XVII

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Reflexionando en la entrada de su apartamento al volver caminando de haber ido a la cafetería más cercana y tomarse un café frío.

Cambiando de pensamiento con fluidez, extrañaba demasiado Concepción, todos eran amigos y solo tenían una sola obligación,"estudiar" y para el lo más importante era al salir del liceo a las 5 de la tarde quedar con Francisco, eso era lo que mas extrañaba de conce y también  apartando el lugar de su familia.
Aunque en Concepción ya conocía a Mauricio no tenía ese tipo de relación y tampoco se le cruzaba por la mente algo así de desubicado como una relación, desde que conoció a Francis su vida solo gira entorno a el constantemente a todas horas del día.

Tal vez estaba un poco obsesionado, pero cuando le gustaba una persona no podía parar hasta que se concretará una relación estable, sin embargo Francisco según la perspectiva de Álvaro aunque intentara alcanzar su objetivo más deseado iba a caer porque recordaba que Francisco era demasiado heterosexual y de paso tenía otra pareja más para el montón de mujeres que iban detrás de el, estaba incluído en ese grupo.

Observando su mono ambiente que tenía mientras grababan su álbum “vida de perros” había un cuadro cuál tenía a los cinco integrantes incluyendo a el, se veían felices algo que los otros experimentaban pero Álvaro no, sentía un vacío existencial el pecho al tener la banda no se sentía del todo bien por toda su carrera musical, era un sueño que anhelaba con sus alma pero simplemente no le emocionaba con la misma  importancia que antes.
Le daban tantas ganas de quitar el cuadro  y tirarlo hacia el suelo y patear hasta  que se rompiera por completo, pero no se llevo llevar por sus impulsos y pensamientos intrusivos de violencia.

—soy demasiado ordinario, ni siquiera me puedo entender yo mismo—miro el cuadro mientras cruzaba los brazos con desposte.

En camino a eso se hecho en su colchón mientras se quitaba los zapatos para dormir plácidamente aunque su cerebro era una distopia, un cuento fantasioso que nunca iba acabar hasta que lo rechazarán de la forma mas cruel posible. Se lo merecía si pero igual tenía mucha cobardía en conjunto, un temblor complementaban su estado físico cada que tenían un acercamiento mas intimo que lo hacía sudar poniendo su piel grasosa y su pelo se rizaba aun mas, el pelo ondulado de Álvaro se estaba desvaneciendo en cada oportunidad estaba con Mauri, su pelo totalmente rulo se estaba desvaneciendo por alguna razón.
En algunos momentos solo quería soltar un gatillo por dentro de su garganta pero recordaba resistir hasta lo último por una promesa de el mismo “si está banda no funciona no se lo que haré” no tenía plan b esa era la última razón por la que no renunciaba por completo.

Caer rendido en la cama era la rutina por la agotadora rutina cada día de su vida, repetitiva y aburrida, no sabía ni siquiera que hacer, hace dos días que no veía a los chicos de la banda y habían pasado 5 días desde el regalo de Mauricio que sinceramente tiro las flores a la basura y la cámara si la permaneció, que era lo único que estaba agradecido realmente, por lo menos se merecía un “te quiero…”  De la parte de Álvaro, eran más que suficientes solo dos palabras para agradecer con la garganta seca.

—quizás solo debería guardarmeque me gusta Francis y solo masturbarme o meterme los dedos pensando en el—pensó para luego reírse levemente.

—soy una mierda de persona…—la sonrisa de su cara desapareció mientras sus ojos miraron hacia la ventana viendo como una gran tormenta estaba afuera fe su cada, logro apreciar a como algunos rayos de luz aparecían.

Álvaro ignoro al fin cerrando pero sin querer agarraron el celular para ver si tenía algún mensaje y de pura coincidencia su supuesta pareja lo estaba llamando, Álvaro para no ser maleducado contesto y puso su teléfono en su oreja mientras se sentaba en la cama.

“Amor disculpa si te desperté, ¿podría dormir hoy en tu casa? estoy ahora justo a unas cuadras de tu casa y pues mi casa queda demasiado lejos para ir con esta tormenta, por favor te lo ruego” suplico a través del celular.

—esta bien no importa, solo toca la puerta y la abriré— tuvo un poco de piedad al fin.

“Muchísimas gracias, ahorita mismo voy corriendo” unos jadeos de cansancio de escuchaban antes de que colgará.

El vocalista volteo los ojos y parándose de la cama buscando las llaves del apartamento para esperarlo en el marco de la puerta recostando sé, se iba a tardar unos minutos pero igual quería dormirse lo mas rápido posible, aunque Mauricio iba a hacerlo dormir mal pero ya me daba igual.
Sin tantos obstáculos Mauricio llevo con el pelo y  la ropa mojada la entrada del apartamento.

—¿quieres que te traiga una toalla y ropa nueva?— solo fue amable.

—por favor… Muchas gracias te lo repito de nuevo—entro al apartamento dejando el estuche de la guitarra en el suelo mientras limpiaba sus zapatos con el tapete.

Álvaro fue a buscar una ropa holgada para darle de pijama y ya por fin se acostó a dormir.

—¿me puedo cambiar aquí o me voy al baño a cambiarme?—pregunto mientras caminaba hacia el baño

—no me importa realmente—se tapo con las sábanas  hasta el pecho

—bueno, entonces para ahorrar tiempo voy hacerlo aquí—empezó a quitarse la camisa y a doblarlas para ponerlos en una mesa.

Álvaro solo lo observo como se quitaba la camisa mientras su pecho  estaba al descubierto, a pesar de no sentir nada por Mauricio un rojo carmesí oscuro apareció en su cara en forma de sonrojo, su abdomen era blanco y con áreas de color rosas. Aunque cuando lo observo no puedo evitar pensar en Francisco que tal vez eran iguales por ser hermanos.

—¿pasa algo cariño?— volteo la cabeza mientras se ponía la camisa de Álvaro.

—me pones nervioso jajah—sonrió con un gesto de vergüenza.

Álvaro al volver a poner la vista en su pareja observo como se acercaba provocativamente  solo con una camisa y sus bóxer, no podía ni moverse de la impresión, ni siquiera podría imaginar que su supuesta pareja tenía ese lado obsceno, lo veía como un ser tierno y manipulable. De lo manipulable estaba en lo correcto pero estaba a punto de desmentir la otra descripción.

Mauricio  se subió a la cama si se posicionó arriba de Álvaro acorralando con los dos de sus brazos siendo provocador.

—podríamos… Dame tu consentimiento—mordió su propio labio inferior levemente.

—solo déjame tocarte, no estoy seguro que hacerlo— volteo la cabeza mientras fijaba sus manos en la cintura de Mauricio

—ahm, bien—jadeo aún apoyando sus manos en la cama.

La yema de los dedos se deslizaban en el cuerpo de Mauricio con curiosidad, mayormente lo estaba haciendo para experimentar en un hombre diferente y dejar de fantasear a un lado, la piel era seca y tersa y en algunas partes sensibles a cual su guitarrista gemía tímidamente. Ni siquiera podía dialogar una palabra porque ya tenía una erección que sobresaliente de su entrepierna.

Álvaro lo noto y antes de dejar de tocarlo masajeo sus casi inexistentes pechos para ya olvidarse de toda la acción.

—perdona pero no tengo ganas…— despegó sus manos de su pololo

—no importa, buenas noches yo voy  un rato al baño ¿Tienes agua caliente?—quito sus manos alrededor de el y  se fue directamente al baño para deshacerse de su erección  de la manera más difícil pero no quería hacerlo de la otra alternativa.

—¡buenas noches!—grito para ya quedarse automáticamente dormido por el cansancio.















Nota:

Hola bueno la única nota que tengo que aclarar es que ya esté fanfic está subido en AO3.


El paseo de tus mismas lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora