VI. I ¿puedes besar a cualquiera sin dudar pero a mi no?

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Desde que empecé a salir con los chicos, me volví una más del grupo, a cualquier lado que iba uno, íbamos todos, pateábamos todos para el mismo lado.

Un día, no sé cómo fue, pero terminaron ideando el hacer una "pandilla", me sonó inmaduro y tonto. Pero tampoco quise ser excluida, así que con un rodar de ojos y un resoplo dije "bueno, está bien".

Terminé siendo una de las capitanas de eso, al principio no me negué porque pensé que era una ilusión tonta de los chicos, cuando empezaron a haber más y más personas a mi cargo, empecé a dudar si solo era un juego de niños.

Dudé de mis habilidades para liderar tanta gente, pero mis amigos estaban ahí para ayudarme. Los chicos de la pandilla me respetaban, o al menos la mayoría. Me sentía querida y acogida.

Tuvimos muchas noches divertidas, en esa época supuse que todo eso de la pandilla lo hicieron por mí, para alejarme un poco de los problemas de casa, pero en retrospectiva, todos necesitábamos escapar un poco del cruel día a día.

Nunca fui una niña destinada a ser la más sana, mi adolescencia la pasé intentando crecer más de lo que podía. Cigarrillos, sexo, alcohol, fiestas, ¿se supone que eso hacen los adultos? Y ahora que lo soy, me siento como una niña inocente más que nunca.

Todavía me acuerdo de la primera vez que rechacé a Shinichiro, y ni siquiera supe el por qué.

—¡Juguemos al juego de la botella! —propuse una noche de muchas, donde habían varios chicos y algunas muy pocas chicas en el garage abandonado que nos juntábamos a hacer tonterías.

Estaba húmedo y resonaba todo en las paredes, en ese tiempo, no tenía la misma tolerancia que ahora, ya estaba borracha.

Todos nos sentamos en un círculo, incluso obligué a Wakasa, que tuve que llevar a rastras.

No estaba dolida, quería hacerme la dolida, porque había terminado con un novio, no estaba despechada, solo estaba sola de nuevo, algo que no sabía.

Giré la botella, y salieron dos personas que no conocía, se sonrojaron y se dieron un beso. Aproveché a ver las caras de todos los demás, seguro rezaban para que no les toque cierta persona, o que les toque con cierta otra. Yo estaba muy segura que no me importaba besarme con nadie y estaba abierta a cualquiera.

Así mantuve mi afirmación cuando giraron la botella y me tocó con un chico de mi escuadrón, que no conocía del todo, se puso rojo como un tomate, pero no negó nada, mientras me acercaba a él caminando en cuatro patas.

Lo besé determinada, hubiera metido hasta la lengua, pero me di cuenta que su nerviosismo era solo una fachada para la persona que era, posó su mano en mi trasero intentando empujarme hacia él, delicadamente le saqué la mano de ahí y caminé hacia atrás volviendo a mi lugar sin hacer un escándalo.

Todos me estaban viendo, incluso Shinichiro, con ojos menos brillantes que antes.

Después de otras vueltas animadas de las botellas, hubieron piquitos tímidos, besos cortos, y otros más apasionados.

Primer giro.

_____.

Segundo giro.

Shinichiro.

—Olvídenlo, no voy a hacer eso —me molesté conmigo misma al segundo que vi esa combinación y no pude mover ningún músculo.

Había pensado en todas las posibilidades, pero nunca en mi vida pensé en algo así con mi mejor amigo, no podía hacerlo.

—¿te acobardaste? Tú propusiste jugar esto —Wakasa comentó con una sonrisa pícara, estaba relajado, verlo decirme eso me generó tanto odio, porque no entendía por qué no podía.

También vi a Shinichiro, tenía cara decepcionada. De nuevo ¿en serio quería besarme? Soy solo su amiga.

—Ya besé a alguien y no quiero jugar más —estaba ya cansada de la insistencia, pero a decir verdad, sólo quería huir de la situación, terminé corriendo de ahí, de forma patética, ni siquiera habían insistido tanto, Wakasa dijo un comentario tonto.

Pero no pude aguantarlo. ¿Por qué estoy tan susceptible?

Tampoco había ido muy lejos, me senté en las afueras del garage a fumar sola, mientras sólo me culpaba a mi misma por no poder haber hecho algo tan simple como eso, algo que hacía prácticamente todos los días.

—Eres tan estúpida, es un simple beso, ahora Shinichiro va a pensar que-

Me culpé en voz alta por unos segundos antes de ser interrumpida.

—Te doy asco? —Escuché atrás de mi una voz que conocía perfectamente.

—Es todo lo contrario —una calada más larga para sobrellevar esta conversación.

—¿puedes besar a cualquiera sin dudar pero a mí no? —se sentó a mi lado viendo como intentaba ocultar de forma tan tonta mi mirada, interesándome por una luna raquítica que no tenía mucho  interesante que ver.

Como yo.

Un beso mío no sirve de nada. No es nada interesante. ¿Por qué lo quieres?

—El problema no eres tú, soy yo —dije una frase tan típica y odiosa que si me la hubieran dicho a mí me hubiera enojado tanto que habría golpeado algo.

Pero estaba tan acostumbrada a decirla. El problema siempre soy yo.

—¿y esa excusa qué? —dijo entre medio de una risa suave, al menos no se lo tomó como yo lo hubiera tomado.

—Perdón Shin, eres un buen chico... —justo después de terminar el cigarrillo, tomé otro prendiéndolo— no puedo besarte, me paralizo de solo pensarlo... no me das asco para nada, eres mi mejor amigo... algo profundo me lo impide y no sé qué es.

El tomó mi cigarrillo en su mano y fumó un poco, tosiendo ¿nunca lo había hecho antes? No pude evitar sonreír mientras lo miraba.

—Entiendo, pensé que te parecía feo —quiso decir en forma graciosa para que me riera, no me dio risa pero me reí igual para no volver la situación incómoda.

Pero lo que era verdad es que por mi culpa el se sintió como alguien feo, la persona fea soy yo.

—Para nada, Shin.

Me devolvió el cigarrillo que le había hecho toser, y terminé de fumarlo en silencio mientras intentaba esconderme entre mis rodillas, estaba todo tan tranquilo, los grillos sonaban, el viento era suave, las luces tenues.

—Me gustas, _____.

El piensa que soy experimentada en el amor porque he salido con varios chicos. Es mentira, no sé cómo reaccionar a esto.

Querría salir corriendo pero mis pies no reaccionan, lo único que puedo hacer es usar mi voz. Mi corazón parecía apretarse cada vez más en mi pecho, tanto que cada uno de los latidos se sentía más fuerte que el anterior.

—Y-yo no... —Mis labios temblaban y sonaba como si fuera la persona más débil del mundo. No me importaría mentirle a cualquiera para salir con él y recibir su amor, pero con Shinichiro simplemente no podía.

—No es necesario que lo digas —sus ojos demostraban la seguridad y ispiraban tranquilidad— eres mi mejor amiga, tienes el derecho a saber.

Coloqué mi cabeza en su hombro, quería llorar. ¿por qué podía corresponderle a cualquier tipo idiota y a él no? Al chico más tierno, amable, dedicado, lindo.

—Ya se te pasará —cada chico con quien estaba se le pasaba. Porque aún no me conocían en realidad, lo dije sin darme cuenta, que Shinichiro gustaba de mí incluso siendo el desastre que soy. La chica que lo llama en la madrugada y aparece en su casa, la que es mala influencia, y juega con sus sentimientos.

Pero pasó su mano por mi hombro abrazándome.

Aun convirtiéndome en una chica más del montón que había rechazado a Shinichiro, me tomó en sus brazos como si no importara. Es tan buen chico que su amistad me hace sentir culpable de no poder llegar a sus expectativas.












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Ñaaaau

𝐀𝐑𝐄 𝐖𝐄 𝐓𝐎𝐎 𝐎𝐋𝐃 𝐅𝐎𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐒? - 𝒔𝒉𝒊𝒏𝒊𝒄𝒉𝒊𝒓𝒐 𝒙 _____Donde viven las historias. Descúbrelo ahora