Vecinos

44 11 0
                                    

Cuando Harry volvió a la zona residencial, apenas era medio día, aún no podía entrar a la casa, y tenía mucha hambre.
Se sento en las escaleras sin saber que hacer con su hambre.
En eso nota en la puerta, amontonados, lo que parecían varios sobres de correspondencia, que estaban deformes por algo grueso que tenían dentro.
Los revisó y todos eran para la misma persona, Bobinsky. Seguramente uno de sus vecinos.
Se dió cuenta de inmediato del fuerte olor que emanaban esos sobres, olían apestosamente a ¿queso?.

No conocía a sus vecinos aún, asi que tenía que adivinar en qué parte vivían.
Ya no tuvo que adivinar, notó la flecha de madera que apuntaba a las escaleras, hacia la planta superior de la casa. En la flecha estaba escrito "Bobinsky allá"

Así que Harry subió las muy oxidadas escaleras con las cartas en mano, llegó a la puerta de su vecino y tocó.

—¿Hola?.
Nadie respondió. Toca la campanilla que está al lado de la puerta.

—¿Hola? disculpe, la correspondencia llegó a nuestra casa.

Silencio.

Pensó en dejárselo afuera, pero escucho ruidos adentro, como algo royendo. Pegó la oreja a la puerta y ésta se abrió, casi cayendose hacia delante, tirando las cartas al suelo.

Solo vio una habitación que parecía abandonada, con polvo, trapos y ropa interior colgada, barriles y cosas tiradas o arrinconadas, solo se podría pensar que alguien vivía allí por la lámpara encendida,tapada por una sábana, y también por la gallina, que vaya a saber por qué estaba ahí.

Solo vio una habitación que parecía abandonada, con polvo, trapos y ropa interior colgada, barriles y cosas tiradas o arrinconadas, solo se podría pensar que alguien vivía allí por la lámpara encendida,tapada por una sábana, y también por la galli...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Secreto.

Escucho atrás de él.
Voltea y solo ve una mano acercarse, se agachó asustado, pero la mano solo alcanzó a la puerta para cerrarla.

Un hombre alto, panzón y desaliñado de pantaloncillos cortos, botas negras y franelilla que alguna vez fue blanca, estaba colgando boca abajo de un asta del techo,mientras comía una remolacha.

—Los famosos acróbatas ratones no están listos, niñito.

—¿Ratones?

Recuerda la razón de porque subió, entonces recoje las cartas del suelo.

—Am...traje... esto.. para usted.. estaba en nuestra puerta.

Él ve las cartas, las toma alegremente y procede a olerlas.

—Mmmmm, syr.

—¿Qué?

—Muestras de queso nuevas.

Y se soltó del asta sosteniéndose con las manos en la baranda de la escalera y dando un salto para caer de pie tras Harry, quien voltea a verlo sorprendido y nervioso.

Parecía que tenía un fuerte acento, como ruso. Su bigote era largo y descuidado haciéndolo ver graciosamente parecido a un ratón, incluso su piel se veía algo obscura, no de forma normal como si fuera bronceada, sino algo mas gris azulada y seca.

Harry Potter Y La Puerta Secreta 🪡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora