Rob... soy... yo... Alex.
Sé que he dejado más de mil mensajes. Solo quería saber si ya... te encontrabas mejor de salud... bueno... llámame cuando escuches este mensaje... Adiós.
Tras colgar la llamada, el sentimiento de culpa me invadió de nuevo, había pasado todo el fin de semana sin ver a robbie, según Derek este necesitaba algo de tiempo. ¿Por qué más tiempo? Pensé. Quise enojarme con él, pero en realidad era mi culpa. Joseph lo había lastimado por ayudarme. Pero aquello me sacaba de mis casillas.
Pase todo el domingo en casa de Jensen. Esto me dio ventaja en evadir a Rachel, quien estaba obsesionada por saber ¿quién era el sujeto de la fiesta? Sabía que la mejor solución era enojarme con ella, para que esta dejara de preguntar. El sábado antes del funeral de Jessie, la sorprendí fisgoneando mis cosas, así que ahora tengo que cargar con el diario de Benjamín a todas partes.
Jensen quien estaba más descontrolado que robbie, no dijo palabra alguna durante el funeral, lo conocía demasiado. Sabía que todo el dolor se transformaría en furia. Jessie era el amor platónico de Jensen, el mismo hacia bromas con "J.J".
-¿a dónde vas?- mascullo. Su voz sonaba quebrada, apenas podía abrir los ojos, estaban rojos de haber llorado como bebe.
-Tengo que ir a ver al señor Bayamón.- afirme.
-Alex no te vayas, sé que ayer no lo pasaste nada divertido...- sollozo.
-Jensen, no vine a divertirme, necesitabas un amigo...
Me encogí de hombros.
-Gracias por estar aquí...- afirmo.
-Descansa volveré después de clases... vas a estar bien, lo prometo.- sonreí.
Todo el tiempo que espero para decirle a Jessie, lo estaba matando. E incluso entre sueños lo afirmaba, decía su nombre mientras dormía. Todos sus planes se esfumaron en cuestión de segundos. Trate de darle el aliento que este necesitaba, en momentos se quebraba, en otros hacia planes para acabar con Joseph. Derek acompañaba a Rob. Ya que tampoco podíamos dejarlo solo. La noche paso de forma lenta, quizás en su transcurso dormí dos horas máximas. Quería sobre todo, que Jensen se sintiera bien de
nuevo, sabía que la mejor forma de desahogarse era llorar, así que por su parte lo hizo hasta caer rendido.
-Hoy será un mejor día.- repuse dándole fuerza aquella frase. Tenía que ser fuerte por ellos, esto que nos pasaba tenia solución. Teníamos que acabar con Joseph. Solo así regresaríamos a la normalidad.
Me estacione en el lugar que Derek se estacionaba, la universidad estaba prácticamente vacía, observe mi reloj. Este marcaba las seis y treinta minutos. – ¡Mierda!- pensé. Había llegado una hora antes. El señor Bayamón estaría aquí dentro de una hora.
Los pocos coches que estaban eran de personas, que estaban en cursos superiores, ya para graduarse. Este era mi primer año, de hecho mi segundo periodo. Así que no conocía a muchas personas.
Lo único que podía hacer, era aguardar a que Rupert llegara.
-Quizás el también este temprano...- hasta donde sabia, el no solo impartía nuestra clase; eso me dio la ventaja que estuviera en la facultad de historia.
Comencé mi recorrido hacia ese edificio. Quizás si se contaban veinte caras en los alrededores eran muchas, aquello era incómodo. Estaba acostumbrado a ver cientos de personas en los pasillos, en las áreas verdes y en las cafeterías. Pero ahora parecía un desierto.
La facultad de filosofía tenía cuatro pisos, y para mi desgracia. Los cubículos de los maestros estaban incorporados hasta el último piso.
-¿Por qué no ponen elevadores?- murmure.
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Vínculo de Sangre
Teen FictionPara Alexander la vida es un poco más complicada de lo normal, mientras lucha por ocultar sus sentimientos hacia su amiga Samantha, la llegada de un diario a su vida, cambia el rumbo de las cosas... Mientras se aferra a proteger a sus seres querido...