Parte 5 | Final

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Los rayos del sol se colaron por la ventana directo hacía el rostro de nuestro pelirrojo. Hizo una mueca y se reincorporó en la cama, últimamente hacía demasiado calor, razón por la que dormía solo en bóxer.

—Algun día quemaré al sol —Decía Tanjirō medio dormido, antes de que cierta fantasma apareciera de la nada frente a él —¡Ah!, Kanao, ¿Que te he dicho sobre aparecerte así?

—Perdón. ¿Te despertaste?

—Gracias a ti, creo que si. Iré a darme una ducha. No me espies, ¿ok? —Habló lo último recordando la última vez, cuando salió de la habitación asomó la cabeza una última vez —Lo digo enserio.

Kanao solo llevó ambas manos a sus mejillas, avergonzada en cuanto recordó tal anécdota.

—Claro...¿eh? —. Se sorprendió al notar como su mano brillaba ligeramente —¿Otra vez?, ¿Que me sucede?

Se preguntaba la fantasma. Últimamente su cuerpo brillaba de la nada, sin ningún tipo de lógica pues era una fantasma, y en todos los siglos que había vivido aquello nunca le había sucedido. Para su suerte Tanjirou no lo había notado, no quería preocuparlo de más. Dejó pasar el asunto, de todas formas ella estaba muerta, era imposible que fuera algo malo, ¿verdad?

Procedió a volverse invisible y se dirigió discretamente al baño, para...atender sus necesidades diarias.

Minutos después, Tanjirō salió del baño ya vestido. Desayunó, mimó un rato a su compañero canino y procedió a sentarse a ver la televisión. Ese día era domingo y prefería tomarlo para descansar.

Kanao llego desde el techo a levitar a un lado de Tanjirō.

—¿Fuiste a dar un paseo?

Kanao miró en otra dirección nerviosa, pues hace poco también había salido del baño y no precisamente de uno diferente al que estuvo Tanjirō minutos atrás.

—Si...un paseo —Dio una vuelta lenta en el aire —¿Que harás hoy?, ¿Saldras?

Se estiró mientras soltaba un gran bostezo, tomó el control y cambió al canal de caricaturas.

—No lo tenía pensado. Kanao, ¿quieres salir? —Propuso de repente —Casi siempre estas aquí encerrada, quizás salir un poco no haga mal. ¿Que te parece?

—¿De verdad?, pero soy...bueno, salgo a veces. Pero no puedo disfrutar del mundo como tú. ¿Y si alguien me ve?

—Solo vuelvete invisible cuando haya alguien cerca. ¡Anda, hagamoslo!

Ante ma sonrisa que le dedicaba el Kamado no podía decir que no. ¿Como podía ser tan débil? Le preocupaba el hecho de que otros la vieran, ya la habían visto antes los antiguos residentes de la mansión, pero todos huían tan pronto como eso ocurría y todos los trataban de locos. Pero que alguien la viera en plena calle y la grabara por accidente...era otro tema.

—¿Kanao? —Tanjirō llamó su atención —Esta bien, si no quieres...

—¡Bien, lo haré!

¿Como podía decirle que no?

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Tanjirou terminó de peinarse y se preparó para su ¿cita? Se ruborizó un poco al pensar en eso, pero luego de deshizo de esa clase de pensamientos. Solo pasarían un buen rato, eso ayudaría a Kanao.

—Balto, te toca cuidar el fuerte. ¿Podras con esa responsabilidad?

El canino ladró y dio un giro en el suelo, muerto de la risa Tanjirou comenzó a hacerle cosquillear en el estómago, recibiendo como consecuencia una mordida en la mano.

Man, Dog and Ghost | TanjiKana |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora