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No resulto difícil acceder al nuevo prisionero que Megatron mantuvo recluido, según él era una aberración, pero para ella era diferente por lo cual no dudo en ofrecerse para llevarle la ración de energon. Los demás predacons la vieron con sorpresa pues siendo los cobardes que eran no querían estar cerca del hibrido.
Blackarachnia camino por los pasillos rumbo al calabozo donde permanecía encadeno, las cadenas fueron agregadas por la desconfianza de Tarántulas y lo poco que sabían del prisionero.
Cuando las puertas de la celda se abrieron el maximal levanto la cabeza, a Blackarachnia le pareció ligeramente desgastado, como si alguien lo hubiera tratado descuidadamente. Megatron o Tarántulas pensó con molestia, lo siguiente que noto fue el energon que había resbalo de una de sus restas ópticas.
Mientras se acercaba lentamente, él observo cada uno de sus movimientos con sus inquietantes ópticos amarillos que la hacían sentir pequeña y entendió por los otros predacons no querían acercársele.
Sus pies la llevaron hasta que estuvo de frente. No habló, pero sus ópticos tampoco se apartaron desafiándola a continuar. Esperando otro castigo, otro abuso ella no lo sabía.
Sin embargó, tenia algo especial y en contra de su buen juicio y cada instinto básico de advertencia dentro de su procesador, acerco su servo para acariciar su mejilla. Hizo un enfuerzo para no ser amenazante, pero aun así él retrocedió con expresión confundida.
—No te haré daño —dijo suevamente.
Siguió en silencio, pero movió su vista desde su rostro hasta sus servos, con desconfianza obvia y Blackarachnia llego que la atacaría, pero entonces sus dígitos hicieron contacto con un lado de su rostro rozando el pelaje cerca de sus receptores de audio. El toque fue suave, tranquilizador haciéndolo cerrar los ópticos y exhaló con involuntario alivio.
—Por favor —Blackarachnia pauso su movimiento al escuchar su voz, pero no retiro su servo.
Él la miro con esos ópticos penetrantes o más suplicantes, solo había escuchado su voz cuando se le pregunto su designación y de mala gana había respondido, sin embargo, ahora ella pensó que su voz era deliciosa.
Ella estaba confundida, esta pidiendo libertad "por favor libérame" o era para que continuara sus carisias, en ese caso ella estaría encantada de obedecer al maximal, que si era completamente honesta era él ser más hermoso que había visto.
Cuando estuvo segura que él no pensaba atacarla retomo sus caricias esta vez dejando que su servo subiera hacia lo que parecían orejas cubiertas de un suave pelaje orgánico con el cual se maravilló.
