Capítulo 8.

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Capítulo 8.- Catástrofe.


-¡Buenos días pajarillo!- escucho entre sueños que alguien me dice.

No logro abrir los ojos y decido voltearme hacia la pared. Tengo la vaga idea de que mamá es la que me trata de despertar para otro día de escuela. Sí, mamá trata de que vaya a la escuela, pero hoy no quiero ir.... Me duelen todos los músculos, incluso cuando no los muevo. Ahora de seguro me regañará si le digo que me duelen los músculos, me dirá que no debí haberme quedado hasta tarde saltando la soga, pero, ¿yo qué culpa tengo? Estaba emocionada por ya haber aprendido.

-¡Zedka! ¿estás viva?- vuelvo a escuchar que alguien me dice- ¡vamos Zedka, que hoy no podemos llegar tarde!

No, no puede ser mamá la que me hable, mamá jamás diría "¿estás viva?". ¿Quién es entonces?

Me giro en la cama y me fuerzo a abrir los ojos. Me quedo un rato viendo ese rostro conocido, y sonrío. ¿Qué? No, espera ¿qué hace Lee en mi habitación?¿cómo rayos entró?

-¿Qué haces aquí?- exijo saber levantándome de golpe.

-Hoy tenemos que entrenar todo el día.- se excusa Lee.

-Ya lo sé, pero a eso no me refiero... ¿Cómo hiciste para entrar aquí?

-Ehmmm, saqué tu llave de repuesto de el bolsillo de tu chaqueta cuando no te dabas cuenta.

Pongo cara de confusión mientras me pregunto internamente cómo rayos sabía ella que llevaba hace algunos días una llave de repuesto en mi chaqueta. Después caigo en cuenta que está violando mi privacidad (aunque en realidad no tengo mucho que esconder en mi pequeño cuadro de cemento que hacen llamar habitación), me molesto.

-Disculpa- dice ella antes de que yo pueda reclamarle algo.

-No sé si ya te lo hayan dicho pero es una falta de educación... En primera, robar mi llave del cuarto; en segunda, entrar a mi habitación sin permiso.

-Disculpa- repite Lee- es sólo que estaba muy emocionada porque ya vamos a entrenar en equipo, eso significa que por fin pasarás tiempo con nosotros.

-Está bien, sólo no lo vuelvas a hacer. ¿Qué hora es?

-Aún es temprano, son las seis. Tienes una hora para ducharte y arreglarte.

Asiento con la cabeza.

-¿Tú ya te duchaste?

-Oh no, por eso es que vine por ti... Me da miedo entrar a los baños sola, siempre me acompaña alguna de las chicas, ya sabes, tengo un trauma con que alguien no se fije en que la regadera que uso está ocupada y vaya a abrir la cortina. Así siempre nos turnamos para la ducha, pero esta vez las demás se molestaron conmigo.

-¿Por qué están molestas?- le pregunto mientras tomo mi toalla y arreglo demás cosas.

-Bueno, tal vez te moleste si te lo digo- dice haciendo una mueca.

-No te preocupes, me da igual.

-Es que... la vez que te invitamos a salir del Búnker se molestaron por que fue mi idea invitarte y dicen que no hiciste más que hacernos perder el tiempo, además de que corrimos el riesgo de que nos delataras con tu padre. También dicen que eres una aburrida sin remedio y que no sabes vivir la vida.  Están todos molestos conmigo, con Edmund, con Jonas, con Theo y contigo.

-¿Y por qué con Edmund, Jonas y Theo? Si la culpa fue mía, sino hubiera aceptado no se hubieran enojado contigo. Y qué rencorosas son, hace tres semanas de eso, y ya ni los he molestado en todo este tiempo ¿y siguen molestos? ¡Dios!- le digo mientras abro la puerta para dirijirnos a las regaderas.

Desastre Nuclear.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora