedirle a george que se quede un dia mas, hasta que mama llegue, no pensaba enfrentarme a Tom solo un dia entero.

- tu hermano debe ser muy sobreprotector.... ¡Carajo Bill! ¡No hagas eso!- me grito desesperado por qué lo choque con mi auto y lo arrime a la pista rayandolo por completo, me reí burlonamente y lo seguí aplastando contra las gradas del público olvidando el tema de conversación.

- ¡Si! -grite emocionado, estaba tomando la delantera - ¡sii! ¡Síii! - finalmente George me sobrepaso rápidamente otra vez y choco mi auto, terminó por borrarme la sonrisa de un planazo cuando me dio un empujón con su hombro haciéndome caer de la cama, y eventualmente perder...maldito...

- ¡en tu cara Bill! - grito sacado de si mismo mientras me miraba desde la orilla de la cama

-shh no grites George...- le silencie entre risitas aún tirado en el piso y el se cubrió con ambas manos la boca apenado.

Nos volvimos a acomodar sobre la cama y reímos un rato más hasta que llamaron mi nombre desde abajo.

- espérame, voy a ver que quiere Tom- rode los ojos y me levanté con pesadez de la cama.

Hice que cada escalón fuera para mí más largo y más alto de lo que realmente era pero no sabía que pensaba decirme Tom, le vi sentado en la misma posición sobre el sillón, peirnas abiertas manos codos en el respaldo, y su rostro serio y molesto, pase saliva... Estaba como enojado... Nunca lo vi enojado...

-dos años para bajar la escalera- terminó por decir con tono molesto cuando por fin llegué al ultimo escalón, apure el paso cuidando de mi seguridad y me pare endrente suyo como soldado.

- ¿que pasa?- musité con menos voz de la que creía que tenía.

Antes de contestar me repaso de arriba abajo con la mirada y echó la vista hacia arriba, por encima de las escaleras y por detrás del sillón.

- ¿cuánta plata me dijiste que tenías?- pregunto un poco asqueroso y sobrador

- lo suficiente para comprar una o dos pizzas...

- mh, bueno igual no podés comer...- saco la lengua y la señaló con haciendo circuitos con su dedo, le entendí enseguida lo que me quiso decir.

- si... Por el aro, tengo que tomar un líquido o una sopa... No te preocupes- contesté seguro con una media sonrisa de ojos achinados por si preocupación, y el siguió con su cara fría e intancta mientras mascaba su chicle.

- si tranquilo no es eso lo que me importa, ¿Te alcanza para comprar dos pizzas? - volvió a preguntar, si no podemos juntar la plata

- si me alcanza, insistí acercándome y estendiendole el dinero de mi bolsillo en su mano.

- que bueno... - musitó mientras contaba la plata- estaba pensando en invitar a Jessica a quedarse y también a comer algo... Ya sabes, no quiero quedarme solo...- arrastro las últimas palabras mientras me clavaba sus ojos casi negros en los míos, esperando por mi reacción.

Mi boca se abrió sin mi permiso y la suya se curvo en una sonrisita que no me gustó para nada.

- alcanza para todos- dijo mostrandome los billetes para después alzar su cadera y guardar en su bolsillo trasero el dinero.

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