𝑬𝒑𝒊́𝒍𝒐𝒈𝒐¡

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𝐸𝑝𝑖́𝑙𝑜𝑔𝑜¡
𝄄🪻

Una fresca mañana donde el sol apenas hacia presencia, la brisa fría mañanera abrazaba a la gente que caminaba por la zona y

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Una fresca mañana donde el sol apenas hacia presencia, la brisa fría mañanera abrazaba a la gente que caminaba por la zona y...

-Ya en serio, ¿Café con leche espumoso otra vez? -Preguntó el pelirrojo con gracia una vez su pedido llegó a la mesa.

El bicolor frunció el ceño y se cruzó de brazos. -¡Solo estás celoso de que a mí me preparen lo más delicioso del lugar gratis y a ti no!

-Bokuto, si tiene que pagarlo. -Mencionó la camarera con seriedad antes de alejarse y seguir con su trabajo, dejando al bicolor con una expresión bastante cómica para el grupo.

Había pasado un año luego de todo lo ocurrido entre Atsumu y Kiyoka, un año bastante productivo para ella que se basó principalmente en ella misma, en su salud mental y el control de sus emociones, a pesar de lo difícil que fue al inicio, ahora podía decir con orgullo que estaba mejor, que se sentía mejor.

-¡Hola chicos! -Saludó una voz risueña desde la entrada del café, todos saludaron a la recién llegada con el mismo entusiasmo.

-Hola Izumi, ya pedí tu café para cuando vinieras. -Mencionó Kiyoka mientras la rubia se sentaba a su lado, dejando un suave beso en cada mejilla como saludo.

Izumi saludó a todos uniéndose a la conversación que tenían antes de su llegada.

-¿Un amigo tuyo vendrá entonces, Hinata?

La curiosidad de Izumi fue respondida con la sonrisa del pelirrojo, el cual asintió entusiasmado.

-Pronto vendrá de Italia a la ciudad, le dieron unas pequeñas vacaciones y lo convencí para que viniera, aunque es algo enojón seguro te caerá bien.

La conversación era muy animada, era notable la alegría del grupo con el simple hecho de acercarse unos cuantos pasos. El grupo disfrutaba de su desayuno cambiando de temas cada dos por tres, como ese típico grupo de amigos que dejaban de juntarse por varios días y al momento del reencuentro tuvieran tantas cosas que contar.

Con la diferencia de que ellos se veían casi todos los días. Claro está.

Ya se habrán dado cuenta también de la ausencia de cierto rubio teñido que, por cierto, tampoco se quedó atrás en cuanto a mejorar se trataba. Los viajes para molestar a su hermano y hacerle compañía se volvieron más frecuentes y eso lo ayudaba a despejarse y reflexionar varias cosas. Volviendo a la ciudad casi renovada mientras que sus amigos lo esperaban como siempre apoyándolo para que continuara mejorando.

El tiempo pareció volar hasta que todos se dieron cuenta de que ya debían irse, los chicos se marcharon juntos para jugar un par de partidos entre ellos por diversión, mientras que Izumi regresaría a su casa para estar con su lindo gato que ya iba a cumplir un año y continuar con sus estudios para entrar a la universidad de turismo que tanto deseaba, preparándose cuando estén las inscripciones abiertas el siguiente año.

𝑴𝒆𝒕𝒂𝒏𝒐𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑪𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝄄 ˢᵃᵏᵘˢᵃ ᴷⁱʸᵒᵒᵐⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora