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Y... ¿qué pasó después? Es enredado de explicar.

Basil se puso a jugar con todos los químicos que Bell tenía en su cuarto, tenía hasta cosas que un médico no debería tener, casi como si hubiera asaltado un laboratorio químico en algún lado.

"Antes de que me arreste o diga algo, puede comprobar que tengo todos mis permisos y son muestras de mi universidad, así que... es legal", explicó la coneja mientras se retiraba para dejar al profesional solo.

"Sí, sí, sí", le dijo de forma rápida mientras ya se ponía a analizar sus muestras. Tenía que haber alguna otra pista en el cabello, tal vez sacar la especie o algo así. Todo lo que sabía era que no era de por aquí, eso era obvio, pero tal vez encontrar una pista de su paradero actual o dónde se estaba quedando...

Bell cerró la puerta con cuidado, quedándose en un pasillo oscuro que daba mala grima. Aunque gracias a sus orejas podía escuchar cómo Basil hablaba solo mientras hacía pruebas, por lo que escuchaba de los murmullos, podía suponer que estaba midiendo el tamaño del rasgado de su ropa para medir la fuerza o algo así.

"Eso es... estar muy desesperado", comentó ella torpemente mientras se alejaba de la puerta cabizbaja y chocaba con algo. "¡Jefe!, digo, Ratigan, perdón, no te vi".

"¿Me dejarías a solas con Basil un momento? Ya vi que puedes escuchar a través de la pared", le dijo de manera tranquila Ratigan, manteniendo la compostura.

"Pero, ¿comiste, verdad?", le preguntó preocupada.

"Sí, no te preocupes".

"Okey, recuerda que tu dosis de opio es en una hora, así que... usted dele, campeón", le dio unas palmadas suaves en la espalda mientras se alejaba la conejo.

"Bonnibell... deja de tratarme como un niño", le regañó con un suspiro el napoleón del crimen, pero ella ya se había ido.

Ratigan suspiró con pesadez, todo lo que podía pensar en su cabeza era que nadie iba a quitarle el derecho de matar a Basil, porque Basil había matado una parte de él y esto era algo entre los dos.

Abrió la puerta y antes de decir una palabra, el mayor detective de todos ya estaba listo para interrogarlo.

"¿Por qué me salvaste, Profesor Ratigan?", le interrogó mientras tomaba notas de lo que veía en los químicos, no se dignaba ni siquiera a mirarlo y eso hacía que a Ratigan le hirviera la sangre.

"Yo no te salvé de nada, fue mi plan y-", decidió mentir rápidamente sin pensarlo, como si mentir ya fuera algo intrínseco de su personalidad actual

"¡Oh deja de mentir!", le gritó Basil antes de sonreír y controlarse un poco, intentando mantener la compostura recta de detective. "Sé que... no fue tu plan, no eres alguien de explosiones, eres más ingenioso que eso. Quieres que todos los ojos estén sobre ti,que te miren y por eso sé que la explosión no fue un plan tuyo, porque eso significaba pasar desapercibido, ¿te tengo que recordar que tu querías ser rey?, y literalmente fuiste lo menos escondido posible con ese posible plan?, pudiste manipular a la reina, reemplazarla por mas tiempo, pero no, tu ego te hizo querer que te proclamaran rey el primer dia, ni si quiera, en la primera hora!" En la voz de Basil se sentía despreció puro, si, pero la forma de reclamarle parecía ser algo mas personal como si estuviera dejándose llevar por las emociones, unas que se estaba guardando hace mucho tiempo, como si en sus gritos se estuviera desquitando.

Y asi siguió, desquitandose a viva voz intentando (de alguna forma intentando quedarse satisfecho, porque tenía tantas cosas que decir y que en ese momento no podía recordarlas todas, pero tenia el corazon tan pesado que nada importaba en ese momento).

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐁𝐘𝐄 𝐒𝐎 𝐒𝐎𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora