Hacía otro Continente

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Junio, 1991

Un pequeño niño de 10 años se encuentra en su habitación\alacena bajo las escaleras, castigado por, accidentalmente quemar la cena de esa noche.
Mientras esta sentado en su pequeño y polvoriento catre, intenta escuchar a sus tíos que se encontraban en la sala, se asomó por la pequeña ventanilla de su puerta para escuchar mejor, estaban haciendo un gran alboroto, al parecer, por una gran noticia.

—Esto es una oportunidad que no se la dan a cualquier tonto.

Hablaba eufórico su gordo y bigotón tío,Vernon Dursley.

—Estoy tan feliz por tu gran oferta en esa empresa americana cariño, aunque irnos a otro país desconocido me pone algo nerviosa.

Dice agitada, la delgada y estirada señora Dursley, su tía.

—Tranquila amor, se que te asusta pero estaremos bien,  solo piénsalo, habrá nuevos vecinos, y seguro podrás hacer amigas. Yo tambien tendre nuevos compañeros y socios en mi trabajo, podemos hacernos amigos de ellos también. Asi podremos llegar a tener la oportunidad de entrar en un círculo social más grande y mejor. Solo piensa en un futuro así.

—¡¡¡Que emoción!!!, ¡¡Tendremos una nueva vida !!

Casi salta de puntitas como una niña, hasta que de repente recuerda ese gran problema, que en esos momentos se encontraba encerrado.

—¿Y que haremos con el fenómeno? ¿Nos lo llevaremos?

Ahí Vernon recuerda esa piedra en el zapato que llegó hace diez años a arruinar su normal y tranquilo estilo de vida.

—Simplemente haremos lo que debimos hacer desde que llegó a nuestra puerta, lo dejamos en un orfanato.

Petunia estuvo tentada a ese plan, pero lo pensó mejor, aunque odiaba al estorbo, sabe que fue dejado con ellos por esos bichos raros tras la muerte de su hermana Lili y su esposo. Seguro si se deshace de él, esos locos anormales se iran contra ella y su familia por no soportar al niño. Conociendo ya todo su poder sin límites y que posiblemente los estén vigilando, tenía que seguir manteniendose anclada a ese niño, hasta que sea mayor de edad.

Ni modo.

—Cariño, debe ir con nosotros.


—Pero Petunia!! Es nuestra oportunidad de librarnos de ese mocoso al fin.

Su esposa entonces le contesta en voz baja para que nadie más que él la escuche.

—No Vernon, ya te he hablado de esas personas anormales, las cosas que pueden hacer, si se enteran que nos llegamos a deshacer del niño, con su magia seguro nos encontrarán donde sea para arremeter contra nosotros después, quien sabe si no nos estarán vigilando ahora. Y por mucho que deteste al mocoso, no arriesgaré a mi familia por no poder aguantarlo unos años más.

Concluye finalmente, llena de pena.

El hombre enojado por ver sus planes frustrados, pero preocupado por lo que dijo su esposa, no le queda más que seguir soportando al engendro en su familia.

—Esta bien, nos iremos en una semana, debemos preparar entonces los papeles en regla y pasaportes para... los cuatro.

Petunia lanza un largo suspiro de resignación y ambos suben las escaleras  para acostarse.

Harry Potter Y La Puerta Secreta 🪡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora