Capítulo 5: El Baile De Samantha

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                          Después que los forenses se llevaran el cuerpo de Arlen, nos interrogaron. Pero no llegaron a la consecuencia de su muerte, Derek quien tiro el arma homicida al lago, coincidió por contar la misma historia.

El impacto de la caída por el acantilado hizo que su cuerpo quedara desfigurado, lo cual fue considerado como un accidente. Aquello fue mejor para mí ya que de ser lo contrario sería el primer sospechoso, por el incidente en la biblioteca.

El resto de la semana pasó sin percance alguno, tenía en mi posesión el diario. Aunque me moría de ganas por leer, lo que benjamín tenia escrito sobre Joseph. Pero con el cumpleaños en puerta, no había otra cosa que no se mencionara que el baile de sam.

Los preparativos de la fiesta, iban al pie de la letra. La susodicha dictaba un movimiento el cual así se realizaba, sam y Derek tenían un gusto peculiar sobre sus fiestas de cumpleaños.

Por mi parte tenía que ir de compras, ¿Qué puedo regalarle? ¿Cómo darle algo sumamente especial? Por más que pensaba, no encontraba el regalo adecuado. Aunque la invitación no llegaba, sabía que no se demoraría. El padre de samantha, quien tenía un odio particular hacia mí; entregaba las invitaciones a pocas horas de la fiesta.

Aquello, solo era un pantalla. Ya que la fiesta se rumoraba por todo el vecindario; e incluso bromeo con mi padre de aquello. Su alter ego, salía justo cuando me miraba, este quien pensaba que yo era una mala influencia para sam, mas sin embargo era muy amigo de mi familia.

Cambie la estación de radio, al encontrar una conocida observe que el semáforo seguía en rojo. Suspire, como si aquello haría que avanzara más rápido a luz verde. Una de las tiendas de la cuadra llamo mi atención, el vitral el cual estaba adornado con joyas, fue una de ellas que capto mi atención, trate de doblegar mi vista.

-eso es, un brazalete.

Recordé la cadena que ella me había obsequiado, según Scarleth; le brindaba protección. Aquello me hizo recordar el resto de los dijes que me habían dado.

-y si yo tengo, es justo que ella tenga también.

Las bocinas de los demás coches, hicieron énfasis a mi falta de movimiento. Observe el semáforo, el cual al fin estaba en verde.

-¡ya, voy!

Pise el acelerador y gire el timón para lograr estacionarme; cerca de aquella tienda, donde se encontraba el brazalete. Ojee por el retrovisor, el cual un carro color negro no dejaba de pitar, aquello me parecía molesto.

El resto de los autos habían avanzado, pero este continuaba detrás de mí el motor rugía de una forma ensordecedora; al pisar el acelerador.

Proseguí mi camino, haciendo caso omiso al auto de atrás, retrocedí y luego maniobre para estacionarme, a mi espalda la camioneta; negra espero todo mi procedimiento y luego dio paso a su punto de partida.

-hay personas, tan desesperadas. Pensé mientras me bajaba del auto, aquel se perdió entre el tráfico; -tenía prisa- repuse entre dientes, mientras cruzaba el arco de la puerta de aquella tienda.

El dueño de una forma amable, se acercó hasta donde yo me encontraba, son una sonrisa que boca abierta pregunto:

-¿cuál quieres?-

Señalo el mostrador, haciendo énfasis en un reloj.

-me puede mostrar el brazalete.- masculle señalizando el lugar donde se encontraba. Aquel con la misma amabilidad de antes se dirigió y con un manojo de llaves, abrió el candado que contenía la vitrina de crista.

Vínculo de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora