A quien le guste esa canción, mis respetos causa (◠‿◕)
Brooklyn, Nueva York - Tierra 42
Llegas tarde -dijo volteando a ver al pelinegro-
Ya see, y perdón, es un ajetreo entre el trabajo y mis clases- dijo Illarion- pero te lo recompensaré lindura~
Ay ya deja la coquetería de lado y ponte a trabajar, no volveré a cubrirte un turno -
Eres un amargado Gabriel -
Si, pero también soy tu jefe, ahora ponte el mandil y ve a trabajar - dice tirándole el mandil, y sacándolo por la puerts a pequeños empujones -
Que tipo tan amargado -
Te escuché escuincle! -
Ay! - dió un saltito y empezó a trabajar -
Todo transcurrió con normalidad, los clientes salían y entraban, uno que otro alborotador, pero nada que el buen ánimo y paciencia de Illarion no pudieran resolver.
Claro que habían más meseros atendiendo en esa cafetería, pero Illarion era el más pedido gracias a su carisma, y su habilidad para cambiar el humor de las personas.
Entonces, una tarta de manzana, dos pasteles de fresa y un panini para la damita - dijo Illarion sonriendo a la familia - en un momento traeré su pedido - dijo sonriente recibiendo unas sonrisas de los presentes-
Fué a la barra a entregar el pedido, pero no dejó de mirar a esa familia. Le hace recordar a sus tiempos en el orfanato, no fue hace mucho que tenía que escapar de esas personas, o el momento en que vio a las personas que lo cuidaron morir para protegerlo. Cada que ve una familia así le hace pensar en que sería su vida si no lo hubieran abandonado en ese lugar, si sus padres alguna vez lo habrían querido, si se vería así de feliz como esa familia.
Illarion -dijo una de sus compañeras de trabajo, sacándolo de sus pensamientos - discúlpame por interrumpirte - dijo nerviosa - pero hay un código rojo en la mesa nueve, las chicas están nerviosas y los chicos estando cerca se les quita lo hombre - dijo con fastidio, al recordar como sus compañeros sudaban frío cerca de esa persona -
Muy bien, yo me haré cargo, es hora de sacar mis encantos a relucir - dijo guiñándole el ojo sacándole sus nervios dejándola más tranquila -
Mientras el chico se encaminaba hacia la mesa podía sentir como el ambiente se volvía más tenso, hasta que logro divisar a un hombre robusto, ojos marrones al igual que su cabello, color nada inusual en una persona, pero se veía especial en él, sería el hombre perfecto a simple vista, si cambiara esa cara de culo que tiene.
Buenos días señor, en qué puedo servirle -
El hombre miró al menor, examinándolo de arriba a abajo poniéndolo nervioso, pero no del lado positivo.
Un café sin azúcar, por favor -dijo regresando su vista a la laptop -
Claro que sí, en un momento se lo traemos - dijo el chico para marcharse de ahí -
Illarion sentía la mirada penetrante de aquel hombre clavada en su nuca, lo cual lo ponía más nervioso.
. . .
Aquí está su pedido, un café extra caliente si azúcar, y un pastel de fresa con crema encima - dijo Illarion -
Yo no pedí el pastel -
Lo sé, eso va por cuenta de la casa, o por mi cuenta más bien, es para que le cambie el aura de asesino que tiene, a quien no le alegra un pastel de fresa con crema encima - dijo Illarion con una sonrisa y total honestidad frente al hombre -
Es muy honesto para ser tan joven, eso en muchas ocasiones puede ser un defecto... -
Así como también una habilidad, habilidad que me ha ayudado en situaciones como esta - dijo mirando a aquel hombre, sacándole una sonrisa a este - lo ve? Ya quitó esa cara de amargado, ahora parece más amigable -
jajaja, parezco? - dijo el hombre con ironía mirando al joven -
Si, bueno si me permite señor, hay más mesas que debo atender -
Pues muchas gracias por hacerle compañía a este amargado, señorito... -
Illarion, mi nombre es Illarion -
Mucho gusto... Miguel O'Hara -
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Aquí un nuevo capítulooooo, gracias por el apoyoooo!!!!! (ʃƪ＾3＾）
