𝐆𝐎𝐎𝐃𝐁𝐘𝐄 𝐒𝐎 𝐒𝐎𝐎𝐍

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Recuerdo que teníamos la costumbre de juntarnos para que yo pudiera enseñarte matemáticas, tercer, cuarto, quinto encuentro y al sexto...

yo no llegué a ese encuentro...

Estaba en el salón con el profesor que me pidió mi proyecto

"¿Cómo que no puedo participar!?" Grité con desesperación mientras agachaba la cabeza sin entender, mi historial de comportamiento era perfecto, mis notas espectaculares y-

"Lo siento, Ratigan, es que... el comité de alumnos impuso una queja, no les parecía justo que en una escuela de ratones un beneficio así de grande se le entregara a un alumno como tú", me explicaba el profesor. A ese profesor le debía mucho, era mi único apoyo y hacía todo lo posible para que yo pudiera estudiar, pero supongo que el pobre tenía sus límites y uno de ellos era la democracia...

"¡Pero soy un estudiante! ¡El manual dice que todo estudiante tiene derecho a los beneficios entregados por esta escuela y yo soy uno!" Reproché perdiendo los estribos, golpeando su escritorio e intentando aguantar de alguna manera la impotencia.

Su mirada me decía que yo no era considerado un estudiante como tal... en su mirada estaba grabada la frase "no, porque eres una rata, una rata de alcantarilla".

Llevaba años, años soportando este trato. Y era el colmo; todo lo que podía pensar era que si yo reinara no pasarían este tipo de cosas, no tendría que soportar ser subestimado por mi especie y por algo que yo no elegí...

Tenía las palabras en la garganta, el impulso de gritar que yo no era una-

Sentía la sangre correr por mi cuerpo, la ira consumiéndome y no me pude contener, no más.

"¡NO SOY UNA RATA DE ALCANTARILLA!"

La puerta se abrió de golpe y Basil entró con el manual en mano mientras recitaba una de las sub-reglas de memoria, siempre presumiendo lo listo que era... luego me enteré que se había aparecido porque me estaba buscando...

"En el párrafo 4 de la página 12 se dice que a la exposición de proyectos para el préstamo de una beca puede ser presentado por un equipo de dos y la repartición de los beneficios será asignada acorde a las especificaciones dadas por los mismos alumnos de manera secreta en un tratado con la universidad aliada".

Siempre habías sido así de entrometido...?

Recuerdo que me quedé en blanco mientras tú y el profesor hablaban, la sorpresa me había dejado atónito y ese sentimiento de calidez me hacía agachar la cabeza de forma torpe, podía sentir mis orejas enrojecidas y en ese momento solo sentía que estaba feliz del gesto amable, sé que ahora era más que eso.

"Eres un poco menor pero tal y como señalas, hay un apartado que especifica que aquellos alumnos con excelencia pueden guardar sus fondos y/o usarlos como quieran", leyó mi profesor en voz alta mientras revisaba el manual y miraba a Basil y luego a mí.

"Yo quiero transferir el 90% de mis créditos a Ratigan", dijo Basil totalmente obstinado. Sabía que cuando quería algo, hacía todo lo posible, era capaz de dejar todo, pero hasta el día de hoy no entiendo por qué... ¿por qué ayudarme así si no había algo más? Asumo que fue porque al igual que yo, estabas totalmente solo y entendías lo que era que te negaran cosas.

Porque entre discusiones y competiciones de matemáticas entre tú y yo, porque entre esa competencia y lo que fue el nacimiento de una rivalidad que en ese entonces era solo un juego había llegado a aprender mucho de ti.

Era obstinado, determinado y dedicado, ansioso de conocimiento, curioso y un estudiante modelo, pero torpe socialmente. Se concentraba tanto en sus cosas que dejaba de lado todo lo demás, su cabeza siempre estaba en 1000 lugares a la vez y su autoestima era tan frágil como un cristal y por ello lo habían dejado de lado.