El tiempo pasó muy deprisa. La verdad es que le cogí cierto temor a salir al exterior de aquel refugio que encontramos, así que estuvimos viviendo ambos allí durante un tiempo. Purrlion, tras recuperarme del dolor de la pata, me ayudaba a entrenar e incluso me enseñó algún ataque nuevo, pero aún no me sentía con fuerzas de abandonar el refugio y adentrarme a las profundidades del bosque como le prometí a mi amigo.
El felino todas las mañanas se encargaba de recolectar algunas bayas para comer, recuerdo la primera mañana que lo hizo. Me desperté y lo vi entrar con una gran hoja llenas de bayas aranja. Con mi pata mal hice todo lo que pude por levantarme y abrazarlo, lo que provocó un sonrojo por su parte. La verdad, esto de tener alguien a tu lado era muy cómodo y divertido. Al principio me resistía a confiar en aquel felino morado, normal que fuese reacia a su compañía, cuando le conocí el trató de robarme mi comida, pero luego vi lo buen amigo que podía llegar a ser.
No se cuanto tiempo había pasado desde que llegamos, pero una mañana Purrlion estaba con un semblante más serio de lo habitual, pero no me atrevía a preguntarle el porque. Al final me armé de valor y le pregunté:
- Esto... Purrlion... - bueno vale, lo dije muy tímida - ¿te puedo preguntar... una cosa?
- Claro que si, ya sabes que puedes hablar conmigo de lo que quieras. - dijo el felino provocando que se me erizara la piel.
- Es que... te noto bastante serio... y me gustaría saber el por qué. - Purrlion me miró sorprendido, como si hubiese sido increíble que adivinara que le ocurría algo... Purrlion, no disimulas nada bien amigo mío... - se te nota en la cara enseguida...
- Pues... no se la verdad... era un tema que no quería hablar contigo porque como se te ve tan cómoda viviendo aquí y te encanta este lugar, no quería darte motivos para preocuparte y querer dejarlo, me gusta verte feliz.
- Purrlion - aquella confesión me pilló desprevenida - si ocurre algo debes contármelo, no esconderlo, en mi vida ya he tenido muchos problemas con los que lidiar, ¿acaso te crees que soy débil y que no puedo afrontarlos? ¿Es eso? ¿Crees que soy débil y que necesito de tu ayuda para sobrevivir? Que sepas que logré vivir mucho tiempo antes de conocerte, y que podría volver a hacerlo, no necesito de tu compasión...
- Pero Zorua no quería decir eso...
- ¡Se que no querías decir eso pero es lo que me haces sentir! - dije sin poder reprimir las lágrimas, no se porque me había afectado de aquella manera esas palabras, pero lo habían hecho - No se por qué te tomas tantas molestias conmigo...
- Pero...
- Dime que es lo que pasa Purrlion...
- Zorua...
- Dímelo.
- Esta bien - dijo esta vez el felino perdiendo aquel brillo en los ojos que me encantaba contemplar - el primer día que llegamos aquí, salí por la mañana para reconocer el terreno, todo esta en calma, pero me encontré aquella hoja con bayas cerca de donde vivimos. No sabía de quien era, al principio me preocupó la idea de que hubiese algún pokemon territorial cerca, ya que estaríamos invadiendo su territorio y corríamos el riesgo de que nos atacase. Pero no fue así. Ningún pokemon se acercó a aquel montón de bayas durante mucho tiempo... así que...
- Así que decidiste cogerlo - le corté - ¡Purrlion, has estado robando! ¿Por qué? ¿No has podido pensar tal vez que fuese una especie de trampa y que te hubiesen atrapado?
- ¡Necesitábamos la comida! ¡Estábamos débiles y necesitábamos alimentarnos!
- ¡Pero ya cuando nos hubimos recuperado pudiste haber dejado de hacerlo! ¿No has pensado también en que algún pokemon se esfuerce todas las mañanas en reculectar esa comida para su familia y... - entonces me paré de golpe dejando a Purrlion preocupado.
- ¿Zorua?
- ¿Desde cuando dices que ocurre esto? - dije uniendo cabos en mi mente.
- Desde el primer día...
- Y solo las bayas aranjas ¿no?
- Sí...
- Mis favoritas...
- Zorua - me reclamó preocupado - ¿qué quieres decir?
- Purrlion... -dije con temor en mis palabras - creo que alguien nos vigila.
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Pokemon Ilusión: De Zorua a Zoroark
De TodoSiempre he sido distinta. Nunca he sido capaz de encajar con los demás pokemon, y mi relación con los humanos nunca ha sido agradable. Todo lo de mi alrededor me causa problemas, y parece ser, que yo soy un problema para los demás. Soy una pequeña Z...