Harry Potter Y La Puerta Secreta 🪡

Nuevo ambiente

Los siguientes días para Harry en su nuevo hogar, fueron pesados. Se la paso terminando de limpiar el resto de la casa, tanto el piso de arriba como el de abajo, mientras los Dursley iban de compras para los nuevos muebles, aparatos y demás utensilios para la casa, además de juguetes para su Dudley, y herramientas para arreglar la deprimente casa.

En esta empresa nueva le pagaban mucho mejor a Vernon, por lo que aprovechaban hasta cierto límite de lujo para darse el gusto de hasta comprarse ropa nueva y demás cosas personales para cada uno de ellos, excepto Harry.

Finalmente después de algunos días, la casa quedó amueblada, habitable y en mejor estado para una familia. A pesar de las pocas goteras, algunos chirridos de maderas y ventanas agrietadas.

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Aprovecho la mañana que los esposos volvieron a salir con su hijo a seguir conociendo el pueblo, para que finalmente pudiera limpiar su propia habitación. De entre tantas cosas nunca tuvo ese tiempo.

Comenzó a desempacar su vieja ropa y ponerla en las gavetas y estantes, también guardo su ropa "nueva", que en realidad era de Dudley hasta hace poco, pero a él le cambiaron toda su guardarropa para comprarle ropa más "estadounidense".

También desempaco una foto puesta en un viejo marco que encontró en la basura. La coloco en una silla que uso como mesita de noche para tenerlo cerca.

Esa foto la encontró cuando estaba ordenando el ático de la casa en Inglaterra, en esta se mostraba a sus padres abrazados, al aire libre en un lugar desconocido para él, y de fondo aparecia lo que Harry reconoció como un castillo enorme de piedra.
Sabía que eran sus padres por el gran parecido de Harry con el hombre de anteojos, y con el parecido de los ojos de la mujer, su madre.
Además de que en la parte trasera de la foto estaban escritos los nombres, "James y Lily Potter, 1979".
Era su objeto de mayor valor.

Procedió a desempolvar sus nuevas sabanas usadas y almohadas viejas, y comenzó a limpiar sus ventanas en mejor estado que las de la entrada. Fue cuando estaba barriendo debajo de su cama, que encontró algo curioso envuelto en periódico .

Era una muñeca, parecía vieja.
Seguro los inquilinos anteriores tenían una niña, y olvido su muñeca aquí.
Era muy linda, de tela, con ojos de botón negros, rostro con pecas pintadas, cabello azul con un lazo pequeño puesto, un pequeño suéter de rayas rojas y rosadas,pantalón ancho negro y medias con rayas blanco y negra. Hasta tenía botas para la lluvia amarillo y lo que parecía un chaleco impermeable del mismo color.

A Harry le llamo mucho la atención, pues había una sensación extraña con ella. La observo un buen rato hasta que la puso en su cama, mientras terminaba de limpiar.

Al terminar, bajó a preparar el almuerzo, antes de que llegaran sus tíos.
Cuando llegaron ya tenía todo listo para que ellos se sentaran en la mesa del comedor como una típica familia de tres,

—Mi muñequito, después de comer te mediremos el lindo uniforme que te compramos para la escuela.

—No quiero ir a una nueva escuela mamá.

—No digas eso hijo, se que es un gran cambio para ti, pero seguro que harás nuevos amiguitos.
Le responde su padre gentilmente.

Mientras tanto, Harry comía en el suelo de la sala, pues no podia sentarse en los muebles nuevos porque podía ensuciarlos y no se le permitía subir a su cuarto hasta que la familia terminara de comer para lavar los platos y limpiar la mesa.

Sentado frente a la chimenea, veia unas lindas esferas de nieve, éstas ya estaban puestas ahí cuando llegaron, y arriba de ellas, en el muro, habia colgado la pintura de un niño rubio con ropa de marinero, se veía triste porque su helado cayó al suelo y mancho su ropa.
Que extraña pintura.

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—¡Mocoso, ven aquí!.
Ordenó su tía. Al llegar con ella, le lanza un horrible uniforme gris desgastado, que apostaba ni era de su talla.

—Este será tu uniforme de escuela, mi Dudley irá a una escuela privada, y hara muchos amiguitos que seguro traerá a casa, solo espero que no lo avergüences con su rareza. Y tampoco andes diciendo que eres su primo, ni que soy tu tía en público, necesitamos establecernos y él necesita sentirse cómodo aquí así que no quiero que nos estorbes.

—Si tía Petunia.

Él solo asiente cohibido tomando el uniforme.

El resto de la tarde la familia estaba dispersa. Vernon hablaba por teléfono con su nuevo jefe de la empresa, Petunia estaba afuera empezando con sus remodelaciones de jardinería, y Dudley, molestando a Harry, mientras que Harry intentaba escapar de Dudley.

—¡Esquiva fenómeno!.
Le lanzaba fuerte y seguidamente pelotas de béisbol.
No había más niños viviendo en los departamentos, por lo que tenía que "jugar" con Harry para no aburrirse, pues tampoco había llegado aun el nuevo televisor que compró su padre para entretenerse.

Y así fue toda la tarde para el pobre chico, hasta la cena, donde tenia que cocinar, lavar y ordenar para finalmente llegar a su habitación.

Cuando logro parar por el día. Se lanzó a la cama, suspirando de alivio, estaba cansado de la rutina de remodelación, pero al menos ya terminó.
Se cambió a su pijama para finalmente dormir pero, al acostarse, sintió algo bajo su almohada. Ahí recordó a la muñeca, levanto la almohada, y quedó paralizado.

El cabello era igual de corto, pero estaba alborotado, de un color marrón obscuro ahora, los botones en sus ojos ahora eran verdes, la ropa era una franela gris obscura, sobre ella una camisa grande de manga larga de rayas gris y moradas, que le cubrían sus brazos y manos de tela, con jeans obscuros holgados y zapatos negros. Lo más sorprendente, eran sus pequeños lentes de alambre puestos, y la pequeña costura en la frente en forma de rayo, en el mismo lado que estaba su cicatriz.
Era un muñeco exactamente identico a Harry.