Numero 5: La distancia une aún más a las personas que se quieren

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Con ese primer beso, ese "sí" susurrado en la noche, Ethan y Nohelia sellaron un pacto de amor. Eran novios ahora, unidos por algo más fuerte que la simple atracción o el afecto pasajero.

Ethan estaba extasiado, perdido en la dulzura de los labios de Nohelia, en la suavidad de su piel bajo sus dedos. Ella era tan inocente, tan pura, y él sabía que él mismo distaba mucho de serlo. Pero en ese momento, se prometió a sí mismo que iría despacio, que atesoraría y protegería la inocencia de Nohelia como el regalo precioso que era.

Esa noche del 30 de diciembre de 2015 se grabaría a fuego en sus memorias, un hito indeleble en la historia de su amor. Porque la fecha en que comienza una historia de amor es siempre la más importante, incluso más que cuando termina.

Y sí, cada historia tiene un final. Es una verdad dolorosa, pero innegable. Sin embargo, Ethan se aferró a la creencia de que una verdadera historia de amor nunca deja de escribirse, que continúa viviendo en los corazones de aquellos que la vivieron, incluso después de que las últimas páginas han sido escritas.

Desde ese momento, Nohelia se convirtió en el centro del universo de Ethan. Ella entró en su corazón como un rayo de sol, iluminando hasta los rincones más oscuros de su alma. Pero Ethan, con todas sus experiencias pasadas y sus cicatrices emocionales, encontró más difícil dejarse ir por completo, permitir que Nohelia entrara en su corazón de la misma manera.

Pero eso no disminuyó la intensidad de sus sentimientos. Por primera vez en su vida, Ethan pasó las fiestas con una novia, con alguien a quien podía llamar suya. Ya no estaba solo, ya no era simplemente un cuerpo caliente para calentar una cama fría en una noche de invierno.

Para Ethan, esa fecha se convirtió en un tesoro, un recuerdo que atesorar para siempre. Pero también era consciente de la naturaleza agridulce de los recuerdos, de cómo incluso los momentos más felices pueden teñirse de tristeza con el paso del tiempo y el cambio de las circunstancias.

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses. Su amor creció y se profundizó con cada momento compartido, cada risa, cada lágrima. Y luego llegó su primera fecha importante como pareja, un hito que solidificó aún más su vínculo.

Pero su amor tuvo que enfrentar un desafío desde el principio: la distancia. Nohelia vivía lejos, y sus encuentros eran limitados por la geografía y las responsabilidades de la vida. Pero en lugar de debilitar su conexión, esta distancia solo sirvió para fortalecer su amor.

Porque, como dice el dicho, "la distancia une aún más a las personas que se quieren". Cada momento separado era una oportunidad para anhelar, para soñar con su próximo encuentro. Cada mensaje, cada llamada telefónica, se convirtió en un salvavidas, una conexión tangible con el otro.

Y así, a través de los kilómetros y los días de separación, su amor continuó creciendo, alimentado por la anticipación y la esperanza. Porque sabían que cada adiós era solo un preludio para el próximo hola, que cada distancia era solo un espacio para llenar con su amor.

Ethan y Nohelia estaban aprendiendo una de las lecciones más importantes del amor: que no se trata de proximidad física constante, sino de una conexión de almas que trasciende el tiempo y el espacio.

Ethan y Nohelia estaban aprendiendo una de las lecciones más importantes del amor: que no se trata de proximidad física constante, sino de una conexión de almas que trasciende el tiempo y el espacio

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