IV. ¿qué es el amor, Shinichiro?

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Su vida se asemejaba a una historia de terror, o eso sentía su corazón adolescente, cada día más. 14 años, podrían empezar los granos, la calentura, la rebeldía, pero ella sintió que sólo empezaba una capa más de dolor agregada al resto de su historia.

—Sí, ¿quién habla? —apenas llegaba a la casa después de un día agotador, ni siquiera se había sacado los zapatos y había empezado a sonar el teléfono de la casa.

"Soy un empleado del bar que frecuenta su madre, ella está muy borracha, pero me dió pena echarla del bar sin más, ella me dio este número ¿podría venir a buscarla?"

Una angustia recorrió el pecho de la chica, ¿no era una niña como para estar lidiando esas cosas?

—De acuerdo —contestó del otro lado de la línea, acompañado de un suspiro decepcionado, para después cortar la llamada.

Ya no había necesidad de sacarse los zapatos.

Volvió a salir, dirigiéndose al bar al que sabía que suele estar su madre, lo sabe por el hecho de que al volver de clase, la mayoría de las veces que ve por las ventanas del bar, la cabellera de su madre está ahí.

Esta vez no era diferente, vio su espalda de nuevo, en vez de recta, acostada en sus brazos sobre la barra.

Dio un paso dentro y se sentía de alguna manera ilegal, era muy pequeña para estar ahí dentro y se sintió raro e incómodo, ver las miradas de otras personas pegadas en ella. Incluso el cantinero, que pensó que por teléfono estaba hablando con alguien mayor de edad.

—Ya fue suficiente, vámonos —la chica habló con firmeza sacándole el vaso y tomándola del hombro, el cual su madre se resistía un poco de una forma que ella consideraba "cómica" pero para _____ no le causaba ni una pizca de gracia— ¿por qué no puedes comportarte como una adulta? ¿A caso no te da vergüenza?

Las palabras ahora eran más decididas y enojadas, sin importar si la lastimaba o no, la tomó del brazo— Gracias por avisar —habló al cantinero que tenía en frente, y después la arrastró fuera del local.

Por suerte la casa no quedaba muy lejos, porque tuvo que cargar con ella a rastras, su madre ni siquiera podía pararse, era repugnante para ella que el único contacto físico que tenía con su madre era el arrastre de un bar hasta casa. Era horrible pero era a lo que estaba acostumbrada, la calidez maternal nunca la había tenido, la comprensión, retención, abrazos, amor, nunca lo había conocido.

Nunca había disfrutado de algo con su madre.

Al entrar a la casa, la chica tiró a su madre en el sofá y se dispuso a irse lo más rápido posible a encerrarse en su cuarto.

—¿qué pasa? —frunciendo el ceño preguntó antes de safarse del agarre que su madre tenía en la manga de su camiseta evitando que se fuera.

Incluso después de prejuzgarla como una borracha irresponsable que ni se podía parar, se levantó del sofá con firmeza, cayendo en los brazos de _____ en un abrazo.

Era la primera vez que recibía un abrazo de su madre.

—Perdón por ser mala madre... —la chica estaba más dura que una piedra, en su vida hubiera pensado que le podría pasar eso, no estaba preparada.

Todas sus emociones se revolvían en todo su cuerpo, en su cabeza, estómago, hasta en los pies, en los que ya sentía un hormigueo desagradable.

—Suéltame —contestó al borde de las lágrimas, sin embargo, no dejó caer ninguna. Era hipócrita que pidiera que la suelte, cuando no estaba haciendo nada para safarse ella misma.

𝐀𝐑𝐄 𝐖𝐄 𝐓𝐎𝐎 𝐎𝐋𝐃 𝐅𝐎𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐒? - 𝒔𝒉𝒊𝒏𝒊𝒄𝒉𝒊𝒓𝒐 𝒙 _____Donde viven las historias. Descúbrelo ahora