C A P Í T U L O 37

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|L I T Z Y|

El frío azota mi cuerpo, enviando miles de escalofríos en todo él.

Abro los ojos suavemente, sintiendo el ardor que provoca la luz de la pequeña rendija sobre mis ojos aún sensibles. Intento moverme, pero al hacerlo un pinchazo fuerte me martiriza la espalda, seguramente no había dormido en muy buena posición anoche.

Miro a mi alrededor, todo está oscuro. Busco con mis ojos a Axel, pero no lo veo. Me preocupo al pensar qué podría haber pasado. Desde ayer en la tarde no lo he visto, y realmente temo por su vida. Sé muy bien de lo que es capaz Thomas.

No niego que la confusión me carcome, no saber exactamente qué es lo que pasa me frustra. He escuchado cómo hablan cosas malas de Axel, y mi cabeza duele al tratar de deducir qué es lo que pasa. No conozco al Axel del cuál escucho hablar, yo solo conozco al chico lindo y amoroso conmigo, me cuesta aceptar que él es una persona mala... Que es un asesino como lo mencionó Thomas.

Escucho ruidos provenientes de afuera, por lo que centro más mi atención en ello. Mi boca se abre de asombro y a la vez que un poco de esperanza ilumina mis ojos al escuchar la bocina de un carro de policía. La luz en mi interior se enciende, pero en seguida mi cerebro empieza a maquinar el hecho de que podría ser una alucinación. No sería nada raro en mi estado, llevo días aquí ¿Cuántos? No lo sé, perdí la noción del tiempo, pero si sé que son varios días, frustrantes por cierto.

De nuevo escucho voces, gritos... Y seguidamente disparos. En ese momento me alerté y sentí opresión en mi pecho. Solo una imagen se me vino a la mente...

¡Axel!

Juro que en ese momento mi corazón dejó de latir, la preocupación incrementó y sentí necesidad de gritar. Me levanté de donde estaba y corrí hacia la puerta, enseguida empecé a golpearla y gritar como loca.

- ¡Axel! - grito, mientras golpeo la puerta con fuerza - ¡Sáquenme de aquí! - las lágrimas corrían por mis mejillas al escuchar otros gritos, los cuáles reconocí perfectamente... Era él, era Axel. Ahí, me desesperé mucho más.

Nadie abría, nadie me escuchaba, por lo que empecé a dar vueltas en esa oscura habitación, buscando la forma de abrir la puerta. Diviso a un lado de una mesa bastante vieja un pequeño destornillador, la luz verde de mi cabeza se enciende y agradezco al de arriba por encontrar este elemento.

Intento forzar la chapa de la puerta, pero no resultaba efectivo. Me desesperé, y seguí intentando mientras la borrosidad de las lágrimas cubrían mis ojos. De repente un ruido escuché, y grité internamente un quejido de victoria

¡Se abrió la puerta!

A pasos laxos salí de allí, caminando entre el oscuro pasillo. Con cuidado de no tropezar o hacer algún ruido me encaminé hacia el patio trasero. Conocía el camino, ya que no me habían cubierto los ojos las veces que hemos estado allí.

Sé que los ruidos vienen de ese lugar, porque cada vez que me acerco, más sonoros se hacen los gritos. Llego al umbral de la puerta, la cuál está entreabierta. Miro cuidadosamente por el pequeño espacio que queda y diviso a pocos centímetros la escena.

Veo a cierto grupo de gente esparcida por todo el patio, mientras que dos policías apuntan con armas a dos personas: a Axel y a Thomas. El hueco en mi estómago se acrecenta de la incertidumbre, todo parece en cámara lenta, como si fuera una película de acción lo que se está llevando a cabo.

Observo a Axel, el cuál lleva en su mano un pequeño cuchillo. Y veo en él una expresión que nunca antes había visto. Sus ojos reflejaban furia, con una intensidad que jamás había explorado. Sus puños estaban cerrados, mientras su mandíbula estaba exageradamente tensa. Thomas por su parte, estaba sin nada en sus manos, y por primera vez atisbé miedo tras sus ojos.

¿Qué estaba pasando?

- Vamos hermano, demuestra tu verdadera faceta - lo tienta Thomas, haciendo que Axel dé un paso hacia adelante. Veo cómo un señor intenta acercarse para impedir cualquier cosa que vaya a pasar, pero uno de los policías no se lo permite. Es el padre de ellos dos.

Thomas, decidido avanza algunos pasos hacia Axel - ¡Matame como mataste a mi madre! ¡Vamos! Maldita rata, ¡Hazlo! - mi boca se abre en una gran O al escuchar aquellas palabras...

¿Mató a su madre?

No entiendo nada

¿Qué está pasando?

Estoy confundida...

La mirada de Axel me estremece, veo una maldad no antes vista. Mis manos tiemblan al ver todo lo que está pasando, siento miedo, y a la vez confusión.

- Hijo, por favor, no sigas. Es peligroso - dice el padre de ellos dos, dirigiéndose a Thomas. Su cara refleja preocupación latente

- No papá, déjalo que saque su faceta. Déjalo que todos vean su otra personalidad - lo escruta con la mirada - deja que muestre ante todos su faceta de asesino

El mundo se paraliza, y no siento nada más que no sean los latidos de mi corazón desenfrenados. Mi respiración agitada amenaza con desestabilizarme, pero me obligo a que suceda.

En un intento rápido veo como Axel se abalanza sobre Thomas e intenta proporcionarle una puñalada. Ahogo un grito asustada. Por suerte Thomas la esquiva, dándole una sonrisa ladina, pero lo siguiente lo toma por sorpresa; nuevamente intenta darle una puñalada, y por desgracia surte efecto. El cuchillo se clava en el pecho de Thomas, y enseguida brota del lugar sangre, mucha sangre.

- ¡No! - salgo corriendo en dirección hacia ellos y miro a Thomas en shock. Literalmente en estado de shock. Las lágrimas sucumben bajo mis ojos y arrastro la mirada hasta sus ojos, los que tanto amaba ver...

Me mira de una forma inexplicable, y siento que nada está a nuestro alrededor, solo nosotros. Mi corazón amenaza con salirse de mi interior, mientras siento que en mis ojos reflejo un sentimiento no antes sentido hacia él...

Decepción

Axel suelta el cuchillo ensangrentado de sus manos y mira la escena con confusión, mientras recorre sus ojos desde el cuerpo inerte de Thomas hasta sus manos llenas de sangre. Noto confusión

Intenta acercarse a mí, y en ese vano intento dos policías más lo agarran. Se despera y comienza a forcejear, grita descontrolado mientras me dice repetidas veces un "¡Te juro que no sé qué me pasa litzy! ¡No sé qué pasa!

Las lágrimas corren por mi rostro mientras soy incapaz de pronunciar palabra. La respiración se me agita y siento mis piernas flaquear. Miro como dos policías más se acercan, y oigo lejanamente sus preguntas de si estoy bien o no.

Miro borrosamente el cuerpo de Thomas, el cuál está rodeado de más policías y paramédicos. También veo cómo su padre llora desconsoladamente sobre él. Sin más qué hacer, cubren su cuerpo con una manta blanca y es lo último que veo antes de caer sin aliento sobre los brazos de no sé quién.

Definitivamente, mi vida se estaba cayendo a pedacitos

Definitivamente, mi vida se estaba cayendo a pedacitos

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Deseo indestructible [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora