𝙊𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 - ꜰᴀᴍᴏꜱᴀꜱ ʏ ᴛᴜ

ᴋᴇɴᴅᴀʟʟ ᴊᴇɴɴᴇʀ 2/2

(Cabe aclarar que para la continuación de la trama, tuve que crear un triangulo amoroso entre Vittoria Ceretti, Kendall Jenner y la rayita. Las dos son diosas incomparables, entonces espero que no les moleste)

_____'s pov

No quería estar aquí.

No quería tener que ver su cara.

No quería verla con él.

No sabría si iba a poder soportar tener que verla después de lo que había pasado entre nosotras hace más de tres semanas.

Tres semanas en las que me había torturado mentalmente por volver a caer tan fácilmente en sus redes después de meses y meses sin cruzar alguna palabra con ella.

Su familia me había invitado a una celebración en un hotel de lujo frente a las hermosas playas de California. Había preguntado el motivo de la gran evento organizado, pero nadie sabía, ni siquiera Kris sabía que estábamos celebrando.

Y eso dejo un mal presentimiento en mi paladar.

En mi mente, se repetía una y otra vez el sentimiento de tener su piel contra la mía, el sabor dulce de sus besos, el inminente placer que me invadió al ser dominada por su calor y el dolor que me provoco tener que volver a la realidad.

La decepción que me domino al ver como al día siguiente, salieron a la luz fotos de ellos dos juntos, felices como si nada hubiera pasado.

Como si su novia no hubiera sido destrozada contra mi sofá unas pocas horas antes.

Una parte de mi molestia era con ella y la otra parte era conmigo misma, porque a pesar de todo, seguía deseándola con toda mi alma, todavía con la esperanza de que dejara toda esta farsa a un lado y que volviera a mi lado, como tuvo que ser desde un principio.

Mis pies se movían impacientemente sobre su lugar, recorriendo con mi mirada a cada uno de los invitados, buscando aunque sea una pista acerca de que se trataba todo esto.

—¿Puedes quedarte quieta?, me pones nerviosa —Khloe hablo a mi lado.

—¿Enserio no sabes de que va esto? —pregunto con duda.

—Estoy tan intrigada como tú, te lo juro.

—Pues ya somos tres —Kylie llego junto a nosotras.

—Entonces esto puede salir de todo menos bien —digo y ellas asienten.

Trague con dificultad, sintiendo como el whiskey bajaba dolorosamente lento por mi garganta.

Mi móvil empezó a vibrar en mi bolsillo, y cuando lo saque y vi el nombre del contacto, mire cautelosamente a las chicas, pidiendo permiso antes de salir al extenso patio del lugar, yéndome hasta una esquina, soltando un suspiro al mismo tiempo en el que contestaba la llamada.

—¿Sí?

—¿Enserio sigues yendo a esas fiestas? —resople al escuchar la voz de Vittoria.

—Es irónico que me llames después de estar ignorándome por días.

—Respóndeme.

Trague saliva al escuchar la seriedad de su voz. No estaba jugando.

—Si, vine porque me invitaron, ¿algún problema con eso?

—La única que tiene un problema acá eres tú, que al parecer no entiendes que tienes que alejarte de toda esa gente.

—No tengo porque alejarme de ellas.