Capitulo 14

186 19 0
                                    

Capítulo 14

Elena (Lena)

Lo dejo dormido mientras yo lloro en silencio luego de haberme levantado por una pesadilla, otra pesadilla. No hemos hablado en profundidad de lo que paso, no porque nos han faltado oportunidades o por que John no quiera, realmente yo no quiero, no tengo el valor. Nos reusamos a volver al apartamento, así que seguimos en el hotel, John hablo conmigo sobre buscar una casa, y que Estephania y Maritza habían empezado a buscar y juntar lugares para visitar. Valeria estaba recuperada y estaba entrenando fuerte para ser restituida a su puesto en la empresa de seguridad.

El recuerdo de John amarrado a la silla y sangrando viene a mi mente cada que cierro los ojos, su madre apuntando su arma a su cabeza y Fabio pasando el cuchillo por mi cuello, mientras sus manos me tocan. No logro dejar de sentirme sucia, por más que me talle mientras me ducho, no logro quitar la sensación de unas manos sobre mí que yo no deseaba que me tocaran.

-Nena – Brinco cuando lo escucho a la vez que siento su mano en mi cadera.

- Pensé que dormías – digo sin voltearme a él.

-No te sentí en la cama y me levanté a buscarte. – dice besando suavemente mi hombro y luego oliendo mi cabello, un gesto que realmente es común en él, pero en este momento lo siento como una invasión. No quiero que me toque por lo sucia que me siento para él.

-John. – Abraza mi cuerpo y esconde su cara en mi cuello y suspira.

- Amo tu olor, me relaja.

- John, por favor. – suplico, sintiendo las lágrimas volver a salir.

- Habla conmigo Elena. – dice aun abrazado a mi cuerpo, empezando a mecer nuestros cuerpos. – No has hablado conmigo o con nadie más allá del terapista desde que saliste del hospital. No me gusta verte tan callada, amor. Vivimos algo horrible, pero debemos superarlo, juntos lo haremos, pero si no me hablas no podremos hacerlos, no podre ayudarte.

- John... - no puedo evitar llorar con más fuerza. – No quiero que me toques. – le digo, pero esta aferrado a mi cuerpo y puedo sentir cuando se tensa al momento de escuchar mis palabras.

- Pero ¿porque no? Me encanta tocarte. – dice despegándose de mi lentamente.

- Me siento sucia, por más que me limpio, por más que me tallo mi piel, lo siento tocarme. Luego recuerdo a tu madre con el arma...

- De acuerdo. – toma mi rostro y limpia mis lágrimas, dándome un beso en los labios tan suave que casi no lo siento. – Intentemos algo, vamos a la ducha.

- ¿Para? – pregunto confundida.

- Te sientes sucia limpiándote, pero no hemos intentado que sea yo el que te limpie. – me da una sonrisa de lado que enamora. –Ven Vamos a darnos un baño, mi dulce Elena.

Lleva mi cuerpo con suavidad hasta nuestra habitación, y me sienta en el inodoro mientras el preparas la tina, una grande. Aunque llevamos semanas en el hotel, John pidió una habitación que tuviera todas las comodidades y más, a mi gusto algo fuera de lo común, nada convencional, que incluye una gran tina, estúpidamente grande. La hemos podido disfrutar varias veces antes del secuestro.

Lo veo poner el agua a corres y graduar la temperatura, cuando vuelve a pasar por mi lado deja un beso sobre mi cabello, y se va a buscar una pequeña mochila que está en el armario del baño, en la mochila hay varios productos para relajarnos y algunos más personales, para nuestro disfrute. Entre las cosas veo que saca unas pequeñas bolsas de sales de baño y una vela de aroma.

Yo simplemente me mantengo en silencio mientras lo veo echar las sales al agua y ubicar la vela en la repisa y prenderla. Lo escucho tararear, lo hace cuando esta relajado, a veces lo hace para dormirse, ese me da gracia, silencio un hombre adulto, pero a la vez es tierno. En ningún momento me habla o hace algún gesto. Mueve el agua con sus dedos y vuelve a regular la temperatura.

Una Locura con SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora