Capítulo 26

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Estoy tremendamente tediosa de esperar que den los resultados, es realmente aburrido estar en una silla de madera, es tan dura que me llega a doler el trasero, sólo falta que me lo aplane más de lo que está.

—Oigan, que mierda más grande— digo bostezando del aburrimiento.

—¡¿Dónde?! —se levantan de golpe las babosas de mis queridas amigas, buscan con su cabeza "la mierda más grande" por todos lados. Yo las miro con cara de "Es en serio".

—¡¿Pero dónde?!— vocifera Samy con su búsqueda.

—Ese es mi sueño ver una— dice Chrystalle fascinada levantándome de la silla para buscarla. ¿En serio es su sueño ver una mierda grande? ¡Dios! ¿Por qué me diste una amiga tan realmente extraña? Y también loca.

—¡Paren de buscar! No sean tontas, sólo lo dije como una expresión, no es que haya una mierda grande. ¿Chrystalle eres babosa o te haces? ¿Cómo es eso de que es tu sueño ver esa mierda?—frunzo el ceño haciendo mi mano derecha hacia arriba por costumbre, señalando hacia una dirección determinada.

—¿Dónde?— dice Chrystalle mirando hacia la dirección de mi mano. Ruedo los ojos sentándome de nuevo.

—¿Jade Francis? —sale la secretaria de la dirección con una carpeta de color blanca con el escudo del instituto. Me levanto del asiento hacia ella, me tiende la carpeta y yo la tomo diciendo gracias, ella me sonríe como respuesta.

—¿Nos podemos largar? —le pregunto a mis amigas que se encuentran mirando videos divertidos y se parten de la risa sin siquiera ponerme atención—. Entonces, creo que me voy sola.

Hoy se cumplen dos días de lo acontecido, ayer domingo llegamos a nuestras casas demasiado exhaustos, en mi caso estaba muerta del cansancio, apenas pude hablar un poco con  mamá, además de contestarle la llamada Nick, me llamó para ver cómo había llegado y también para desearme las buenas noches, después de hablar con él, caí rendida, ni me dio tiempo de cambiarme la ropa.

Camino hacia mi casillero para guardar mi carpeta mientras me vaya a la casa, para mi mala suerte la perrita del instituto se encuentra guardando algo en su casillero que por aun más mala suerte queda al lado mío, no sé cómo no me he contagiado de lo perritis. Guardo la carpeta bajo mis libros para que no se arruguen, además de no tener un desorden allí dentro.

—Me huele a zorra— dice Perry oliéndome como toda una perra.

—Uh, es sorprendente que reconozcas tu olor— le digo cerrando el casillero, me doy la vuelta mirándola con una sonrisa cínica y comienzo a caminar dándole la espalda.

—Aléjate de Nick, Francis— la escucho mascullar rabiosa, sí, como toda una perra. Me detengo y me doy la vuelta para encararla.

—¿O qué?— me cruzo de brazos elevando una ceja.

—Te arrepentirás de haberte metido con lo mío— articula entrecerrando sus ojos.

—Si fuera tuyo, estaría contigo— replico burlonamente y ahora no detengo mi camino por escuchar nada de lo que diga ella.

Tal vez se vea muy raro que pelee por estas cosas, pero no fui yo la que empecé a pelear, no me metí con ella y si ella piensa que al estar con Nick, me estoy metiendo en su propiedad, está equivocada. Si Nick no anda con ella es por algo, además, no voy a dejar que esta vez se metan con mi chico.

****

El ritmo de la música resuena por mis venas, mi respiración esta agitada, muevo mi cuerpo con los pasos debidos. Muevo mis caderas al son de la música mientras giro mi cabeza hacia la izquierda, él me guiña el ojo también bailando la melodía de nuestro grupo. Realizamos el final todos con nuestras respiraciones al tope, escucho unos aplausos provenientes de la profesora encargada, ella tiene una sonrisa amplia.

Mi ángel vestido de donjuán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora