𝙊𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 - ꜰᴀᴍᴏꜱᴀꜱ ʏ ᴛᴜ

ᴋʏʟɪᴇ ᴊᴇɴɴᴇʀ 2/3

Kylie's pov

Ni siquiera sabía porque estaba dudando tanto.

La Kylie de algunas semanas atrás hubiera aceptado al segundo.

La Kylie de hoy en día, estaba igual de maniática que su guardaespaldas.

No sabía que me estaba pasando.

—No lo sé Stassie...

—¡Oh vamos! —la escuche a través de mi móvil— ¡No seas aburrida!

—No estoy siendo aburrida, solo no creo que ir a ese festival sea la mejor idea.

—¿Por qué?

Me mordí el labio con duda ante su pregunta, sin saber que responder exactamente.

—Ya sabes...nos pueden secuestrar...y todo eso.

Hubo un silencio incomodo en la línea, y pude jurar que vi su cara de confusión en mis pensamientos.

—Estás hablando como tu guardaespaldas.

—¡Claro que no! —trate de defenderme.

—Oh, claro que si querida, nunca me habías rechazado una salida con esa excusa.

—Solo estoy tratando de ser racional.

—Aja, y yo soy Beyonce —rodee los ojos al escuchar su burla.

—Es un lugar al aire libre, y la gente puede llegar a reconocernos.

—Nada que un par de gafas y gorros no puedan arreglar.

—Tengo que cuidar a Stormi.

—Esta semana se quedó con Travis.

Mierda, me estaba quedando sin excusas.

—Tengo trabajo que hacer.

—Ayer me dijiste que estabas en tu semana de descanso.

Carajo.

Iba a hablar pero me interrumpió.

—Te pasare a recoger, ¡adiós!

Abrí mi boca para discutir pero antes de que pudiera decir algo, la llamada ya había finalizado. Resople con molestia, dejando mi móvil a un lado, centrándome en el calor de la luz del sol contra mi piel.

¿Qué me había hecho cambiar de parecer tan de repente?

Levanté mi cabeza, girándome hacia la solitaria silla que estaba a mi lado, y pude recordar quien había estado sentada ahí hace algunos días atrás. Juraría que todavía podía escuchar su voz a la perfección.

Hace un mes que no sabia absolutamente nada de ella, y eso me tenia con los pelos de punta al no tener ni la mas remota idea de donde se podía encontrar o que le había pasado. Y en cierto modo extraña su presencia siguiéndome a todos los lados, vigilando todo lo que hacía, evitando que me pudiera hacer daño de alguna manera.

Aunque igual estaba confundida.

El nombre de ese papel era de una mujer, con el mismo apellido de ella, y eso desbordo una avalancha de preguntas en mi mente.

¿Era su esposa?

¿Estaba casada y nunca me lo dijo?

En el momento en que esa teoría llego a mi cabeza me sentí herida y todavía no sabia el motivo, porque yo sabia que aunque en algún momento de nuestras vidas quisiéramos estar juntas eso no seria posible y ni siquiera era una posibilidad.

No correspondía en lo absoluto.

Y me sentí aún más traicionada cuando recordé sus palabras en la noche de nuestro primer acercamiento.