Capítulo 14. Parte de mi

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—Por favor, dime que no es cierto, dime que no es cierto. —Matías cubrió su rostro con ambas manos, como intentando ocultar la verdad inminente de sus ojos.

Fran chasqueó la lengua y Santi abrazó a Matías por los hombros.

Los tres estaban en la habitación de Matías, habían llegado allí de emergencia, sin nada de alfas encimosos ni preguntones.

—No, gordo. Estás jodido. —Fran volvió a chasquear la lengua y siguió agitando la prueba de embarazo que tenía en las manos, como para hacer más verídico el resultado.

—Mati, ¿qué no estabas en tratamiento? —Santi preguntó, con voz bajita, como si sintiera que la pregunta de repente iba a alterar al omega.

—Sí... Bueno... —Matías bajó las manos y trató de contener la frustración, mirando la prueba que Fran todavía tenía en la mano, así que extendió su propia mano para pedírsela y Fran se la pasó. —Es que a veces se me olvida tomarme el tratamiento, pero no pensé que pasaría esto... Mierda, ¿qué mierda voy a hacer ahora? —Miró la prueba, las dos barritas en esta le confirmaban su peor temor.

—Cariño, no se trata de tomártelo hoy sí y mañana no, es todos los días, Matías, todos los días. —Fran parecía preocupado y hasta algo molesto. —Yo te dije que tus descuidos un día iban a venir a morderte el culo.

—Ya sé... —Matías soltó un gruñido frustrado. —¿Y ahora qué carajos hago?

—¿Pues cómo que qué? —Fran se cruzó de brazos. —Se lo tienes que decir a Enzo y decidir si lo quieres tener o no.

—Fran... —Santiago le dio una mirada preocupada, como si quisiera decirle que fuese menos brusco con la situación ya que Matías no se sentía bien.

—No, tiene razón... —Matías tomó la mano de Santi y la apretujó, contento en cierta medida de recibir el apoyo de sus dos amigos, pero resignado a la verdad de la situación. —Es lo ideal, no puedo tomar una decisión así yo solo... Es decir, no es justo no decírselo.

—De mientras vamos a una clínica, para que te confirme el embarazo. —Fran se sentó del otro lado, abrazando también a Matías. —Ya no hay más que hacer, Mati. Vamos a que te revisen y después que te calmes ya ves cómo le dirás las cosas a Enzo o si lo quieres tener o no.

(...)

La ida a la clínica fue en secreto, sin embargo, Matías se dio cuenta que había dejado el móvil en su casa, pero Fran le convenció de no regresar, de ir a la clínica cuanto antes, por lo que ahora ahí estaban, Fran estaba tranquilo, sostenía en su mano la de Matías y Santi leía una revista que había tomado de la canasta que estaba en la sala de espera.

Habían encontrado la clínica más cercana y se habían trasladado para allá en el auto de Fran, ahora esperaban su turno y Matías moría de sueño. Ninguno de sus dos amigos había querido irse, dispuestos a acompañarlo hasta que supieran con certeza si estaba esperando un bebé o no.

—¿Cómo es que no te diste cuenta antes, pero se te prendió el foco con lo que te dije de que tenías más carne? —Fran rompió el silencio y hasta Santi se rio un poco.

—Por culpa de Enzo. Ha estado un poco raro, de repente le ha dado este fetiche extraño de verme comer y de darme de comer en la boca cosas dulces. Y mencionó en algún alucín suyo que necesitaba engordarme bien y entonces podría tener un cachorro suyo.

—Ahw... que enfermo. —Fran se burló y Matías se rio de esto, negando con la cabeza.

—Está loco, tiene unos problemas que bueno... Luego vienes vos y dices que he subido de peso y tal... como que me hizo clic en la cabeza.

Déjame Elegirte [Enzo x Matias]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora