VII

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“ todo de mi es de tu propiedad, agarra lo que quieras, mi carne y ser es todo tuyo, amarrarme, písame, tírame, cógeme, estrangúlame, drogame , márcame, hazme tuyo de una vez por todas…”

Hundió sus palabras en ese fino papel para luego seguir con el siguiente párrafo.

“por favor, por favor, revisa mi interior para encontrar mi corazón y tripas, estarán igual de enredadas que mis sentimientos, arráncamelos de un solo tirón ahora”

Álvaro pensó con que debía terminar el escrito, con la tinta del bolígrafo de gel negro chorreándose en algunas oraciones, reflexionó sobre las palabras que trazaba. Cada mancha, un pequeño desliz, pero también una huella de su pasión.

El mismo desvío la mirada del papel mirando a su alrededor buscando inspiración, era una habitación cerrada que estaba en el estudio solo tenía un tablero y algunas sillas tiradas por varias partes de la habitación, el pizarrón tenía fijadas con unas tachuelas hojas y dibujos que eran difíciles de ver, quizás se estaba quedando ciego pero eso no era de importancia en este momento.
Observo un dibujo de una pareja dándose un abrazo por lo que pudo distinguir, era un cómic pero no distinguía el texto del todo.

Agarro de nuevo la lapicera y trazo las palabras como mantequilla.

“me abrigare de tu pecho cada vez que me siento insuficiente, se que me amas y me quema, me quema que lo olvides…
¿Y lo se? Porque sigues rechazado, porque sigues ignorando, ¡porqué sigues gritándo!”

Soltó el bolígrafo sobando su mano ¿Debería hacerlo una canción? La letra era fuerte y seca escupiendo todo lo que está sintiendo en esos momentos.
Tal vez  debería dejarlo como un texto mas para su diario personal, con la situación actual de su relación con Mauricio y Francisco no era adecuada para estos párrafos.

De tantos pensamientos que en pocos minutos inundaron su cabeza no noto que alguien está acercándose por su espalda.

—Hola alvaris, ¿Qué haces?— la voz calmada y dulce de Mauricio le resonó en sus dos oídos

Álvaro se voltio dándole una sonrisa falsa a su “pololo”, no cerró la libreta y respondió sin dejar de sonreír falsamente.

—nada… ¿Cómo van con los cabros?

Cambio de tema de conversación rápido mirándolo de forma forzosa a sus ojos, estaba rezando para que no se diera cuenta de la libreta abierta en dos pares.

—nada todo bien como siempre, nada interesante— abrazo por la espalda a su pareja agarrando el cuaderno que estaba entre sus piernas.

De un movimiento la saco del poder de López y preguntó de nuevo, mientras paseaba por las hojas deslizando las por el delgado papel.

—¿Qué es esto?

Pregunto leyendo una canción que escribió antes de lo mencionado anteriormente, era tierna y prospera mostrando esperanza o eso quería plasmar en su escrito, como las canciones siempre las cantaba y no las hacía se le complicaba rimar o tratar de conseguir un tema relevante que no sea de amor.
Mauricio y Francisco eran en qué en trabajo grupal escribían y se ponían de acuerdo a cada canción era buena y cuál no tanto, por eso las canciones salían como pan caliente  en cada ensayo.

Mauricio paso a la próxima página viendo un desastre hecho ¿poema? Empezó  a tratar de comprenderlo en cada letra posible.
¿Era una alucinación al masoquismo acaso o leía mal?

—¿¿por qué escribiste esto??

Tenía una expresión vacía y con decepción en un caso, parecía una cosa que ni siquiera le podría llamar canción era solo fantasías sobre el canibalismo y masoquismo una temática terrible

Los dos se quedaron en silencio absoluto solo escuchándose los ruidos del ensayo decorando la escena nítida, la garganta de López de volvió un nudo que no podía desatarse ¿Qué excusa podría poner que no fuera una idiotez asegurada?

“ También voy a perder a Mauri…” Pensó empezando a vocabular como podía

—yo… Quería experimentar con nuevos estilos de canciones algo más punk— volteo la cabeza apretando los dientes—lo escribí pensando en ti amor….

Mauricio solo lo  juzgo de tan solo mirarlo, de un jalón arranco la hoja del texto y la guardo en el bolsillo de su abrigó.

—¿¿Crees esto de mí??

Mauricio dejo sus manos en su chaqueta, no dejo que se excusara para continuar hablando de forma seca.

—¿tal vez no entendí bien la letra? Quiero que me expliques— hablo al borde del llanto, "¿Tan mal lo había tratado todo este tiempo?"

" Tanto alboroto por una canción... Qué estupidez" pensó parándose de la silla rápidamente acercándose a su pololo amenazantemente.

Los pasos de escuchaban en toda la habitación al igual que sus suspiros de molestia, cada que acercaba su cuerpo a el de su pareja este retrocedía un paso mas hacia atrás mostrando miedo e confusión, Mauri  empezaba a cuestionar si estaba nuevamente drogado con el narcótico más fuerte que encontró

Su espalda cayó sobre una pared  golpeándose y quedando inmovilizada, para contrarrestar Álvaro lo acorraló poniendo su brazo contra la pared haciendo que no tenga ningun lugar por dónde zafarse...

—escúchame Mauricio, yo no escribí esto en mal afán, entonces trata de tranquilizarte y deja de lloriqueo que no es para tanto— le agarro violentamente la barbilla con dos de sus dedos para que lo mire directamente—es una metáfora lo que escribí, para nada quiero que todo lo que escribí me pase cachai?

El guitarrista  tranquilizó sus nervios  y sus extremidades poniendo sus manos en el pecho de su amado tratando de tranquilizar la situación con algunos besos
Cuando López noto el toqueteo se alejo unos centímetros rechazando con repulsión.

Álvaro abrió la puerta y salió de la habitación  evitando  los llamados tiernos de Mauricio rogando que regresará al sitio, solo siguió de largo encontrándose con su hermano y sus amigos nuevamente.
Agarro una guitarra y empezó a nananear una canción mientras tocaba lentamente tratando de llamar la atención, era la canción favorita de Francisco el cual no la ignoro y le siguió con el piano regalando una sonrisa hermosa y realmente increibe, realmente estaban disfrutando tocando como nunca antes aunque todavía iban en el principio, como era un simple ensayo podrían hacer todo lo que quieran sin ninguna reta del productor.

La voz de Francisco empezando a musicar en sus oídos era mágico, como cada palabra razonable en su cabeza sin olvidarlo fácilmente, era una droga, una plaga.
Sus manos se colocaban en cada cuerda para tocar un acorde mientras lo observaba embobado  cada milímetro de su cuerpo, era su estereotipo de pareja tanto que parecía escrito paso por paso.

—¡ALVARO!— una voz chillona rompió la paz, la guitarra que estaba tocando desafino brutalmente haciendo un sonido desagradable.

Era Gonzalo su hermano... Cómo era su hermano si lo podría golpear hasta que deje de respirar no?

— yo y el grupo vamos a unas vacaciones por acá ¿Te llevamos o no?—Álvaro sonrió asintiendo con la cabeza, entre sus amigos se encontraban.

!Francis¡, basualto, Gonzalo, y ¿Mauricio?

Capaz ese factor de tener pareja le arruinaría la  diversión en sus días de reposó, pero poco importaba igual iba a estar el hermano de su pareja entonces mejoraba todo...

"Porque menosprecio así a Mauricio..." Pensó como si de un golpe se tratara, aunque nadie escuchará se sentía culpable y mentiroso.

Un infiel

El paseo de tus mismas lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora