𝐀 𝐄𝐆𝐎𝐈𝐒𝐓𝐈𝐂 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓 ☆.｡.:*

☆.｡.:* 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟓_𝐂𝐇𝐀𝐈𝐍𝐄𝐃 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑

Y así comenzaron los primeros días, se tomaba bastante en serio las pruebas y el entrenamiento que estaban realizando, el equipo disponible le servía de bastante ayuda para tener mejor dimensión de las capacidades del cuerpo de Kira, eso y también le permitía adaptarse y acostumbrarse de mejor modo en el rendimiento y control del cuerpo de ese nuevo cuerpo.

De todos modos, la distinción entre estar clasificado como parte de lo mejor y lo peor ya se notaba desde un principio, una meritocracia efectiva que despertaba el disgusto y el deseo de obtener aquello que tenían los que estaban en la cima, aunque en su caso, acostumbrado a una vida modesta y no complicándose mucho a pesar de lo molestoso que podía ser compartir habitación, solo seguía tranquilo, además que su posición le permitía comer comida disfrutable, por lo que él único aspecto en el que podría llegar a ser quisquilloso ya estaba cubierto. 

Así paso el tiempo durante unos días, no se molestaba en contarlos, de por sí la historia era poco específica por ese lado, así que solo continuaba entrenando esperando a que llegará el momento, además, con las pocas cosas que había por hacer, era lo mejor que tenía para distraerse, lo que le llevaba a recordar la biografía de varios futbolistas de clase mundial. En un barrio de pobreza y delincuencia, unos retazos de ropa para hacer un balón era lo único que tenían para reír entre colegas, dejar de pensar en el mal tiempo y la situación en la que se encontraban, y en un futuro, eso mismo sería lo único que podría llegar a darles un escape. 

          (Para ellos el balón era absolutamente todo... Yo... ¿Qué pasaría si a futuro termino siendo eliminado?... Yo... Sino sobrevivo... ¿Lo habré perdido todo?¿Me apunté aquí bajo esa premisa?)

Estando en sus pensamientos, sería interrumpido sin querer por Isagi y Bachira que entraban también al campo para entrenar, ambos lo saludaron, con algo de sorpresa por parte de Isagi, y Bachira, como siempre bastante alegre y juguetón. 

Explicando la situación es que buscaba retirarse, sin embargo, Bachira insistía en que los tres se quedaran a jugar, después de todo, en palabras de este, aún seguía teniendo en su mente esa reacción al último segundo que lo llevo a sobrevivir, algo a lo cuál tras preguntarle a Isagi, este también asintió afirmando que se sentía intrigado por ello y que deseaba practicar con alguien que pudo llevar a cabo esa hazaña para poder sobrevivir en Blue Lock.

          - Sobrevivir aquí en Blue Lock eh... Personalmente, diría que sigas ese sentimiento, yo pude hacer lo que hice porque mi mente solo pensó en una cosa y se dispuso en su totalidad a ello, Sobrevivir. Ese sentimiento, ese deseo es sumamente poderoso, es por ese sentimiento de supervivencia que hemos progresado tanto hasta día de hoy, y es lo que Ego puede estar buscando en estos momentos, que para nosotros perder sea lo mismo que morir. Nuestra situación es igual a la de esos futbolistas en su niñez, ¿no crees? Apartados del mundo, encerrados en una situación de la cuál no pueden escapar, y solo con un balón en sus pies con lo cuál distraerse, y a futuro, con la pequeña y única esperanza de que si logran ser los mejores, puedan salir de esa situación, puedan traer paz a su familia, puedan traer la gloria a un país, puedan... Sobrevivir

Tras estas palabras totalmente sumergido en el monólogo que estaba diciendo al verbalizar lo que su mente se encontraba pensando, solo observaba el balón que había subido de sus pies a sus manos, aunque tras esto, solo esbozo una pequeña sonrisa y se disculpo por haberse explayado así, aunque sería ese pequeño momento algo que a Isagi le hizo notar que había algo más profundo tras esas palabras, siendo esta preocupación algo que notaría el chico de ojos ámbar, esto por el minúsculo más visible a sus ojos cambio de expresión en Yoichi. 

De todos modos, dejando caer el balón a sus pies y dándole un sutil pase a Isagi solo se daba la vuelta y se despedía con amabilidad, con esa sonrisa que tanto caracterizaba al muchacho, dejándolos solos y deseándoles suerte con las prácticas que fueran a realizar. Isagi asentía y agradecía mucho por sus palabras, mientras Bachira solo observaba en silencio como el joven de ojos ámbar se retiraba, al parecer, el otro monstruo que creía haber encontrado por sorpresa, se ponía a si mismo las manos al cuello.