Dado que Shouto no tenía sueño, ha dejado a Bakugou durmiendo sobre su cama y ha descendido nuevamente al restaurante. Le reciben con un par de saludos jubilosos en tanto los comensales que habían estado ahí cuando ellos llegaron levantan sus tarros, algunos todavía con algo de cerveza en ellos. Shouto se plantea sentarse a acompañarlos, pero concluye que, si sigue bebiendo, no hará nada útil para cuando el posible Clovek y Ardha Dur lleguen. Y, si eso pasa, es posible que Bakugou le estalle la cabeza en trozos microscópicos. Suspira y les hace una reverencia de respeto para despedirse de ellos. Después, se gira hacia el lado opuesto de la calle.
No pretende alejarse demasiado. Principalmente porque sabe que, de hacerlo, se perdería. Avanza por un par de calles, pero trata de no olvidar cuántas vueltas ha dado y en qué dirección. Intenta pensar en términos de "estrellas" y "soles", pero, en su cabeza, nada de eso tiene sentido. No sabe en dónde están el norte o el sur, así que se limita a recordar si ha girado hacia la izquierda o la derecha y trata de memorizar cosas en su entorno que puedan servirle como señalamientos. Pasa por un sitio lleno de mujeres que le hablan y le hacen unas cuantas sugerencias subidas de tono y, si bien él no hace nada más que quedárseles viendo con extrañeza, agradece el hecho de haberlas visto, pues son un excelente punto de referencia. Si vuelve a verlas cuando regrese, sabrá que va por buen camino.
Haknam es un verdadero laberinto. Shouto recuerda los laberintos inventados que su hermano Natsuo le tallaba sobre tablillas de madera cuando era pequeño. Siempre los resolvía deslizando el dedo sobre ellos, sin hacerles ninguna marca, de modo que, cuando terminara, pudiera volver a empezar. Natsuo se burlaba de lo mucho que le gustaban, pero igual se los hacía cada que tenía oportunidad.
Dobla a la derecha. Dos calles. Izquierda. Una. "Hacer la araña", o, ¿podría llamarse a eso hacer la araña? Shouto camina con cuidado sobre una pared semi-inclinada que tiene soportes de metal (algunos a punto de zafarse) como apoyo para colgarse en tanto se pasa por ahí. Llega al otro lado y sigue avanzando.
No sabe lo que busca, realmente. Tan solo estaba aburrido. Eso y que Haknam le resulta fascinante. La mayoría de la gente habla de ella como si fuese un gran basurero pútrido al que solo llegan las peores sabandijas de Naxos, pero Shouto no puede evitar pensar que es imposible que ahí no exista gente buena.
Zadya no parece una sabandija. Su prima tampoco. Y los niños hambrientos que vieron en el camino seguro que tampoco nacieron siéndolo. Si se convertían en ello al crecer, Shouto supone que tan sólo podría culpar a los numerosos tipos de crueldades con los que sin duda serán criados por ello.
Nadie nace entendiendo lo que es la maldad.
Se detiene cuando calcula que ha pasado alrededor de una hora. Si quiere regresar antes de que Bakugou despierte, es hora de que dé media vuelta. Gira y empieza a trazar mentalmente su camino de regreso. Hace la araña y, más tarde, se encuentra otra vez con las muchachas. Ellas le vuelven a saludar con buenos ánimos. Él les hace una reverencia de respeto y les informa que no puede quedarse porque tiene un compromiso importante. Una de ellas le dice que regrese cuando quiera en tanto se aleja y Shouto sonríe.
Se extravía en el último tramo del recorrido. No sabe por qué lo ha hecho, pero se da cuenta cuando se topa con algo que definitivamente no había visto antes. Se queda quieto y mira la columna de luz que cae frente a él. Proviene de arriba. Shouto se aproxima, pasa por el haz de luz cristalina, se detiene ahí y levanta la cabeza.
Hay un agujero en el techo que se extiende hasta... ¿el exterior? El trozo minúsculo de cielo azulado que cree alcanzar a ver en la lejanía pareciera sugerir aquello. Shouto se ve forzado a entrecerrar los ojos, porque el brillo es demasiado fuerte para sus pupilas que llevan ya varias horas navegando por la oscuridad. Sale del cubo de luz y acepta lo evidente.
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Cuatro contra el mundo [KatsuDeku] [TodoIida]
FanficAU FANTASÍA Los Exterminadores de demonios Katsuki Bakugou y Shouto Todoroki llegan a la desértica ciudad de Haknam en búsqueda de dos asesinos que se dice que se ocultan en ella. Lamentablemente, "exterminarlos" no será tan fácil como lo esperaban...