8 - Continúa lo que empiezas

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Leight

Tal vez sea demasiado vanidoso como narciso, extraordinaria belleza, cada parte de el era como un retrato,un lienzo enmarcado desde la punta de su nariz. Era exagerada la forma tan perfecta de su rostro,la armonía de sus facciones, si tuviese una palabra para describirlo era; Fascinante.

El quería continuar lo que había comenzado.

Y yo solo quería huir.

¿ O de eso me estaba convenciendo?

—Por..favor, Sueltame — Las palabras no me salieron, me faltaba aire,aunque solo estaba sosteniendo mi cintura,me ponía los pelos de punta.

Me sentía como una hoja,liviana y débil que el podía manejar como el viento,como una pieza de ajedrez la cual el ama manejar; Un simple peon en su tablero,solo eso,una pieza,un objeto. Axel te provocaba eso, dejabas de pensar,el se concentraba en distraerte con ese encanto natural, la sonrisa más grande que podías haber visto, por alguna razón,no sé si me daba más miedo cuándo no la tenía o cuándo sí.

Era siniestro,oscuro, nada igual a cualquier chico que había conocido; No era normal de eso estaba..Casi segura, no podía ser normal como te hacia delirar con una mirada,querías caer bajo sus pies, adorarlo y venerarlo como si fuese Dios,y apuesto que el se reíria de eso.

Pero los genios y filósofos perduraran más que esa belleza que Axel poseía, algo que nunca tendrían ellos quizás sería esa siniestra mirada,ese cabello dorado, y su rostro marcado,alargado y fino. Yo aún no conocía a Axel, no podría decir que es inteligente,astuto o es un genio por tenerme en sus brazos,temblando por solo roce.

— Dime una razón para hacerlo,dame una sola. —Murmuró a mi oreja, su aliento choco contra ella y yo sentí que el alma se me escapaba.

—Que...Nos..conocemos desde hace nada, ¿ acaso eres así con todas? ¿ Las tocas y llevas sin su permiso? — Brame furiosa,el me soltó y comenzó a reírse como si le conté el mejor chiste del mundo.

¿ Que demonios le ocurría a ese hombre?

¿ Porque siempre se reía de mí? era jodidamente extraño.

— No con todas angioletto, solo quienes me gustan.—Respondió con una sonrisa secarrona.

—¿ Te gustó...? —Frunció el ceño y luego comenzó a caminar dejándome atrás,como si esperara que yo le siguese. Y claro,como toda idiota lo hice,necesitaba una respuesta.

—Te acabó de hacer una pregunta.— Retome furiosa, intentando seguir su paso y el volteo su rostro,mirándome por el rabillo del ojo.

Estaba serio, sus labios estaban presionandose el uno al otro más de la cuenta y yo trague saliva.

— Gustar...Es un terminó interesa ¿No? — Se detuvo finalmente en una estación,un auto negro sin techo estaba en la orilla.

Me detuve para admirarlo, el coloco sus manos dentro de su oscuro pantalón, lucía tan irreal con esa ropa,con ese rostro joven y masculino. Axel,era hechizante, magnético de pies a cabeza como la perfección encarnada, Dios lo había bendecido con belleza.

—Creo que gustar no sería la palabra exacta. Pero te diré un secreto, llámame cuándo te sientas sola y quizás obtengas la respuesta que quieres escuchar— Me embellece tanto con su físico,que no me dí cuenta cuándo comenzó a hablar.

Trague saliva y entonces el entro al auto,abrió la puerta,lo ví desaparecer. Espere como una idiota que bajara los vidrios,no lo hizo,me maldije internamente por esperar eso de un hombre que apenas conocía.

Me di media vuelta lista para irme, camine las calles hasta que me detuve en una estación, pedí un taxi y fuí a casa. Abrí la puerta de mi departamento, frunciendo el ceño cuándo bote una carta y una flor negra en la mesita de mi sala, la tomé entre mis dedos,admire los pétalos brotando en ella,era hermosa,pero me asustaba.

Al borde de perder mis piezas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora