III. ¿Qué te pasó?

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_____ solía mantener la compostura siempre, pocas cosas ahora podían derrumbarla, aunque por dentro ya se había derrumbado hace muchos años, y ahora solo intenta recolocar los ladrillos mientras la aporrean.

Es por eso, que con el poco dinero que tenía, fue a una tienda a buscar algún regalo para Emma, incluso después de lo que había pasado momentos atrás. Limpió la sangre de una forma bruta y no le importó los moretones.

Es doloroso pero es lo correcto.

Tenía que ser mejor que eso. Redimirse, y empezar de nuevo.

Evitaba llorar viendo las etiquetas de los vestidos que le gustaban para la niña que cumplía años, la _____ de antes estaría decepcionada de lo patética que se había vuelto en el presente.

—¿Cuál es el vestido para niña más barato? —preguntó a la dependienta de la tienda, casi con un nudo en la garganta de vergüenza y humillación.

Se dio cuenta que tocó fondo al ver la cara de pena y preocupación que puso la mujer que la estaba atendiendo.

Pena por el tono ahogado con el que le preguntó por los precios. Preocupación por lo demacrada, cansada y herida que se veía la mujer. Su labio roto, y las cienes rojas como si recién hubieran sido golpeadas.

—Bueno, tenemos estos modelos —después de un segundo de análisis, intentó proseguir de su trabajo de manera profesional, mostrándole la ropa que le había solicitado.

Sin siquiera fijarse el modelo o lo lindo que era el vestido, buscó la etiqueta rápidamente viendo el precio tres mil quinientos yenes.

¿Qué otro precio esperaba? Obviamente no iba a salir tan barato. No iba a ser tan fácil.

Respiró profundo viendo la etiqueta de nuevo.

No había otra opción.

—Me lo llevo —dijo con dolor en el pecho, tenía el dinero, pero no esperaba gastarlo casi todo. Todavía faltaban unos días para cobrar de nuevo.

Se dirigieron las dos mujeres a la caja registradora, con amabilidad la dependienta puso el vestido en una bolsa, colocándole un moñito.

El adorable alma suspiró un momento contemplando lo que iba a hacer antes de hablar con su voz tan benevolente, como si fuera un ángel.

—Tiene un descuento de veinticinco porciento, la prenda le queda a un total de dos mil seiscientos veinticinco yenes —ese veinticinco porciento de descuento vendría de su bolsillo, después de tanto tiempo trabajando ahí, pareciera no aprender que si es tan buena con la gente nunca sería exitosa.

_____ no se atrevió a preguntar el por qué del descuento, miedo le daba que se lo sacara de las manos, así que solo abrió su billetera y le dio los billetes todos doblados y pegados con cinta.

—Gracias —habló después de pagar, yéndose de la tienda.

Ni siquiera podía sentirse avergonzada de que le hicieran un descuento por pena, solo sentía alivio de que tuviera que pagar menos, así al menos podría comer bien.

Estacionó la moto donde siempre, podía ver los globos atados en la puerta y las sombras en las cortinas del movimiento de la casa Sano, esa noche parecía que estaban disfrutando, no podía evitar pensar que no era merecedora de ser acogida en esa casa.

"Tía, vas a venir a mi cumple, verdad?"

Resonaba en su cabeza lo que hace algunas semanas le había dicho la pequeña Emma con emoción en sus ojos.

Suspiró antes de tocar la puerta.

Un shinichiro distraído le abrió, mientras miraba para otro lado, contestándole algo a alguien.

𝐀𝐑𝐄 𝐖𝐄 𝐓𝐎𝐎 𝐎𝐋𝐃 𝐅𝐎𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐒? - 𝒔𝒉𝒊𝒏𝒊𝒄𝒉𝒊𝒓𝒐 𝒙 _____Donde viven las historias. Descúbrelo ahora