°▪︎uno▪︎°

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Regresó... con un pequeño cambio 🥰🤗



🌻💛




El silencio del lugar le jugaba en contra, el frío del invierno de Barcelona le colaba en los huesos mientras acelera sus pasos por aquel frío pasillo, rumbo al punto de encuentro. Seguido de sus hombres y con la compañía del sonido de sus pasos aquel pasillo llegaba lentamente a su fin. Una vez más. 

Esa era la rutina de siempre, un intercambio tras otro y luego la soledad reinante en su día a día desde que él se fue de su vida, ha pasado tanto tiempo de ese evento. Pero él tenía los días contados y nunca desistió de su búsqueda, no importa cuánto haya gastado.  Nunca hubo respuestas favorables, él simplemente desapareció.  

Incluso si su omega prometió quedarse a su lado y amarlo, por lo cual el hecho de que se haya marchado de un día a otro no le calaba.  Pero esos dos años le han pesado tanto que incluso su lado animal se había limitado a denotar presencia. Un dolor incontrolable en su ser que no podría detener incluso si mantenía la esperanza de encontrarlo de nuevo. 

El intercambio terminó con éxito y regresó a su casa. Siendo recibido únicamente por el silencio, y después de mucho tiempo su alfa aulló. Sin obtener una respuesta favorable.  Se volvió  a ocultar. Arrastrando sus pies, Alejandro se aproximó al sofá y se tumbó sobre el mueble. El dolor concentrado se materializó en lágrimas mientras se tapaba la cara y en silencio lloraba.  
Entre sollozos contenidos miró en dirección a la mesita enfrente suyo y optó por revisar la carpeta amarilla que sabía de quién era. El nuevo detective que contrató le prometió encontrar a Ansu a toda costa, incluso si eso le costase la vida. 
Cuando la abrió un escalofrío recorrió su cuerpo, imagen tras imagen acompañado de textos filtrados de conversaciones que venían acoplados a un USB le hizo hervir la sangre. 
El enojo se apoderó de él aún más cuando el culpable de que su omega se haya ido de su lado era más cercano y el menos inesperado. Las fotos de su padre conversando con Ansu frente  a su departamento y luego en el lugar donde trabajaba le dio un escalofrío. Y más cuando en una de ellas se captó a Ansu siendo raptado por los hombres de su padre. 

No intenté ver el USB, ya tenía claro lo que iba a hacer. 

— Lo mataré. — su alfa rugió con todo el enojo que ambos sentían en ese momento, caminó con rapidez hacia la puerta. Su rabia siendo notado por sus hombres apenas puso un pie fuera de la casa. — Vamos a visitar a mi padre. — su fingida tranquilidad fue correspondida por sus hombres. Quiénes acotaron sin necesidad de orden. 

Cuando irrumpió en la casa de su padre sin invitación, se condujo escaleras arriba sin hacer caso a los hombres que decían que él alfa mayor estaba dormido. 
El ruido sordo de la puerta al abrirse y golpear contra la pared 
despertó a los dos adultos. 

— ¡Alejandro! ¿Enloqueciste? — su padre se puso de pie rápidamente disparando su aroma reclamando su territorio. 

— ¿Puedes dejarnos solos? Mamá.  — dijo mirando a la pobre mujer que temblaba. Su mamá asintió caminando fuera de la habitación. — ¿Dónde está? — preguntó una vez escuchó la puerta tras cerrarse. — ¿Qué le hiciste a mi omega? — su enojo contenido empezó a desbordarse cuando el hombre frente a él fingió confusión. 

— No sé de qué hablas. — habló su padre mientras se encaminaba hacia la salida. Pero fue en vano, lo tomó del cuello con fuerza y lo empujó contra la pared con facilidad. 

— ¿Dónde está Ansu? ¿Qué le hiciste a mi omega? — preguntó.  Las lágrimas desbordaron de sus ojos mientras su puño forjaba una presión extrema sobre el cuello. No se detuvo, ni contuvo el enojo que sentía. Su padre sonrió como si se estuviera burlando de su dolor. 
No dijo nada más,  y eso acabó con su paciencia. 
Sintió el punzante dolor atravesar su piel cuando los huesos rotos del cuello de su padre lo atravesó. 



m a d r i d  [ansubalde] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora