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ㅤㅤ Cada mañana no se despertaba con su cálido abrazo, era algo habitual ya.
Desde que Atsumu iba a correr por las mañanas la casa se sentía muy solitaria. La casa parecía tan tranquila y vacía sin su presencia. Aun así, planeaba aprovechar la mañana de aquel sábado y hacer cosas productivas, bajó a la sala y reprodujo su música favorita en el televisor mientras se decidía por ordenar un poco.
Una vez con la casa medianamente limpia, antes de siquiera sentarse en el sofá a descansar un rato, el tono de llamada de su celular comenzó a sonar en su bolsillo. Era Bokuto, por lo que contestó sin dudar.
-¡Hola Bo! ¿Qué sucede? -Saludó luego de poner a su amigo en altavoz mientras estiraba un poco sus brazos, tanto limpiar los había cansado.
-¡Hola Kiyoka! Estoy con Shoyo cerca de tu casa, -Un saludo lejano, seguro proveniente de Hinata, se escuchó de fondo, a lo que la chica también lo saludo. -¿Te gustaría ir un rato al café "Harada" con nosotros? Meian nos encontrará allá para disfrutar el fin de semana, ya sabes, luego de tantas competencias.
Lo pensó por varios segundos, pero como siempre, no pudo negarse a las súplicas de ambos chicos que terminaron por convencerla de ir. Finalmente, decidió cambiarse el pijama por algo más decente para salir, solo escogió un conjunto con el que se sintiera cómoda y salió de su casa no sin antes tomar su bolso y enviarle un mensaje a su pareja, diciendo que estaría con sus amigos disfrutando la mañana.
Claro que no espero una respuesta rápida, ya que Atsumu siempre ponía su celular en silencio cuando iba a correr, pero nunca estaba de más avisarle.
Bokuto y Hinata ya la estaban esperando afuera de su casa, al momento de salir ambos la aplastaron con un fuerte abrazo de oso del cual ella intentó escapar, pero no pudo salir por la fuerza de sus amigos hasta que la soltaron para que respire. Parecían muy enérgicos a pesar de ser tan temprano, era como si nunca se les gastara la batería.
-Por cierto, Shun. -Dijo el pelirrojo una vez emprendieron camino al café acordado. -¿Crees que podrías llamar a Sakusa y convencerlo de venir? Bokuto lo había llamado, pero ni siquiera le contestó.
El último nombrado asintió confirmando sus palabras, la chica levantó una ceja y los miró a ambos. -¿Y por qué piensan que si yo le digo va a aceptar?
Ambos chicos se lanzaron una rápida mirada, de la cual Kiyoka no se percató, como si quisieran decir algo que estaba en la punta de su lengua, pero decidieron insistir y su amiga, finalmente, aceptó con un suspiro de rendición. Sakusa no era alguien fácil de convencer, sobre todo cuando se trataba de estar en un lugar con bastante gente. De todas maneras, nunca estaba de más intentar.
