Connor Miller, era un joven con una carrera prometedora y heredero de una gran fortuna. Había sido criado por su padre, ya que su madre murió cuando lo dio a luz. Y aunque su padre no había vuelto a casarse, creció rodeado de mucho amor, ya que sus tíos, los padres de Belén, lo habían acogido como a uno de ellos. La señora Miller, siempre había querido tener un hijo varón, porque Belén había sido su única hija. Es por esto, que lo había amado y cuidado como uno de sus hijos, cuando él los visitaba y se hospedaba en su casa. Así que Belén y él habían crecido como si fueran hermanos.
Se interesó desde niño por el estudio del cuerpo humano, y decidió desde entonces, dedicarse a la medicina. Había sido influenciado por su abuela paterna, la misma abuela de Belén. Ya que la mujer, siempre fue voluntaria en hospitales y aprendió la labor de enfermera. Regularmente, llevaba a sus nietos con ella, para que aprendieran del servicio y del valor de ayudar a los demás.
El padre de Connor, le había permitido estudiar medicina. Pero lo hizo consciente de que no sería su principal ocupación, ya que tenía que hacerse cargo de los negocios de su familia. El joven había, aceptado sabiendo que era su responsabilidad.
Cuando estaba por concluir sus estudios, Estados Unidos se unió a la guerra. Entonces, con el deseo de servir a su país y proteger a su nación, se enlistó en el ejército, con la total desaprobación de su padre y de toda su familia.
Al estar en el campo de batalla, sus superiores se enteraron de su habilidad para sanar y operar a los heridos. Así que lo trasladaron a hospitales ambulantes, dejando así las armas y tomando el bisturí.
Afortunadamente, pudo regresar a casa después de que la guerra hubiera terminado. Cargando con él, varias insignias y condecoraciones que ganó por su valiosa labor. Por lo que además de ser un gran médico, era una persona reconocida.
Gracias a su experiencia en los hospitales durante la guerra, pudo aprender acerca de nuevos nuevos procedimientos, ya que en este tiempo, la medicina, había avanzado significativamente, impulsando el desarrollo de nuevas técnicas y tecnologías médicas. Por esta razón, había sido asignado a supervisar los hospitales en varias ciudades del país, donde se comenzaban a implementar dichos descubrimientos médicos, que había puesto en práctica con los heridos, en el campo de batalla.
Y, aunque era un hombre exitoso y podría pensarse que tenía todo para ser feliz, aquello estaba lejos de ser verdad. Ya que sin saberlo, su error había sido fijar sus ojos en una hermosa joven, sencilla y de corazón humilde, que lo había cautivado desde que la vio por primera vez. Fue imposible resistirse a su dulce voz y a su encantadora sonrisa.
Y entonces, supo que si la tenía en su vida, ésta sería perfecta, y él, se sentiría por fin completo. Pero lo que Connor no sabía, es que el corazón de esa bella joven, de la cual se había enamorado, tenía dueño, y era nada más que Terence Graham.
Connor, tenía un espíritu sobreprotector. Por esa razón, la noticia de que Candy podría tener una relación con el actor del momento y que su rostro apareciera en todas las primeras planas de los diarios, había caído sobre él como brasas encendidas. Ya que pensaba que Terry, se aprovecharía de su fama para enamorarla.
Odiaba pensar, que la joven rubia podría corresponderle. Es por eso que aunque amaba a su prima como a una hermana, le dolía que no entendiera sus sentimientos. Sabía en el fondo de su corazón, que la joven no era responsable de las decisiones de Candy y mucho menos de que tal vez pudiera elegir a aquel actor por encima de él. Pero lo que si estaba seguro, es que él podría hacerla feliz y que Terence Graham no podría darle el amor y la protección que ella merecía.
Lamentaba entonces, haber retrasado el hecho de expresarle sus sentimientos. Ya que cuando se escribían por cartas y habían convivido en persona, notaba que Candy se cerraba a hablar de temas personales o cambiaba de plática cuando él quería ahondar en sus sentimientos. Se consideraba un caballero, así que no había querido insistir más de la cuenta. Pero siendo realista, le parecía imposible que una joven como ella estuviera sola y que no hubiera nadie en su vida.
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Indeleble
RomanceDespués de su separación, Candy y Terry siguen sus vidas, aún extrañándose el uno al otro. Pero un día, Terry decide terminar la carta que ha querido enviar a Candy desde hace tanto tiempo. ¿Qué pasará cuando llegue a sus manos? ¿Podrán tener un f...