Cinco meses después.
Hoy es mi fiesta de compromiso con Dante, y a decir verdad estoy muy nerviosa. Después de meses preparando cada detalle, ha llegado el día de la fiesta.
En estos cinco meses han pasado muchas cosas, como que alexander sigue diciéndome que soy suya todos los días cada vez que follamos.
Si lo sé, está mal, pero pierdo la cordura cuando se trata de él, y me siento muy mal por hacerle eso a Dante, el no se lo merece.
Ahora estoy esperando a Alexander para hablar muy seriamente sobre nosotros, porque necesito que entienda de una vez por todas que solo somos los padres de Atenea.
Por suerte para mí, la fiesta es a la noche y todavía tengo tiempo.
En estos momentos mi hija se encuentra en casa de mis padres, así que estoy sola en mi casa. Escucho el timbre de la casa y voy a abrir la puerta.
– Hola Alex.
– Hola Emma - veo sus intenciones de querer besarme y soy más rápida, haciendo que bese mi mejilla y no mis labios.
– Pasa - digo - .
–¿Y bien? ¿De qué querías hablar? - se sienta en el sofá - .
– De lo que vengo tratando de hablarte desde hace semanas, pero que tú siempre evitas el tema.
– Ya me imagino de qué estás hablando, así que habla.
– Tu muy bien sabes que en unos meses me voy a casar, y que está noche es mi fiesta de compromiso. Quiero que entiendas que no podemos seguir follando, ni nada por el estilo, y que solamente somos los padres de Atenea. Luego cada uno va por su lado.
– Está bien, a partir de este momento solo somos los padres de Atenea, ya entendí. ¿Algo más?
– No, nada más.
– Entonces me largo, nos vemos luego Emma.
– Adiós Alexander.
Creí que me sentiría mejor, pero no es así. Siento como si mi corazón está a punto de romperse, sin embargo, es lo mejor para los dos... para mí.
Alexander
¿Quiere que solo seamos los padres de Atenea?
Está bien.
¿Qué cada uno vaya por su lado?
Perfecto.
Ya me cansé de ir detrás de ella, de intentar una y otra vez hacerla cambiar de opinión. Ya no le voy a rogar más, por mí se puede casar mañana mismo si quiere.
Toco la puerta esperando a que abran, al cabo de unos segundos Giselle aparece en mi campo de visión, ésta se sorprende al verme.
– Alex...
–¿Puedo pasar?
– Sí, adelante.
– Seré directo - digo - en dos meses nos vamos a casar - se sorprende ante lo que dije - .
– Pero tú dijiste...
– Sí, ya sé lo que dije, pero cambié de opinión.
–¿De verdad?
– Si Giselle, de verdad. Entonces, ¿Quieres casarte conmigo?
– Por supuesto que quiero Alex - chilla de la emoción - .
– Perfecto.
Y así como vine a su casa, me fuí. Sé que con esto estoy fallándole a mi hija, le dije que terminé para siempre con Giselle y aquí estoy, a dos meses de casarme con ella.
Pero es la única manera de sacarme de la puta cabeza a Emma, ya me cansé de rogarle.
Lo siento mucho hija, perdóname por fallar a mi palabra.
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El fruto de nuestro amor
RomanceDespués de dos años, Emma recibe una llamada, una que cambiará su vida para siempre. Aunque ella sabía que tarde o temprano iba a suceder, que su pasado volvería y que no podría hacer nada para evitarlo. Sin embargo, ella había hecho una promesa que...