Capítulo 2: Prejuicios

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La claridad de los rayos del sol que cruzaban por la ventana; hicieron énfasis al error que cometí por no cerrar las cortinas, estas aún estaban amarradas lo que hizo que desde temprano la habitación se iluminara.

Quizás otro día aquello me habría enfurecido, pero hoy ya me encontraba despierto.Me acomode en la cama, mientras buscaba en los bolsillos de la ropa que había usado ayer; mi teléfono celular. El libro que se encontraba en la mesa de noche llamo mi atención.

-El diario de benjamín- grazne, quizás fue la curiosidad que me invadía siempre que lo miraba... por saber más de la historia, o quizás fue el hecho de saber que alguien no quería que leyera algo que se encontraba allí.¿Cómo era posible que le arrancaran páginas? Aquella persona que me había obsequiado el diario debió pensarlo dos veces antes de dejarlo en mi puerta, ya que si se arrepintió hasta no saber hasta el último párrafo no lo devolvería.Con el diario en mis manos, pase mi dedo índice, por lo que quedo de las hojas; a lo que con pesar por no saber que habría escrito allí, continúe esperando entenderle lo que aún se encontraba.

Buscar a una persona es un caso perdido para muchos...

Para mí solo requiere de enfoque, encontraría a quien yo quisiera si me lo proponía, era la diferencia del chaman amigo de Jacob, el cual; con cada una de sus habilidades seguía creyendo que este le encontraría a su hija. Pero nos dio la información que queríamos, así que el resto no me importaba. Por parte de Anna esta creía que era un viaje atreves de todo el mundo como se lo había prometió Jacob.

-sabes este es el mejor viaje que he hecho-sonrió amablemente.

-qué bueno que te diviertes- le dije, ya sabía que no pasaría nada bueno con ella, así que era mejor que disfrutara su último viajeLa bondad de Anna siempre me admiraba, Esta pensaba en ayudar a los demás, y en hacer feliz a Jacob, mientras este le decía mentiras...

Ella le hacía detalles, he incluso con migo se comportaba de la manera más noble.Me sentiría bien con migo mismo cuando todo esto termine, sabía que según el chamán; esto era lo último que teníamos que hacer para permanecer inmortales para siempre.

 Esta tarde de verano, comencé a enfermar, tenía cada uno de los síntomas... era como si mi cuerpo se deteriorara... Observe como Jacob obligo al chaman que me sanara, muchas partes eran borrosas para mí.

-¿Qué tiene?- mascullo molesto Jacob, mientras Anna permanecía a su lado, todo daba vueltas sentía tanto frio.

-esta prendido en fiebre- grazno Anna.

-¿Que tiene?- grito Jacob ahora estaba molesto. Me costaba abrir los ojos, era como si tenía un cansancio letal.

-¡Tiene malaria!-

-me duele todo el cuerpo- masculle a lo que Jacob se acercó y me abrazo.

-¡cúrelo!, haga algo para que se mejore...- todo y cada una de las cosas que pasaron muchas las recuerdo otras las escribí por lo que me contaron los demás pero aquel recuerdo era más que vivido.

–Anna, ve por agua- le ordeno mientras escuche como aquella salía.

-¿esa es la maldición que se refiere?-pregunte.

-si benjamín, al sacrificar a aquellos seres, lo único que tienen es inmortalidad- repuso el chamán.

-pero porque enferma benjamín- afirmo molesto Jacob.

-es por eso que ocupan al doppleganger, con este serian inmortales para siempre, mientras no lo encuentren, podrán enfermar de lo quesea, cargar con un dolor y nunca morir.

Vínculo de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora