POV. Viridiana
Pase lo que quedaba de la noche en vela.
No pude volver a dormir por más que quería.
El sol comenzaba a salir, asomándose por mi ventana.
Decidí que hoy limpiaria mi casa, solo quería eliminar cualquier rastro de él.
Puse un poco de música y comencé con mi habitación. Cambié todas las sabanas y cubre almohadas, aspire por completo.
Seguí con mi sala y cocina.
Trataba de mantener mi mente ocupada, solo un rato en lo que entraba a mi turno.
Tome un baño, dándome mi tiempo. Necesitaba relajarme un poco y tratar de cambiar mi estado de ánimo, debido a lo que me dedicaba tenía que dar mi mejor cara.
Toda esa gente que viene al café no merece mis malas caras y humores.
Entrando a mi trabajo tenia que aparentar que nada pasaba. Se que puedo superar esto, Diego era un hombre que apenas y conocía.
Aunque apenas y conociendolo me sentía muy unida a él.
Decidi tomar un descanso, así que tome mi celular. Pero todo eran noticias sobre Diego, fotos nuestras.
En su carro, fuera de este besandonos, yo con su jersey, su celebración, nosotros al terminar el partido, yo en las gradas entre la gente. Miles de fotos más captando cada momento.
Arroje mi teléfono lo más lejos que pude.
Tal vez así dejarían de llegarme tantas llamadas y mensajes de el.
Me levante del sofá y seguí limpiando hasta el más mínimo rincón, moví algunos muebles.
Estaba muerta de cansancio tumbada en mi cama, pero en unas horas entraría a trabajar.
Volví a tomar un baño para cambiarme con mi uniforme de trabajo.
Al terminar salí de mi departamento, baje hasta recepción donde me despedí del guardia.
Salí a la acera, aspirando el aire fresco. Era un día nublado y tranquilo.
Camine a paso lento hacia mi trabajo, aun falta una hora para entrar y el camino solo me tomaba 15 minutos.
Miraba todo a mi alrededor, prestandole más atención.
Sentía alguien tras de mi pero al buscar simplemente no había nadie. Así que acelere mi paso para llegar cuanto antes a la cafetería.
Al llegar me sentía más tranquila hasta que sentí a alguien tomar mi brazo.
Me asuste e inmediatamente voltee hacia atrás encontrándome a quien menos quería ver.
-Viridiana, ¿Podemos hablar?
-Lárgate, Diego.
-Por favor, solo escúchame.
-No quiero y no lo voy a hacer, así que sueltame o gritaré. No te conviene que entres en otra polémica ¿O si?
Diego resignado soltó mi brazo, me dio una última mirada. Camino unos cuantos metros y subió a su auto deportivo.
No pude evitar llorar, entre rápidamente al café.
Camine hasta el baño, donde me encerré.
No podía dejar de llorar, me sentía tan culpable.
En el fondo me moría por volver a verlo y apesar de mantenerme firme a no querer hablar con el, dentro de mi algo me contradecía diciendo que hablara con el, que le diera la oportunidad.
Pero no podía, no me permitiría arruinar una familia. Yo más que nadie sabía lo que es la ruptura de tus padres y más cuando hay terceras personas.
No podía arruinar la vida de un niño, no como una vez ya me la arruinaron a mi. No dejaría que alguien viviera lo que yo viví.
Lave mi cara con agua y salí decidida del baño.
No le daría ninguna oportunidad a ese hombre, tendría que ignorarlo y simplemente olvidarme de él. Yo puedo superarlo, no será el único hombre en mi vida.
Empecé mi turno desde antes.
Tenía que comenzar a hacer algo antes de volver a pensar en el.
(......)
La noche cayó.Muchos clientes comenzaban a retirarse al igual que algunos compañeros.
-Lili, atiende la mesa ocho, porfavor.
Asentí.
Mi compañera ya estaba por retirarse.
A lo lejos solo visualice a un hombre solo, parecía ser Diego.
Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos, no podía seguir esperando que todos los hombres fueran Diego.
Tenía que olvidarme de él.
Pero al llegar confirme lo que antes había pensado. El hombre sentado ahí era Diego.
-Lili...
Lo interrumpí.
-No quiero que vuelvas a venir aquí, en mis horas de trabajo no.
-Solo quiero hablar.
-Y yo ya te dije mi respuesta, así que vete-. Me di la vuelta para irme.
-Te recuerdo que aun soy un cliente.
Voltee de nuevo, ahora usaría eso en mi contra.
-Quiero un café lechero, porfavor.
Apreté mi mandíbula y mordí mis mejillas por dentro. No podía tener el lujo de hacer un escándalo aquí y causarle un problema a mi jefe.
-En un momento-. Me di la vuelta para caminar hacia la cocina.
Tome más órdenes y entregue varios pedidos, hasta que volví a ir a la mesa de Diego.
Casi aviento la taza.
-¿Y el pan de cortesía?
Solo lo ignore, me di la vuelta y camine hacia otras mesas. No me quedaría ahí hablando con el.
Aunque no tardo mucho en irse, solo vi de reojo como atravesó la puerta de salida. Si seguía asi ignorandolo tal vez dejaría de venir.
Termine mi turno y como de costumbre me quedé un poco más a limpiar y a ordenar.
Cerré todo y camine a casa.
Al llegar solo me lance al sofá, muerta del cansancio y llorando.
Ver a Diego me ponía mal.
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Prohibido (Diego Valdes)
FanfictionEmpieza con un amor puro y sincero que con el pasar del tiempo se va pintando de negro. Todo se va revelando cambiando por completo el rumbo de la historia.