Capítulo 34 (Final)

1.2K 88 92
                                    

Narra Nick:

Sujeto mi corbata de color negro, me doy una última mirada en el espejo, esperando que todo esté en su lugar, me miro en el espejo, miro a un chico feliz, a un chico que ha encontrado el sentido a su vida, a un chico que ha luchado por las diferentes cosas que en el presente posee, ha luchado por dejar un pasado atrás, dejar atrás fantasmas que nunca debieron importarme porque nunca les importe pero eso ya no importa, lo importante es que en el presente soy feliz con lo que tengo y con quienes están en mi vida.

—¿Estás listo cariño? —pregunta mi madre entrando por la puerta de mi habitación.

—Listo —le respondo con una sonrisa añadida, ella me mira—. ¿Qué sucede ma? —le pregunto confundido.

—Aún no creo que mi único hijo ya se va a graduar, no logro comprender porque mi bebe esta hecho un hombre —sonríe—. Estoy tan orgullosa del hijo que crié, eres mi gran bendición, no tengo las palabras correctas para explicarte lo que una madre siente cuando su hijo logra una gran meta, se siente tan satisfactorio. Valió la pena las regañadas que te di, las noches en que me acosté tarde para estudiar contigo cuando eras un niño, las peleas que tuvimos porque no querías estudiar o te daba pereza hacerlo, pero todo esfuerzo tiene su recompensa y tu recompensa es esta mi amor, graduarte, quiero que hoy sea un día magnífico para ti, disfrútalo al máximo, porque después de esto, todo cambia. Irás a la Universidad y tendrás mas obligaciones, luego de ello, tendrás aún más responsabilidades que son tus hijos y una familia que llevar, quiero esta casa llena de niños jugar, quiero volver a escuchar la risa de un niño, el llanto de un bebé —una lágrima resbala por mi ojo derecho, mientras mi madre está hecha un mar de lágrimas—. Te amo hijo mío.

—Oh, mamá —la abrazo—. A ustedes les debo todo lo que soy hoy, ustedes son los mejores, aunque hayamos peleado, aunque me hayan castigado pero todo era por mi bien y eso siempre se los voy a agradecer a ti como a papá, te amo mi madre —beso su frente, ella me sonríe.

—Vámonos, se nos hace tarde —besa mi mejilla y se da la vuelta para encaminarse al auto. Asiento buscando mis pertenecías para guardarlas en mi bolsillo, luego de esto bajo las escaleras dirigiéndome hacia mi auto.

Cuando ya estoy dentro de él, acelero para alcanzar a mis padres que van en su auto, después de unos 10 minutos observo las instalaciones del instituto, hoy es el último día que voy a pisar esta institución. Al mirar el lugar, recuerdo que toda mi adolescencia la viví aquí, este lugar fue mi segundo hogar, aquí me enseñaron valores, me enseñaron a ser responsable, también me halaron el aire cuando era rebelde, me castigaron por faltar las reglas, en este lugar hice amigos como también hice enemigos, también hice "amigas".

Algunos profesores me trataban como un hijo como también otros me detestaban porque les hacia la vida posible pero al final me aceptaron y más ahora que ya no les va tocar verme más. Tuve momentos malos como también buenos, todos esos momentos me hicieron crecer, me hicieron el chico del presente dejando el chico del pasado, que sus experiencias no son muy buenas y de las cuales no estoy muy orgulloso que digamos pero todo lo que experimente y que me sucedió me han hecho el chico que hoy se graduará.

Camino con la toga y el birrete en la mano, me acerco al auditorio y todo está repleto de personas caminando, otros apresurados, otros abrazando a los graduandos, diviso a mis padres hablando con otros padres, me acerco lentamente a mis padres cuando siento que una mano me sujeta mi brazo, me giro para ver quién es.

—¡Oye felicidades! —me felicita una rubia con una sonrisa coqueta.

—Gracias —sonrío sin mostrar la hilera de mis dientes.

—¿Algún día podríamos salir a tomar algo? —me pregunta la rubia moviendo sus pestañas.

—Nunca se va a poder porque siempre va a estar ocupado conmigo —interviene esa hermosa voz angelical. La miro asombrado por su respuesta además de que no sé en qué momento llegó. Jade le sonríe a la rubia tan hipócritamente que me da ganas de soltar una carcajada, además de una ceja elevada.

Mi ángel vestido de donjuán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora