Amigos?

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Al día siguiente Kougyoku se levantó de muy buen humor así que decidió ir al jardín interior del palacio a pasar un rato relajante sentada en la hierba y cogiendo sol.
Gizy por su parte se había ido a dar una vuelta.

Kougyoku: Que flores más bonitas...

Se susurró a sí misma y sin pensarlo mucho se sentó al lado de estas y comenzó a hacer una corona de flores, aunque saltaba a la vista que no era su especialidad.

Kougyoku: Mm~ lalala~

Tatareaba una melodía tranquila, cuando de pronto alguien pisó la flor que estaba a punto de coger.

Kougyoku: Ah! Que crees que estás haciendo?

Lo dijo un poco a la defensiva, lo cual ella misma notó y se relajó de nuevo.

X: ¡L-Lo siento!

Dijo apresuradamente mientras quitaba su pie de encima de la flor ya aplastada. Kougyoku lo reconoció inmediatamente al mirarle la cara.

Kougyoku: Tú eres...

Se quedó unos momentos en silencio y se giró rápidamente con vergüenza porque se le había olvidado el nombre.

Kougyoku: Escuché que Zagan te dio bastantes problemas ¿verdad?

Alibaba estaba sorprendido por la repentina consideración de Kougyoku así que no sabía muy bien cómo responder.

Alibaba: Eh, sí.

Kougyoku miró un momento al cielo y se perdió en sus pensamientos.

Alibaba: Toma.

Kougyoku se giró confundida.

Alibaba: Lo siento, por haber pisado la flor. Toma esto, como una disculpa...

Dijo y le entregó una perfecta corona de flores. Kougyoku la recibió aún en transe.

Kougyoku: Como la has hecho...?

Alibaba: ¿Uh, esto?

Respondió sorprendido. Y Kougyoku asintió.

Alibaba: Um... esto lo coges así, y lo pasas como un anillo, y...

Alibaba siguió explicando y enseñando como hacer una corona de flores a Kougyoku. Y así pasaron prácticamente todo el día intentando que a Kougyoku le saliera bien aunque sea una sola corona de flores.

Al día siguiente Kougyoku siguió practicando hasta dejar casi sin flores al jardín interno, pero consiguió hacer una perfecta corona de flores. Se alegró tanto que decidió que la persona con quien debería compartir esta felicidad era nada más y nada menos que quien le enseñó a hacerla. Por lo que Kougyoku buscó por todo el palacio a Alibaba para contarle de su reciente logro. Lo encontró practicando el manejo de la espada en una zona de entrenamiento al aire libre así que se acercó rápidamente hasta él.

Alibaba: ...Y ni siquiera consigo que funcione mi equipo Djinn...

Hizo un susurró casi inaudible.

Alibaba: ¡Maldición!

Grito y agito bruscamente su daga hacia atrás. Aunque sin saberlo era justo el lado por el que se acercaba Kougyoku. Kougyoku reaccionó rápidamente y se agachó esquivando exitosamente la daga.

Kougyoku: ¡Oye, ten cuidado, que es muy peligroso!

Alibaba se asustó y rápidamente dejó su postura de combate.

KougyokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora