Complejidad

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A pesar de las noticias dadas, nadie volteaba ni ver al hotel solo unos dos huéspedes más en el hotel, no era algo muy relevante, el resto parecía estar feliz de continuar en el infierno más ahora que los exterminios habían acabado.

Jesús le había dicho a Lucifer que cada semana tendrían una reunión para tratar aquellos asuntos de la redención. Todo parecía ir bien, sin embargo Lucifer tenía un problema mayor, los pequeños botones a pesar de estar ayudando con los nuevos inquilinos del hotel, solían procurarlo demasiado y siempre decían lo mismo –Alastor nos envió a ver cómo se encontraba.

Dijeron tres huevitos sosteniendo un plato con manzanas cortadas en rodajas.

–De nuevo... ¿Que le pasa a ese idiota? –dijo Lucifer tomando el plato, lo acepto y siguió en su trabajo, escribía aquellas estadísticas de pecadores, no sabía exactamente como funcionaria la redención pero ahora prácticamente Dios les había pedido que dieran un informe.

La manzana era dulce le agradaba el sabor, sin embargo no entendía esa actitud tan extraña de Alastor no era común que buscará fastidiarlo mandándole comida con los eggbois y haciendo que estos permanecíeran más tiempo con él.

–Ya pueden irse... –dijo Lucifer entregándo el plato, a uno de los eggbois.

–Mi cielo... –una voz femenina lo alteró, miro hacía atrás y la vio ahí, Lilith... Tan bella, caminaba hacía él y tocándole la mejilla acercó su rostro, las lágrimas invadieron su rostro obligándolo a despertar, era de nuevo ese sueño tan efímero, tan dulce, aquel sueño que hacía que el no pudiera olvidarse de su rostro, no quería dejar ir su rostro, no podría cambiarla jamás.

Su rostro invadido de lágrimas empapaban las hojas de las estadísticas, se apartó de la silla y decidió bajar al bar, tal vez un trago funcionaría para calmar sus ansias, aquellos vertiginosos momentos en los que sentía que se derrumbaba, necesitaba aquellos abrazos de nuevo.

Era imposible recuperarlos, sus sentimientos lanzaban horrendas oleadas de pensamientos negativos, la negatividad del mundo la había visto siendo esa su consecuencia, no olvidaba su castigo, no podía siendo sinceros... El infierno en el que habitaba era el epítome de la desgracia.

–Sirveme un poco de champagne...

–¿Solo eso? –pregunto Husk al ver la mirada de Lucifer que iba más al agotamiento, quería levantar el rostro y hacerles saber a todos que estaba bien... Pero pensó en que sería demasiado, igual a nadie le importaba.

–Si, solo eso... –Husk le sirvió una copa de aquella bebida, a su lado Alastor apareció.

–Vaya sorpresa... Es la primera vez que veo una cara nueva en este mini bar. –dijo Alastor mientras se sentaba a su lado, Husk no pregunto y le sirvió una copa de vino.

–A su salud... –dijo Alastor chocando su copa con la de Lucifer.

–El trabajo últimamente los tiene agotados o no –dijo Angel mientras los observaba.

–No es tan agotador como otros días, últimamente hay más inquilinos a los que les interesa subir al cielo, pero que locura luego de que los rumores se esparcieran pensé que llegarían más.

–Si, yo que ustedes procuraría tomarme un descanso de vez en cuando... Además ¿Están seguros de que esté suceso no los mete en problemas con los demás overlords?... Escuché que Valentino está tratando de expandir a sus empleados hay grupos de mafias a las que la idea no les parece en absoluto. –menciono Cherry.

–tendran que conformarse nos pidieron un número de gente redimida cada año, mucha gente llega cada año al infierno, no es problema –admitio Lucifer –sin embargo la sobrepoblación seguirá sin importar que hagamos.

¿Dónde está Sir Pentius?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora