5 - ¿Quien eres?

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Hera

Era demasiado abrumador estar al pendiente de Axel, era tan impredecible que era difícil saber que estaría tramando. A pesar de ser mi gemelo, no lo comprendía del todo, era retorcido al punto de no saber si estaba siendo bueno o malo.

Ser la cara de los Allan era difícil, cargué con ese peso desde mi niñez, a diferencia de Axel quien fué criado para asesinar sin compasión,yo era quien daba esas órdenes. No podía tener remordimiento alguno por esos inocentes, los sentimientos que estorbaban debíamos desecharlos.

Nadie más, solo yo podía ser la jefa, mi hermano era demasiado directo e indiscreto como para tomar el puesto, así que yo ocupé su lugar.

Era irónico,una mujer siendo la única que podía dar órdenes a una organización tan grande como la de mi familia.

Sentada en mi escritorio, documentos en mis manos, pensamientos dentro de mí cabeza calcomiemdome como un parásito . Mis piernas cruzadas, mis iris puesta en los papeles que sostenían mis manos largas y finas.

Pronto una llamada me sobresalto, note mi teléfono vibrar,hablando del rey de Roma.

Axel.

—¿ Sucede algo? — Respondí tajante,el no se sorprendió pero algo en su voz me alarmó.

— Si, algo grave,mi presa,no hay información de ella o su familia. — Fruncí el ceño,y el pareció reír con ironía.

—Escucha, hermanito,tal vez solo es extranjera,no te preocupes por eso —Dije con una sonrisa de medio lado,intentando tranquilizarlo — No es como si fuera el fin del mundo.

Lo escuché resoplar y yo rodé mis ojos.

—Ya,ya,por favor ¿ Investiga si? Te mandaré su nombre y dirección, no es mucho pero se que puedes. Por tu
" Axi" — Casi me imaginé un puchero en sus labios y eso me hizo fastidiar.

Axel era un manipulador empedernido, conmigo no podía hacerlo, simplemente era ceder o negar. Parecía un niño encaprichado, que encontró un nuevo juguete para divertirse.

— De acuerdo, con la condición..- Chasqueo la lengua y yo sonreí con sorna. — Visitaras el teatro,a esa bailarina.

-— Como ordene,Jefa — Casi puse sentir esa sonrisa de oreja a oreja,victorioso por su jugada.

La tarde transcurrió normal hasta que voces se escucharon desde el pasillo principal,el sonido y las risas se me hicieron insoportables y yo tuve que contener la respiración.

Me levanté y acomodé las arrugas inexistentes de mi vestido rojo, deje los papeles en mi escritorio. Baje las escaleras para dirigirme hacia donde provenían las dichosas voces.

El pasillo principal,amplio y bastante espacioso pero está vez estaba Akito extrañamente le sonreía a quien estaba a su lado.

Y allí me percaté, era un joven de tez blanca, extremadamente palida como el papel,bonitos ojos negros que tenían un brillo grisáceo oscuro como un pozo sin fondo. El cabello azabache, así como sus ojos,le caía a un lado con algunos mechones leves y algo desordenados que le daban una vibra distinta; Oscura.

Un brillo intenso se le iluminó al verme, el sonrió encantado como si me estuviera esperando de toda la vida y yo no pude evitar morderme la lengua. ¿ Quien era?

Parecía un ángel caído, esos rasgos masculinos y al mismo tiempo etéreos, largas pestañas batiéndose me sacaron de mis pensamientos.

Entonces,me acerque a pasos firmes, a propósito el eco de mis tacones resonó,ví al moreno; mi subordinado tragar saliva. Una sonrisa complacida se dibujo en mi rostro por ese efecto.

Al borde de perder mis piezas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora