Me despierto a la misma hora de siempre, hago mi rutina de todas las mañanas, que consiste en ir al gym y luego ir a darme una ducha para después despertar a mi hija.
Estoy a punto de sacarme la bata para cambiarme, pero suena el timbre de la casa.
Me pregunto quién será a esta hora de la mañana. Solo podría ser una persona, pero dudo mucho que lo sea, pero para salir de dudas tendré que ir a ver si es o no aquella persona, y ni modo, tendré que ir en bata.
Me sorprendo al ver que es Alexander, a pesar de que tenia mis dudas. Solo que.... No creí que fuera él.
– Buenos días Alex - murmuro - .
El me mira de arriba abajo, y es cuando me doy cuenta que fue una muy mala idea abrir la puerta estando bata sin decir que me queda hasta la mitad de mis muslos.
Pero si soy sincera, no podía cambiarme rápidamente para abrir la puerta.
Carraspeo para que deje de mirarme así, me pone algo nerviosa.
El vuelve en si y por fin habla.
– Buenos días Emma.
– No espere que vinieras tan temprano - me hago a un lado para que entre - .
– Gracias. Bueno si.... Yo tampoco, pero no podía esperar más a ver a mi hija - sonrio, seguramente quería ver por primera vez a nuestra hija recién despierta - .
– Entiendo, y para suerte tuya, todavía sigue durmiendo. Así que vayamos a despertarla juntos, ¿Te parece bien?.
– De acuerdo - sonríe y sube detrás mío las escaleras - .
Entramos a la habitación de Atenea y vemos que todavía sigue durmiendo.
Sonrio por lo tierna que se ve y veo de reojo que Alex hace lo mismo.
– Mi amor - la llamé - preciosa.
– Mmm - se queja - .
– Mi amor, despierta. Es hora de levantarse.
– No quiero - se acurruca más en su cuna para seguir durmiendo - .
– Entonces vuelvo más tarde - dice Alex - ya que todavía no quiere levantarse.
Atenea al escuchar la voz de su padre, abre los ojos rápidamente.
– ¡Papi! - grita - .
Decido fingir estar indignada y hacer un drama.
– Con que ya me cambiaste con tu padre ¿Eh?. Ya no me quieres más, ahora que tienes a tu padre no me queres más - me saco un lágrima imaginaria de mi mejilla - .
– Mami, sabes que eso no es cierto - dice riendo - yo te quiero mucho, los quiero mucho a los dos.
– Más te vale ¿Eh? - la señalo - .
– Si mami, ahora ¿puedes cargarme? - extiende sus brazos hacia mí - .
Hago lo que me pidió y miro Alex.
– ¿Puedes esperar abajo en lo que nosotras nos arreglamos? - le pregunto - .
– Por supuesto - sonríe - las espero abajo - y sale de la habitación - .
– Muy bien - miro a mi hija - ahora vamos a prepararnos para estar más bellas de lo que ya somos - digo haciéndola reír - .
– Si mami.
No tardo mucho tiempo en terminar de bañar a mi niña. Por lo que ya la estoy poniendo su ropa.
– Mi vida - llamé a Atenea - .
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El fruto de nuestro amor
RomanceDespués de dos años, Emma recibe una llamada, una que cambiará su vida para siempre. Aunque ella sabía que tarde o temprano iba a suceder, que su pasado volvería y que no podría hacer nada para evitarlo. Sin embargo, ella había hecho una promesa que...