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Reino Unido no tardó en informarle cuando los invitados empezaron a llegar, México no tardó en bajar. Para sorpresa del mexicano los primeros en llegar fueron los latinos, si era franco había esperado en un inicio a Alemania o Rusia, sin embargo, fue una grata sorpresa. 

Abrazó a sus amigos y ellos le correspondieron feliz. La normalmente tranquila y silenciosa casa se llenó rápidamente de risas y charlas animadas, escandalosas por momentos. México sonreía ampliamente, no había ni un momento de tranquilidad en su rostro, solo una amplia sonrisa, casi juraba que se le verían las encías. Era esa sonrisa que UK tanto amaba, la sonrisa genuina y cálida de México, brillante como el mismo Sol, pero con la sensación de observar la Luna. Te llena de esa calidez reconfortante, de una paz y felicidad sin igual o al menos así le sucede a él que se ocupaba de llevar y traer las botanas.

Una hora después fueron llegando el resto de invitados, el inglés los saludaba cordialmente, mientras el latino de manera animada y cálida como siempre. Normalmente para una fiesta que incluyera a tantos y tan variados países se habría tenido que hacer un plan con demasiada antelación, no sólo un par de semana, meses quizá, notificar a la ONU y conseguir su aprobación. Y como suele suceder con los trámites no es un proceso rápido; aún así el inglés se las arregló para hacerlo en un tiempo récord, aunque tuvo que conseguir un poco de apoyo por parte de Estados Unidos. De igual forma no hubo ningún inconveniente, se consideraron más opiniones y al final todos aceptaron con gusto, no era una fiesta exagerada como a veces hacían los latinos entre ellos y aún si había intereses políticos de por medio, esperaban que la reunión se llevase acabo fuera de ello, como un plan amistoso, olvidándose de las rivalidades y problemas diplomáticos. Después todo a veces muchos de esos conflictos no tenían que ver en un inicio con los country si no con los intereses humanos. Esa había sido la condición para asistir. 

Transcurrido un tiempo de la fiesta en que todos charlaban y habiendo acabado los típicos juegos Chile se ofreció a ayudar a México a limpiarse después de jugar uno que incluía papillas. Reino Unido se dirigió hacia el sitio donde estaban llevando algunas cosas para ayudar, el plan era solo dejarlas y marcharse, no quería seguir siendo tan invasivo y molestar al mexicano, pero sus planes cambiaron abruptamente cuando escuchó sin querer la conversación entre ambos latinos. 

-Te ves feliz, mejor de lo que esperaba. - México canturreó una respuesta, como un sonido de aprobación y burla. - Pensé que volverías a tu país poco después de irte. 

-Hicieron apuestas sobre eso ¿verdad? - Bromeó intentando deshacerse de las manchas en su ropa. Chile río. - ¿Me dirás al menos por cuánto apostaste? 

- Tres meses. Máximo. - Hubo un corto silencio y ambos volvieron a reír. - No, pero en serio ¿todo está bien? 

De nuevo un silencio, Chile observó a México recapacitar, tomó asiento dejando a un lado su tarea de limpieza, el sudamericano sabe que es con quien más confianza siente el contrario, podría fingir con cualquiera ahí afuera, pero con él no, con él sabía que podía ser honesto, que no esperaba siempre esa feseta risueña, alegre, sin enojo o un enojo solo de manera bromista, sabe que la sinceridad va ante todo cuando se encuentran solos. El mexicano tamborilea los dedos sobre la mesa, trata de encontrar las palabras adecuadas, está al tanto que un simple sí no será respuesta suficiente en la platica.    

-Ahora podría decirse que lo está. No he arreglado las cosas con Reino Unido, pero podemos llevarnos bien... quiero decir, hay mucho todavía de que hablar, sobre los acuerdos, el nombre... - Toma otra vez un tiempo recapacitando- En realidad no, todo se decidió desde un comienzo, solo es que ahora ya no puedo fingir que soy externo a esto, no puedo fingir que no tengo nada que ver con el bebé y estar perfectamente bien con que Reino Unido se lo quede.

Chile se acercó a él palmeando su espalda a modo de confort, el otro latino volvió a su anterior tarea, mientras él pensaba en alguna solución que ofrecerle además de sólo su atención.

-¿Lo has hablado con él? Aún no es tarde para modificar el acuerdo, siempre ha sido muy comprensivo en eso contigo, si ahora se llevan bien estoy más que seguro que hay alguna manera de hacerlo justo para ambos. 

-Es una posibilidad...

La voz de Perú llamando a ambos sobresaltó al inglés que torpemente se retiro esperando que su presencia no fuera advertida.

-Como sea, ya veré que hacer después, por ahora sigamos disfrutando Chilito - Le sonrió al contrario volviendo a su estado de ánimo anterior y tirando las servilletas con que se limpiaba, había necesitado esa platica por mucho, aun si fue breve, porque al final la limpieza solo había era una excusa para ese tiempo a solas con su amigo. 

Por otro lado, en cuanto Inglaterra volvió a colocar las cosas que llevaba entre manos en su sitio una voz volvió a sorprenderlo. 

-Deberían hablar las cosas pronto, si sigues retrasando los acuerdos se volverán un problema en un futuro próximo. Escuché algo interesante de Rusia, aunque los temas diplomáticos están fuera de lo permitido por ahora. Ya escuchaste a México, tienen que hablarlo. 

Se volteó para ver la cabellera rubia de Estados Unidos, acompañada de su típica sonrisa segura. 

-¿Qué fue lo que escuchaste de Rusia?

-Sólo algo que sospecho quería decirte antes. Sea cual sea el caso, dijeron que lo diplomático queda fuera durante la fiesta, así que hablémoslo en otra ocasión. Sólo te aviso porque es mi deber como hermano mayor cuidar de mi hermano menor, ahora volvamos, no es bueno que un anfitrión se ausente tanto.   

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⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

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