Imperio Kou

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Después de un largo y agotador viaje, Kougyoku y sus guardias llegaron al Imperio Kou.

Sirviente: La princesa, Ren Kougyoku, acaba de regresar.

Anunció mientras el carruaje en el que iba ella se detuvo dentro del castillo. Un guardia se acercó y abrió la puerta para que Kougyoku saliera. Como siempre los sirvientes del castillo se habían formado en una perfecta línea que llegaba hasta la entrada, sin embargo había algo fuera de lo común en este típico paisaje.

Kouen: Kougyoku.

A Kougyoku se le erizaron los pelos del escalofrío que le dio escuchar a su hermano después de tanto tiempo... enojado.

Koumei: Creo que sabes perfectamente lo que tenemos para decirte.

La presencia de los dos enojados era tan abrumadora que parecía que Kougyoku iba haciéndose cada vez más y más pequeña.

Kougyoku: Sí, hermanos...

Agachó la cabeza mientras escuchaba como sus dos hermanos se acercan a ella.

Kouen: Bienvenida a casa, hermana.

Soltó de la nada con una voz suave y tranquila. Y le acarició la cabeza a Kougyoku despeinandola.

Kougyoku: Ah?

Koumei: Lo has de haber pasado mal.

Le dijo comprensivamente mientras se agachaba un poco frente a ella para poder estar a la misma altura. Por algún extraño motivo las comprensivas y cariñosas palabras de sus hermanos le llegaron a lo más profundo de su corazón y comenzó a derramar lágrimas, una tras otra, sin parar.

Kougyoku: Eh...?

Se sorprendió a sí misma al comprobar que sus ojos no paraban de lagrimear. Se quedó un momento en transe y miró a su hermano mayor, Kouen, quien la miraba con compasión; volvió su vista al frente donde estaba su otro hermano mirándola cariñosamente, y no pudo contener su gran felicidad.

Kougyoku: Sí! Pero ya estoy en casa!

Grito feliz mientras Koumei le limpiaba las lágrimas con la manga de su túnica.

Los tres fueron a la biblioteca de Kouen a ponerse al día en todo lo que había pasado. Dentro, Kougyoku relató todo lo sucedido en Sindria desde su llegada y el regreso de Ka-koubun, hasta el misterioso plan que tenía Sinbad para ella. Obviamente también relató su falso enamoramiento con Sinbad.

Kougyoku: ... Y eso fue lo que ocurrió.

Kouen rompió la taza con la que estaba bebiendo su café, con la mano. Y Koumei solo mantenía una siniestra sonrisa en la cara.

Kouen: Kougyoku, lo has hecho bien. A pesar de que no me acaba de gustar tu técnica de enamoramiento, entiendo que fue para bajar su guardia y conseguir información a través de Gizy.

Kougyoku asintió y Gizy salió de la manga de ella, y se dirigió a la mesa del centro a comer unos aperitivos que estaban ahí.

Koumei: Pero es sospechoso, sin importar que tan pervertido sea el rey de Sindria no me acaba de encajar que es lo que quería conseguir de Kougyoku con esa pelea.

Kouen y Kougyoku prestaron atención al planteamiento de Koumei.

Kougyoku: Estoy de acuerdo. Es cierto que soy una de los seis portadores de contenedor de metal del Imperio Kou, y que en algún momento nos enfrentaremos a Sindria, pero no veo necesario que quisiera tan desesperadamente un combate conmigo.

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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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