Alastor y Charlie cruzan sus brazos uno encima del otro. La boda ha sido un éxito. Mientras el reino entero ovaciona, la pareja sostiene cada uno un trozo de pastel.
El repostero real hizo un excelente trabajo en imitar dos corazones humanos para la ceremonía. Había sido idea de ambos amantes. Una alegoría a la unión de sus almas, a la entrega de sus propios cuerpos. Una mordida para probar la ternura carnal, otra para saber que tan dispuesto se estaba a la entrega y al consumo total.
Ambos muerden la pieza del otro, saborean la sangre. Sabe a mermelada.
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Inspirado en la boda de Anya Taylor en Nueva Orleans. Gracias a Abi por compartir las capturas. ¡Tu idea charlastor me inspiró muchísimo!
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