Parte 4

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En el centro de un grupo de niños, una pequeña niña se encontraba llorando, estaba arrodillada con sus bracitos cubriendo su cabeza. Lloraba mucho.

¡Pero niña no llores, solo queremos jugar contigo! —exclamó uno de los niños mientras jugaban fútbol con el peluche de la pequeña.

Ella solo tenía siete, y los demás 10, aproximadamente.

—¡Pasala!

De una patada el cuerpo del peluche se separo de la cabeza, la niña al ver eso lloró mas fuerte.

¡Ese peluche me lo dió mi Nii-san!

¡Nezuko!

Un pelirrojo de 8 años llego a la escena, miro a los demás niños y sin persarlo se les lanzó a puñetazos.

¡¿Que te pasa?! —el niño lo golpeó, pero el pelirrojo respondió de un cabezazo —¡Ugh!

¡Esta sangrando!

¡Maldito!

Los cuatro amigos enojados se abalanzaron contra él, dos lo agarraron mientras los otros dos lo golpeaban hasta cansarse. La niña, de nombre Nezuko solo se cubrió los ojos de miedo, no podía ver aquello.

Cuando se aburrieron dejaron al pelirrojo tirado.

Nii-san... —la niña se acercó gateando —¿Esta bien?

N-No es nada... —pero mentía —¿Estas bien?

¡Nooo! —rompió en llanto —¡El peluche que me diste lo rompieron!

Da igual.

Tanjirō se levanto como pudo y la abrazó.

¡¿V-Vas a ir con el señor que cura personas?!

Él Negó.

No es necesario. Tenerte cerca es... mi mejor medicina —Tanjirō se separó y la miro a los ojos —Por favor, quedate siempre conmigo.

¡Si, lo haré, lo prometo!

Sin embargo, ella rompió su promesa.


—Nezuko, amorcito.

La ojirosa abrió los ojos apenas, lo primero que vió fue el hermoso rostro de su marido.

—Zenitsu... —ella se reincorporó de manera perezosa —¿Que sucede?

—Ya llegamos. Estados Unidos, pueblo de FriendShip —Zenitsu ayudó a su mujer a levantarse y se bajaron del avión. Fueron a recuperar su equipaje y ambos se disponían a salir del aeropuerto —Aun no se porque quieres ver a Tanjirō, después de como te trató.

—Fue mi culpa, supongo que el tenía razón...

Zenitsu se toco la frente, recordando todas las veces que el pelirrojo se interponía en la relación de él y Nezuko.

—¡Pues a mi jamás me agradó! —se cruzó de brazos mientras hacía un puchero —¿Recuerdas nuestra primera cita? El maldito vino a darme de cabezazos y me mando al hospital.

Nezuko recordó aquello con una risa. Es cierto, él tampoco había sido el mejor respecto a todo lo que había hecho, pero aun así recordar las palabras que ella le había dicho hace unas semanas la carcomían por dentro.

Viajó desde Japón, solo para verlo y arreglar todo.

—'Giyuu Suicida, 556'.

—¿Que?

Man, Dog and Ghost | TanjiKana |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora