Un mes había pasado desde el día en que había enviado aquella carta, con la esperanza de que hubiera sido contestada en un corto tiempo, y sobre todo con una respuesta favorable. Algo que le hiciere creer que todavía había una oportunidad para él.
Pensaba en el futuro que había imaginado juntos, desde que eran casi unos niños. El lazo que se había formado entre ellos y el amor que aún sentía por ella, era tan fuerte que el tiempo no había podido borrarlo de su mente y de su corazón.
Estaba ensimismado en sus pensamientos cuando tocaron a su puerta...
—Adelante —respondió.
—Con permiso. Ya me imaginaba que estabas aquí, y que aún no te irías a casa.
—Así es Robert, pensé en pasar antes a mi camerino para leer algo, sabes que me gusta repasar los diálogos después del ensayo.
—Si, lo sé muchacho, sólo que esperaba que pudiéramos hablar un poco.
–Claro, tú dirás.
El joven actor hizo una señal para que su director tomara asiento.
—Mira Terence, no quiero que te tomes personal lo que te voy a decir —hizo una pausar para continuar —. Sé que eres un gran actor y muy profesional, ante todo. Sólo que, van algunos días, en los que te he notado distraído y sin querer exagerar, creo que hasta algunos meses. No me malentiendas, siempre estás a la altura en los ensayos y en las funciones, sólo que siento que falta algo.
–¿Qué es lo que quieres decir Robert?, ¿Puedes ser más claro? – preguntó Terry, confuso.
Lo que quiero decir Terence es que me preocupas – le confesó, con voz tranquila.
Terry no dijo nada, se mantuvo tranquilo esperando que el hombre continuara con la conversación.
—No quiero ser negativo, pero, tantos años trabajando a tu lado, creo que me han ayudado a conocerte un poco.
Y era verdad, conocía como era Terry. Tal vez no como un padre lo haría, pero, el pasar los años, le habían permitido hacerlo. Tal vez sólo un pequeño esbozo de toda su persona. Él siempre había sido un enigma, jamás se podía estar seguro de algo con él, excepto de que dejaba el alma en cada función, cuando estaba en el escenario. Sabía lo reservado que era en su vida personal, nunca hablaba de ello.
—¿Hay alguna queja sobre mí?
—No Terence, soy yo el que ha querido hablar contigo. Pienso que podrías necesitar a alguien que te escuche, en caso de que tengas algún problema. Tal vez en algo pueda ayudarte.
Al escuchar la preocupación de Robert, mencionando que tal vez tenía un problema, a su mente sólo pudo venir un rostro pecoso y unos dulces ojos que siempre había adorado.
—No te preocupes Robert. Entiendo lo que quieres decirme y lamentó te que hayas preocupado. Pero te aseguro que estoy bien. Es verdad que me ha inquietado algo en estos días, pero lo tengo todo controlado. No dejaré que interfiera más en mi trabajo.
Al decir esto, se levantó de la silla y camino hacia su escritorio. Robert también se levantó de su asiento.
—Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites ¿No es así?
—Lo sé Robert, te lo agradezco —le dijo, sinceramente.
Lo que más preocupaba al director, no era que Terry estuviera distraído o diferente en los ensayos, sino que temía que volviera a repetirse un evento que había ocurrido años atrás, cuando Terry había perdido el brillo al actuar.
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Indeleble
RomanceDespués de su separación, Candy y Terry siguen sus vidas, aún extrañándose el uno al otro. Pero un día, Terry decide terminar la carta que ha querido enviar a Candy desde hace tanto tiempo. ¿Qué pasará cuando llegue a sus manos? ¿Podrán tener un f...