C A P I T U L O 33

38 3 4
                                    

|A X E L|

¡Vamos! ¡Arriba! — gritan y me levanto de golpe al sentir un golpe al costado de mis costillas. Me quejo por lo alto dejando en claro que me ha dolido, pero lo que causo es satisfacción ya que empieza a reírse.

Tengo los ojos vendados, por lo que no puedo ver a litzy. No la siento a mí lado y me preocupo

— ¿Donde está litzy? — me apresuro en preguntar

— ¿Qué harías si te dijera que ya no está aquí? ¿Que pasó a mejor vida? — suelta una carcajada y mi corazón late a mil.

No, esto no puede ser real, seguramente me está tomando el pelo.

No sé qué decir, solo me quedo callado, en shock. No puedo imaginar que lo que él dijo es verdad, me niego.

— Llévame con ella, por favor... — pido, pero no logro convencerlo. Las lágrimas salen por mis ojos y siento una fuerte punzada en la cabeza. Los golpes han sido tantos que ya ni siquiera siento las piernas.

— Está bien, haré lo que me pides... Solo porque te tengo una hermosa sorpresa — me toma por el brazo y me levanta, empujándome hasta hacerme caminar.

Con esto que dijo concluyo que no le han hecho nada, que está bien. Sé que Thomas no sé atreverá.

Siento como me toma del brazo y me arrastra hasta no sé dónde. Siento el impacto de algo chocar contra mi al tropezar. El tipo me levanta de mala gana y me sigue arrastrando. En pocos minutos siento como me sientan en una silla y me atan a ella. Al hacer presión en los nudos me lástima las muñecas, haciendo que dé un quejido de dolor.

— Aquí está jefe — escucho como habla a quien estoy seguro es Thomas — ¿Está todo listo? — escucho un leve bufido en aceptación y enseguida escucho gritos cercanos.

— ¡Suéltame, idiota! — escucho su voz, dolida y desesperada...

— ¡Cállate! — escucho un golpe y enseguida los sollozos de ella. Intento soltarme para ir a defenderla, pero me es imposible. Como me duele haberla metido en esta situación, todo es mi culpa. Si tan solo nunca me le hubiese acercado...

— ¿Que quieren de mi? — pregunta ella en lágrimas

— Mucho mi amor — y entonces, escucho la voz de él. Thomas, frío y calculador como siempre.

No sé en qué momento él se convirtió en lo que es. Antes, cuando éramos pequeños, solíamos jugar juntos a las escondidas, o simplemente a hacerle diabluras a mis padres. Pero desde que mamá se fue todo cambió, papá no volvió a ser el mismo de antes, se volvió un hombre rudo, tomaba a cada instante... Y yo poco a poco me fui convirtiendo en su víctima. Nunca faltaban los insultos, las insinuaciones de mal gusto de parte de ambos.

Me sentía solo en el mundo, sin nadie. Todo en mi contra, hasta que llegó ella, mi ex. Sentí que todo iba a ser diferente, pensé que mi vida cambiaría, pero me equivoqué. Solo fui engañado una vez más. Es como si la vida misma se encargara de dañarme, de joderme con todas las armas posibles. Porque ahora que encontré a litzy, me está haciendo lo mismo. Me está destruyendo, y lo peor es que también la está arrastrando a ella.

— Mira nada más que hermosos se ven los dos juntos — se carcajea, mientras quita la venda de mis ojos, dándome vista al panorama. La veo a ella a mí lado, llena de golpes y con los ojos rojos de tanto llorar. Me duele verla en ese estado — Lástima — el sarcasmo de mi supuesto hermano es notable. En su voz se enmarca con firmeza el odio que yace en su alma. Sé que tiene sed de venganza, porque sabe que litzy no lo eligió.

Temo por lo que pueda pasar, en el estado que se encuentra Thomas puede hacer muchas tonterías. Y yo seré su juguete con el cual él quiere divertirse.

— Thomas — me atrevo hablar, dudoso en si decirle o no, pero al final me decido — Déjala ir, arreglemos las cosas tú y yo — una sonrisa se escapa de sus labios al oírme, pero prosigo a pesar de eso — ella no tiene nada que ver en esto, por favor, hazme lo que quieras a mí, pero a ella no...

Litzy me mira con lágrimas en sus ojos. Veo que con su mirada me recrimina lo que digo, pero no me importa. Prefiero mil veces pagar el daño yo a que lo pague ella, porque no debe nada. El culpable soy yo, de absolutamente todo.

Veo como Thomas se va acercando ligeramente a mí, mientras me escruta de pies a cabeza sin despegar la mirada. Se le ve el enojo por encima, la mandíbula se le tensa a la vez que empuña su mano — ¿Y me crees imbécil, hermanito? — dice bajando su cabeza a mí altura y tomándome del cabello, echando mi cabeza hacia atrás — Claro que ella tiene mucho que ver, empezando por haberte elegido a ti antes que a mí — ríe cínicamente — es que ni siquiera sé qué te vió, eres solo un maldito gusano sin futuro, un imbécil que se aprovecha de los demás — de reojo veo como litzy nos mira con determinación, mientras frunce su entrecejo — ¿Ya le contaste lo que le hiciste a ágata? — se atreve a preguntar y sé con qué intención lo hace.

Thomas siempre voltea la historia verdadera, y la acomoda a su manera. Para él todo lo que pasó fue por mi culpa, cuando él fue el que se metió con una chica con novio, aunque ella también tuvo la culpa. Según Thomas yo fui un maldito miserable al golpearla a ella, y me cree el peor criminal de toda España por eso, cuando lo único que hizo fue volverme la vida mierda.

Sé que mi acción no tiene excusa, pero aún así, él es el principal culpable de toda mi desgracia.

— Él ya lo hizo, y no creo que tenga algo más qué contarme — esta vez, habla ella, con determinación, aunque su voz está afectada por todo lo que ha gritado.

— ¿Y tú cómo sabes que lo que él te contó es verdad? ¿Estuviste presente en los hechos para que sepas qué pasó? — inquiere y ella se queda en silencio. Veo la disputa en su cabeza, que lucha por decidir en su contestar o no, también veo confusión... Una que Thomas acaba de generar.

— No, no lo estuve... — me mira y de sus ojos sale una pequeña lágrima — pero lo amo, y confío plenamente él — vuelve su mirada a él y mi corazón se me acelera.

Si tan solo se diera cuenta de lo que causa en mi con tan solo un roce de mirada, con una milésima palabra que pronuncie... Es como si escuchase una melodía de la cual nunca me aburría de escuchar, como si frente a mis ojos se presentara el más bello de los paraísos... Nada más con mirar los suyos.

Thomas no vuelve a pronunciar nada, solo sé devuelve a donde estaba y le dice algo en el oído a su ayudante. Este hace un movimiento de cabeza en aceptación y se dirige a donde está litzy. Thomas se acerca a mí y se asegura de que esté bien sujetado a la silla. Al estar seguro de que así era, me clava la mirada y un escalofrío fuerte recorre mi cuerpo. Veo malicia en su mirada, ganas de destruir el mundo con tan solo una palabra.

— Lo siento hermanito, me voy a desquitar con lo que más te duele — ríe satisfecho al ver mi entrecejo fruncido. Me guiña el ojo a la vez que da leve golpes en la parte de mi espalda — Dime ¿Puedes ver cómo me follo a tu novesita mientras observas cómo lo hago? ¿Podrás soportar eso, hermano?

— ¡Ni se te ocurra! — alcanzo a gritar mientras recibo como respuesta su ancha espalda, dirigiéndose a donde ella...

— Ven cariño, tú y yo la pasaremos muy bien hoy — le dice, tirándola al suelo, no sin antes darme una mirafa de victoria

Deseo indestructible [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora