𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝑶𝒏𝒆¡

151 11 4
                                    

𝐶ℎ𝑎𝑝𝑡𝑒𝑟 𝑂𝑛𝑒¡
𝄄🪻

ㅤㅤAún no era capaz de notar su presencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ㅤㅤ
Aún no era capaz de notar su presencia. Ni siquiera cuando fue a felicitar a su equipo ganador.

Nuevamente, los Black Jackals ganan uno de los partidos tan esperados por los fans del voleibol y de su equipo, cientos de fanáticos y reporteros se abalanzaban sobre los jugadores quienes aceptaban gustosos sus palabras, regalos y demás cosas para ellos. Algo común luego de ganar cada partido.

La joven Shun Kiyoka se adentraba a la multitud, esperando que su pareja la encontrara a pesar de tanta gente a su alrededor.

No obstante, sus miradas nunca llegaron a cruzarse. No durante ese tiempo, al menos. Aun así, encontró a sus compañeros de equipo, quienes la saludaron con euforia y otros como Sakusa que la saludaron con la cabeza y manteniendo distancia, después de todo no era fan del contacto físico repentino y ella lo sabía.

-Estamos felices de que estés aquí, ahora podremos celebrar esta nueva victoria como se debe. -Exclamó un bicolor bastante emocionado mientras revolvía su cabello junto a su compañero un poco más bajo y de cabello cobrizo, el cual asentía a sus palabras como si lo confirmara con esa acción.

-¡Sería genial que vinieras con nosotros, Shun! Te pagaremos las bebidas, no puedes decir que no. -Insistió Hinata con su característica sonrisa, siendo esto lo que la terminaría convenciendo, de todas formas, iba a pasar tiempo con su pareja y amigos, era perfecto.

O bueno, eso creyó en aquel momento, pero no hay que adelantarnos.

Una vez pasadas dos horas, el equipo y la joven lograron ver a cierto chico que, finalmente se hizo presente mientras salía del gran gimnasio con sus fans por las cercanías, divisó a sus compañeros y se dirigió a ellos con una sonrisa despreocupada hasta que divisó a su pareja en el asiento del acompañante de su auto.

-¿Shun? Creí que no pudiste venir. -Una ceja alzada completó su frase mientras veía a su pareja que le sonreía de forma risueña y gustosa por poder verlo al fin.

-Logré salir antes de mi trabajo para verlos, estuvieron increíbles como siempre. -Los chicos en la parte de atrás hicieron un sonido de orgullo al escuchar sus halagos, el rubio teñido asintió mientras subía al asiento del conductor.

-Ya veo, es bueno que me hayas visto. -Exclamó con una sonrisa mientras encendía el auto, algo que desconcertó ligeramente a su pareja fue no recibir algún abrazo o siquiera un beso en la mejilla, tampoco un mísero apretón de manos.

Aun así, estaba feliz de verlo feliz por su victoria, por lo que simplemente se puso el cinturón de seguridad y permaneció con la vista al frente. No obstante, los chicos que estaban en la parte de atrás notaron el evidente actuar de su compañero de equipo hacia ella, cosa que no les agradó, pero solo se miraron entre sí y esperaron a llegar a su destino. No era su relación, al fin y al cabo.

El bar no estaba tan concurrido, por lo que fue fácil conseguir un espacio para celebrar su victoria con unas cuantas copas y pequeños platillos salados. Mientras que Bokuto e Hinata se emocionaban con cada jugada que relataban e intentaban recrear de manera dramática, Sakusa y el capitán los observaban con una copa en la mano, pensando en cómo aquellos hombres tan infantiles llegaron a ser sus compañeros.

Por otro lado, la única joven que escuchaba atentamente los relatos de los chicos, también estaba al tanto de como Atsumu pasaba el tiempo más callado de lo usual, cuando tranquilamente podría estar haciendo uno de sus chistes que, aunque eran malos, eso era lo que los hacían divertidos. Giró su rostro para verlo mejor y llevó su mano a su hombro para captar su atención.

-¿Todo bien, Atsumu? -Preguntó ella notando su mirada algo pensativa y sus mejillas rosadas por el alcohol de las bebidas.

Sentía que algo estaba mal, por lo que se preocupó aún más pensando en que habría pasado para que su novio estuviera de esa manera, tan alejado de su entorno.

-No es nada, descuida linda. -Respondió con una sonrisa despreocupada mientras llevaba su mano a su pierna para tranquilizarla.

Ella le sonrió y decidió disfrutar la noche con sus amigos. Tantas risas no podían pasarse por alto cuando alguien pasaba de casualidad cerca de ellos, sin duda eran un grupo que llamaba la atención, no solo por ser uno de los mejores equipos de voleibol de la zona.

Una que otra copa bastó para que el dúo de Bokuto y Hinata sea más ruidoso. Aunque Kiyoka estaba disfrutando la noche, no podía evitar mirar de reojo a su pareja que solo miraba la pantalla de su celular mientras escribía repetidamente.

A veces decía uno que otro chiste, pero la mayoría del tiempo estaba enfocado en la pantalla de su teléfono. Si bien no era una chica desconfiada, sabía que ambos tenían buena comunicación y es por eso que no se preocupó, pensando que se lo diría cuando estén solos en casa.

Por otro lado, el capitán del equipo se reía a más no poder por las payasadas que decía aquel dúo hiperactivo bajo los efectos del alcohol. Sakusa estaba a nada de salir por la puerta de no ser porque Kiyoka, quien se sentaba a su lado, le ofreciera otra copa para que se relajara al saber que no era su ambiente, cosa que terminó aceptando agradecido de que alguien de su círculo social no sea tan alborotado.

No paso por alto para Atsumu la mirada de Sakusa hacia ella al aceptar la copa, una que la chica no notó, pero el sí. Al contrario de su pareja, él podía llegar a sentir algo de celos por la gente a su alrededor, pero no le gustaba mostrarlo al saber que eso no le parecía bien a su chica.

A pesar de eso, Sakusa pudo notar perfectamente como Atsumu pasaba su brazo por la cintura de su novia y la acercaba a él con poco disimulo, sabiendo que esa acción era visible para el pelinegro, sin embargo, este no le tomó importancia y volvió a beber de su copa, ignorando su mirada épicamente.

Si había algo que menos le importaba eran los momentos de celos inútiles de Atsumu, más teniendo en cuenta que conoció a Kiyoka por más tiempo que él y eran amigos desde la secundaria.

-Creo que ya es tiempo de irnos. Estos dos son capaces de hacer aún más escándalo. -Exclamó el capitán llamando su atención, al mismo tiempo que se levantaba de su asiento notando la hora en su reloj de muñeca, casi las doce de la noche, hora de volver a sus hogares.

-Yo iré a pagar la cuenta, ustedes adelántense. -Dicho esto, Atsumu fue a la recepción para pagar la cuenta de una manera algo entusiasmada. Todos asintieron y salieron del lugar para ir al estacionamiento.

-Bo, ese no es nuestro auto. -Mencionó la chica que lo veía intentando subirse a un auto desconocido estacionado al lado del suyo.

-Descuida linda, solo quería ver si estaba bien cerrado, uno nunca sabe. -Se excusó de una forma pésima pero efectiva en su cabeza.

Ella asintió siguiéndole el juego mientras le abría la puerta para que entrara al auto correcto, ganándose la risa de Hinata y la mirada indiferente de Sakusa que solo esperaba llegar a su limpia y suave cama para dormir.

-¿Por qué Atsumu está tardando tanto? -Preguntó el capitán algo impaciente al ver que no llegaba el mencionado.

La chica se encogió de hombros sin saber qué responderle. -No lo sé. Iré a ver qué sucede.

Se alejó del auto para volver, se adentró al local para buscar a su pareja y saber de su tardanza, hasta que llegó a la recepción donde lo encontró pagando la cuenta como había dicho.

Le llamó la atención la risa coqueta de su novio ante algo inaudible que dijo la recepcionista, inclinándose ligeramente sobre el escritorio y se acercaba para decirle algo al oído, la cual le sonreía y aceptaba su tarjeta de crédito no sin antes rozar sus dedos sin disimulo.

No era alguien celosa, para nada. Pero tampoco podía evitar sentir incomodidad por la situación, viendo de forma silenciosa el evidente coqueteo que su novio tenía entre esa chica. Más que sentir celos le daba un bajón de ánimos, y pensar que segundos atrás estaba tan feliz.

Antes de que supiera de su presencia volvió al estacionamiento y subió al asiento del acompañante, con la atenta mirada de sus amigos en los asientos de atrás.

-¿Lo encontraste? -Preguntó el capitán, recibiendo un asentimiento desganado de su amiga.

-Hubo un inconveniente con su tarjeta, pero ya se solucionó. -Mencionó sin interés mientras se ponía el cinturón. No le gustaba mentir, pero sentía algo en su pecho que la hizo decir eso sin pensar.

La chica no llegó a notar la mirada furtiva del pelinegro, el cual notó su expresión desganada casi al instante, pero no quiso decir nada, sabía que había visto algo, pero tampoco era de su incumbencia, no era su relación después de todo.

Pocos minutos después llegó el chico faltante para irse, con las manos en los bolsillos de su abrigo al sentir como el frío de la noche se hacía más presente. No tardó en poner en marcha su auto para llevar a cada uno de sus amigos a sus respectivas casas, hasta llegar a la última la cual era el departamento de Sakusa.

-Es la última vez que los acompaño a ese lugar. -Exclamó fríamente el pelinegro mientras veía por la ventana, acomodando su cubrebocas negro para que no se cayera.

La risa de Kiyoka inundó los oídos de ambos chicos, luego ella giró su cabeza para verlo. -Siempre dices eso, pero terminas yendo con nosotros de todas maneras.

Razón de sobra tenía. Por más que lo negara, Sakusa sabía que tenía razón. Cada vez que salían en grupo, de alguna forma u otra lograban llevarlo con ellos, tal vez sea para que dejaran de molestar, o simplemente porque Kiyoka se lo pedía.

El pelinegro observó la sonrisa de la chica por unos segundos hasta que ella volvió a mirar al frente. Por otro lado, Atsumu no dejaba de fulminar a su compañero desde el espejo retrovisor, lo que más resaltaba era su seriedad, pero Sakusa ignoró su mirada como siempre, después de todo, una simple mirada no lograría nada.

Con una mano en el volante y la otra en el muslo de su pareja como solía hacer cada vez que se iban en su vehículo, Atsumu le dio un ligero apretón sin darse cuenta haciendo relucir las venas de su mano, provocando que su pareja lo viera algo nerviosa junto a sus mejillas teñidas de un suave rosado, un poco por los efectos del alcohol y por su repentina acción.

Era algo que dejaba bien en claro sin necesidad de palabras. Algo que, sin demostrar abiertamente, a Sakusa le fastidiaba sin reparo.

El camino fue tan rápido como silencioso, en un parpadeo ya habían llegado a su destino temporal. Sakusa agradeció ser dejado frente al edificio y bajó del auto no sin antes pasar un poco de desinfectante en la manija, como era costumbre viniendo de él.

-¡Nos vemos, Sakusa! -Se despidió la joven, recibiendo un asentimiento por parte del pelinegro junto a un vago movimiento de mano antes de alejarse y entrar al edificio.

Kiyoka miró a su novio, quien parecía más serio de lo normal. Sin pensarlo le dio una pequeña caricia a su mejilla, llamando la atención de Atsumu quien inmediatamente apaciguó su ceño fruncido y miró el rostro preocupado pero sonriente de su novia.

-¿De verdad estás bien? -Volvió a preguntar. Su novio solo asintió sonriendo desganado, arrancó el auto para ir a su último destino y poder descansar de un largo día.

El trayecto a su hogar fue silencioso. A ninguno se le ocurría un tema para conversar y él tampoco parecía pensar en algo que decir, por lo que Kiyoka solo esperó a llegar a su casa sin decir palabra alguna. Las ruedas se detuvieron al mismo tiempo que pequeñas gotas comenzaban a caer del cielo, nubes perezosas daban la bienvenida a una posible tormenta para dentro de unas horas.

Las luces están apagadas al momento de entrar, sin embargo, las ventanas reflejaban la luz de la luna aun presente a pesar de las nubes, para ver el camino y pasar por el pasillo hasta su cuarto.

-Descansa, Atsumu. -Le murmuró una vez se encontraban acostados viéndose frente a frente, ella recostando su cabeza en su pecho.

-Tú también, linda. -Un beso en su frente fue suficiente para que la joven pudiera descansar tranquilamente. Tal vez su mente bloqueaba todas esas veces que veía a Atsumu coquetear con una que otra chica, por el simple hecho de que a ella la veía de esa manera única, de aquella manera romántica cada vez que lo miraba a los ojos, o cuando le daba esas sesiones de besos y abrazos que parecían durar horas. Al final del día, la que dormía a su lado todas las noches era ella.

Sí, Atsumu todavía la amaba. Era más que suficiente para ella.
ㅤㅤ

ㅤㅤ✨Buenas✨

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ㅤㅤ
✨Buenas✨

¿Cómo dicen que les va? ¿Tuvieron un lindo día? ¿Qué tal les pareció el primer capítulo de la historia?

Ando con emoción por querer subir ya todos los capítulos jaksjdjs, pero todo a su tiempo.

No sé olviden de votar y tomen mucha agua, los quiero muchoo.

Ayami se despide💫

𝑴𝒆𝒕𝒂𝒏𝒐𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑪𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝄄 ˢᵃᵏᵘˢᵃ ᴷⁱʸᵒᵒᵐⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora