Capítulo 5

284 32 46
                                    

—Hija, me alegra que hayas llegado —la saludó su padre. —Quiero presentarte al joven Terence Graham. Se que ya lo has visto en su presentación. Lo hemos invitado el día de hoy, ya que pronto invertiremos en la compañía de teatro. Sabía que te gustaría poder saludarlo.

Belén sorprendida, se dirigió al joven actor.

—Mucho gusto señor Graham, es un placer conocerlo. Debo confesarle que he ido a ver la función este jueves, y déjeme decirle que estuvo usted maravilloso. La obra en general me ha encantado —expresó sinceramente.

Terry quien ya estaba acostumbrado a aquellas muestras de admiración, sólo sonrió, y agradeció aquel gesto.

—El gusto mío. Me alegra que le haya gustado, señorita Miller. El teatro tiene ese impacto en todos.

—Mi hija es una asidua lectora y amante del teatro, Terence. Por eso deseaba que la conociera. Sabía que le alegraría.

—El pacer es mío. Agradezco su atención —correspondió el actor.

—Señor Graham, si no es mucha molestia o tal vez, demasiada confianza. ¿Podría tener el honor de acompañarme? Una querida amiga, no ha podido ir a ver la presentación el jueves. Aunque ya teníamos los planes desde hace tiempo de asistir, ella se enfermó repentinamente ese mismo día. Por lo que me gustaría que la conociera hoy, aprovechando que nos han presentado.

Terry había hecho lo mismo cientos de veces. Así que gentil, pero indiferentemente, aceptó.

Se encaminaron al lugar y cuando estaban por llegar...

El apuesto actor, pudo ver de espaldas, a una mujer con una hermosa figura. Su vestido se amoldaba perfectamente a su cuerpo, sus cabellos caían como cascadas de oro al lado de sus hombros. Observó como ella volteó un poco y pudo ver su pequeña nariz, su bella sonrisa, y esas pequeñas marcas salpicando su piel. Parecidas a aquellas, que él, había adorado en una sola persona...

«¿Es una visión?» pensó.

Como tantas que había tenido, cuando en las reuniones a las que asistía, entre la multitud, imaginaba verla.

La rubia volteó al escuchar que su amiga la llamaba

Y entonces sucedió....

Sus ojos se encontraron. Océano y esmeraldas se fusionaron con intensidad. En el momento de aquel encuentro, fue como haber escuchado la explosión de una galaxia lejana. El tiempo se detuvo por un momento y nada se escuchaba más que sus corazones latiendo frenéticamente.

Él no podía creerlo. No era una visión, era real. La mujer de sus sueños, la niña que había amado hacía años y amaba hasta el día de hoy con locura, se encontraba frente a él.

Pensó en lo hermosa que se veía. Se dio cuenta de que ella había cambiado, era ya una mujer. Quedo maravillado de verla en ese lugar, tan real, que no podía emitir palabra

—Terry... —susurró Candy.

—Candy... —expresó Terry, en voz baja.

Los presentes quedaron sorprendidos al darse cuenta de que de ellos se conocían...

—Candy, ¿conoces al señor Graham? —preguntó Belén, un tanto confundida.

—Bueno, yo... —tartamudeó la joven. Sentía que sus piernas empezaban a temblar.

—Candy ¿te encuentras bien? —indagó Connor, tocando el brazo de la rubia.

Terry, al ver que aquel hombre, se acercó al cuerpo de la joven, sintió la sangre subir a su cabeza

IndelebleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora