Mi ángel vestido de donjuán.

Capítulo 30

Me siento motivado por la decisión que tomé ayer pero de igual manera me siguen doliendo las palabras que Jade me dijo, como no, si no las esperaba de ella. Ayer lloré demasiado hasta me quedé dormido, como un bebé pequeño.

Aparco el auto en el estacionamiento de instituto, me bajo de este poniendo el seguro, camino con mi mochila y la bolsa con los atuendos que usaré esta noche. Al entrar al auditorio, todo está de locos, personas moviéndose de aquí para allá, no se quedan quietos en ningún lugar, todos se encuentran en movimiento, no como afuera que todo estaba tranquilo pero al llegar aquí es todo lo contrario, además de la bulla que hay, parece un mercado.

Todavía falta una hora para que empiece el festival pero todos tenemos que maquillarnos, según la profesora, pienso que yo no necesito eso pero ella cree que somos de esos famosos de Hollywood que tienen que verse impecables. Todo está ordenado en el orden en que se va a llevar a cabo el festival. Y a lo que estoy informado nuestro grupo es el último en presentarse, así que solo tengo como unos 10 minutos para cambiarme y presentar mi canto, estoy demasiado nervioso, ya que es la primera vez que canto en frente de público, los únicos que sabían de esto era mis padres y Kyle, luego la profesora que me escucho cantar a escondidas porque es la única forma de que se haya dado cuenta de que cantaba, o si no hubiera asesinado a Kyle por soplón.

Salgo de auditorio hacia la sala una de las aulas, ya que ahí dentro todavía están arreglando algunas cosas, me dirijo a la aula que se supone que están maquillando y peinando, observo por donde van y todavía falta mucho para que sea mi turno. Salgo de ahí y me voy hacia una de las aulas que se encuentre desocupada, me siento en una y en la otra coloco mi bolso y la bolsa con la vestimenta, desbloqueo mi iPhone y comienzo a revisar mis redes sociales que hace unos días no reviso.

—Hola Nick— me dice una voz chillona, se sienta en la silla del frente.

—¿Qué deseas Perry?— le respondo sin siquiera mirarla, sigo con la atención en mi móvil.

—Vengo en son de paz— argumenta Perry.

—Tú nunca vienes en ese son, así que... ¿Qué Quieres?— le pregunto sin rodeos.

—Te quiero a ti— me contesta acercándose a mí, como siempre queriendo coquetear con su escote pero eso en mí no causa efecto.

—Primero, súbete ese escote que te ves mal— elevo una ceja después de haber bloqueado mi iPhone y ponerlo en la mesa del pupitre, ella ni se inmuta a subírselo—. Segundo, ¿Acaso no entiendes que no quiero nada contigo?— ironizo.

—¿Qué les ves a ella?— me dice burlonamente.

—Lo que tú no eres, ella no necesita andar arrastrándose como una arpía, con solo su inocencia y su gran corazón tiene al chico que muchas quieren tener y no pueden porque es solo de ella— replico tomando mis pertenencias largándome de allí.

—Eres un imbécil Nick, todavía piensas que tiene un gran corazón cuando te mando a comer mierda— bufa a mis espaldas. Eso me desgarra de nuevo el corazón, dio al blanco.

—¿Y qué? A ti no te importa lo que pase entre ella y yo. Si ando detrás de ella como un idiota enamorado no es tu problema. Deberías de arreglar tu vida, que déjame decirte, es una completa mierda, en vez de andar averiguando la vida de los demás. Deja de envidiarla Perry que eso es una enfermedad— le guiño el ojo dejándola callada, con furia saliéndole por sus poros.

Me dirijo hacia uno de los baños para cambiarme el atuendo que es el vestuario del grupo de baile que consiste en una camisa negra manga larga que está recogida hasta mis codos dejando al descubierto mis tatuajes, además posee una tiras que encuentran en mis hombros, pantalón negro con una cadenita colgada en el lado derecho, unas tenis altas rojas, una corbata de lazo negro y por último una gorra roja.