Capítulo 16

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Al llegar al teatro, Candy pudo ver a través de la ventana, la gran arquitectura del lugar. Pero lo que más adornaba el sitio, eran los grandes afiches con la imagen de Terry, vestido del personaje que interpretaba.

La joven, empezó a sentir, como su corazón latía a toda velocidad, al deleitarse observando su porte varonil, e imaginar su voz recitando la obra.

—¿Quiere que la espere señorita?—preguntó el chófer cuando la joven bajó del auto.

—No es necesario. Gracias. Me quedaré aquí.

—La señorita Belén, me pidió que la dejara sana y salva.

—Lo estaré. No se preocupe —
—respondió con una sonrisa.

—Muy bien. Que pase una excelente tarde.

—Usted también. Gracias.

Candy, empezó a acercarse a la entrada del teatro. Pudo apreciar la infinidad de personas que se aglomeraban en el lugar. No había duda que la obra estaba siendo un éxito.

Al llegar a la entrada principal. Un guardia le habló, al ver que la joven buscaba la manera de entrar.

—¿Está aquí para ver la función, señorita?

—Bueno...

Fue entonces cuando se dio cuenta, de que realmente, no tenía un plan para poder ver a Terry ese día.

—La verdad es que no tengo un boleto.

—¿No? Entonces debe apresurarse, al parecer los boletos se están agotando.

—Eso haré. Gracias.

Candy, se dirigió inmediatamente a la taquilla. Observó como la encargada cerraba la ventanilla.

—Disculpe, necesito un boleto, por favor.

—Lo siento señorita, pero las entradas están agotadas.

«No, no puede ser».

—Por favor, debe haber una manera de entrar.

—Puede comprar un boleto para la función de mañana.

—¿Mañana? No —susurró. —Por favor, necesito el boleto para el día de hoy.

—Lo lamento, pero no hay nada que yo pueda hacer.

—Se lo suplico ¿Habrá alguna manera de que pueda hablar con Terence Graham?

—¿El actor principal?

—Sí.

La mujer sonrió, como si Candy, fuera una niña inocente.

—Señorita, el joven Terence no recibe visitas de esta manera. Las chicas que quieren verlo, regularmente no vienen a la taquilla. Además, no estamos autorizados a dejar entrar visitas.

—Por favor, sólo será un momento. Necesito darle un mensaje.

—Si es así, estoy segura que en la puerta lateral del teatro podrán ayudarla.

Candy se alegró.

-—Muchas gracias.

La mujer, sonrió al ver salir a la chica apresuradamente y lo ingenua que parecía.

Cuando Candy salió del teatro, se encontró de nuevo con el guardia que había visto anteriormente.

—¿Pudo encontrar entradas, señorita?

—No, lamentablemente están agotadas. Pero me han dicho que puedo dejar un mensaje en la puerta lateral.

—Sí. Regularmente las personas que quieren entregar algo a los actores se dirigen allá ...

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